Estas últimas semana hemos vendido un buen número de PCs con Linux. Y algunos donde no hemos podido hacerlo porque el hardware no había forma de hacerlo funcionar bien con el sistema de Pingüino. A pesar de que ya es algo normal he notado como según los clientes la experiencia de estas ventas varía mucho.
Así voy a tratar de categorizarlos:
- Cliente con experiencia en Linux de lustros: estos clientes te cuentan sus necesidades de hardware y la compatibilidad que requieren. En muchos casos incluso ya nos van indicando cosas que ni miremos porque tienen claro que bien los drivers no son libres o bien no les gusta como están implementados. Hemos montado estas semanas tres PCs así. Uno además con un premio al cliente con más paciencia, ya que tardamos casi dos meses en enviarle el PC (primero problemas de stock y luego problemas de compatibilidad a última hora… pero a este PC le dedicaré una entrada sola). Nosotros probamos que vayan con la última versión de Ubuntu, chequeamos todo el hardware y el cliente ya se encarga de reinstalárselo y dejarlo a su gusto
- Cliente con poca experiencia en Linux, pero que es pragmático: de estos todos los años tenemos un par. Son clientes que quieren usar Linux, pero quieren asegurarse el respaldo de Windows. Pues nada, dos discos de arranque, uno con Linux y otro con Windows. Por bios se escoge con qué disco arrancar y tema solucionado. Si hay que tocar algo en Linux, no afecta a Windows y a la inversa.
- Cliente que quiere empezar con Linux y nos escucha: si el cliente no tiene experiencia en Linux, nosotros siempre les decimos que el principio puede ser más complejo que con Windows o MacOs, pero que si lo pasan luego puede ser más satisfactorio. Aquí les avisamos que nosotros les dejamos el PC configurado, pero que, seguro que más de una vez tendrá que echar manos de manuales, ventana de línea de comandos… y que puede ser que nosotros incluso no sepamos como resolverlo (o bien nuestra horas sean caras). Aquí hay de todo, algunos vuelven a la semana a que les pongas un Sistema Operativo privativo y otros al cabo de seis meses se pasan y saben más que nosotros.
- Cliente que quiere empezar con Linux y no escucha: si podemos no se lo instalamos. Nuestra experiencia aquí es mala. Si no entendemos la filosofía de Linux y el hecho de que algunas prestaciones requieren más atención por parte del usuario, mejor no entrar en Linux.
- Clientes que les obligan a usar Linux: estos casi todos vienen del ámbito de la educación y las administraciones públicas. Hace unas semanas tuvimos un par de casos donde casi perdemos la venta. Equipos que se iban a conectar a un sistema de altavoces 6.1… pues (me diréis que es fácil) con el hardware que teníamos no conseguíamos que se oyesen bien. Tras arduas búsquedas en foros conseguimos una configuración de sonido que se llevaba bien con nuestro hardware y con los altavoces.
- Clientes que les gusta Linux, pero también necesitan Windows: aquí por ejemplo tenemos muchos estudiantes universitarios que para algunas asignaturas necesitan Windows, pero a ellos les gusta Linux. Aquí si el hardware es potente en ocasiones les montamos una máquina virtual o bien un arranque dual en el mismo disco.
En resumen, que hay casi tanto clientes diferentes a la hora de montar un PC con Linux como distribuciones de ésta.