Hace ya años escribí varias entradas sobre lo complicado que era aunar ciertas características a la hora de configurar un PC de sobremesa. Y con los portátiles también pasa lo mismo. Hay veces que nos piden cosas que son imposibles de reunir en un mismo portátil.
Estos días he han entrado muchas peticiones por el aconsejador donde me pedían más o menos lo mismo, un portátil que:
- Pesara muy poco, 1 kg o no mucho más
- Que fuese muy potente. En la mayoría de los casos me indicaban aplicaciones que si se emplean en serio van a tener al procesador al 100% de su potencia.
- Que la batería durase como mínimo 10 horas
- En el precio no ponían muchas pegas. Pero, aunque uno quiera gastarse dinero hay que tener antes claro en qué hacerlo.
Y aquí es donde empieza la fiesta. Portátiles que sean ligeros, potentes y con buena batería tenemos donde escoger ahora mismo. Nosotros hemos vendido muchos MSI, Asus, LG, Lenovo que cumplen esos parámetros. El problema empieza con la autonomía según el uso. Me explico. Muchos de estos equipos que indico los vendemos para estudiantes universitarios. En estos casos no tengo ningún problema en recomendar portátiles ligeros y asegurar que pueden llevárselo todo el día a la facultad para tomar apuntes, estudiar con él, navegar por la red… que la batería soportará el día. Pero no puedo hacer lo mismo cuando las aplicaciones que el cliente quiere usar con el portátil son de las que usan el procesador a tope, que son de las que cuantos más núcleos haya, más núcleos va a usar.
El tema de portátiles para tareas exigentes lo podemos resolver con otros modelos más pesados. Pero no tienen solo el problema del peso, sino que puesto que son portátiles más potentes si hacemos uso de la potencia de cálculo que tienen la batería se va en un momento.
Entonces llegamos al punto delicado: hay que escoger. Es decir, tenemos que poner en una balanza cual es nuestra prioridad con el uso del portátil.
- Si queremos 10 horas de autonomía, tenemos que usarlo con una carga de trabajo normal.
- Si nos hace falta potencia por encima de todo, nos hace falta tener un enchufe cerca y un portátil que pesé como mínimo 1,8 kg.
- Como solución de compromiso un portátil ligero tiene mucha potencia hoy en día, pero si la vamos a usar al 100% nos seguirá haciendo falta el enchufe
- Y por supuesto poco peso y potencia es un equipo que se va a ir como mínimo a más de 1.000 Euros.
Lo malo en estos casos es que uno pierde el tiempo explicando el asunto y casi siempre perdemos la venta. El cliente al final compra en un sitio donde no le dicen que debe pensar y decidir o bien llega el amigo que le aconseja un equipo concreto y que si no funciona no tiene ninguna responsabilidad.
Hace unos meses tuvimos unos casos de decisión por parte del cliente. Voy a resumirlos:
Tres clientes que nos piden casi lo mismo. Son estudiantes de postgrado que necesitan el ordenador para tareas realmente complejas donde sus programas van a exprimir toda la potencia de su procesador. Así que les explicamos las opciones y cado uno escoge algo diferente.
- El primero se inclina por un portátil gamer con un procesador del tipo H, que además está de promoción y tiene un precio muy atractivo. Le explicamos varias veces que el portátil hará las simulaciones que necesita…pero que en ese caso la batería solo durará 2 horas. Sus amigos le habían recomendado ese portátil porque tenía una autonomía de 8 horas. Ni que decir tiene que el cliente nos llama para confirmas lo que nosotros ya sabíamos y que él no se creía: que solo con batería con el software que él empleaba la batería no pasaba de dos horas…
- El segundo escoge un portátil ligero de 1,2 kg. Aquí le advertimos que algunas de las tareas que va a hacer con el equipo tardarán un poco y le decimos que se lleve siempre el cargador. Cuando nos cuenta su experiencia nos dice que teníamos razón. Así que ahora siempre anda buscando un enchufe antes de empezar a trabajar.
- El tercero aceptó una sugerencia que se salía de lo normal, pero que era un opción que cada vez es más fácil de implantar en estos momentos. Este cliente nos había comprado hacia un par de años un sobremesa muy potente. Le preguntamos que si donde iba a estudiar tenía un buen acceso a Internet y nos dijo que sí. Le aconsejamos mejorar un poco el sobremesa con un SSD nuevo y más RAM. Y que se comprase un portátil ligero, pero no especialmente potente. Al final se llevó un i3. Y lo que hace es desde el i3 se conecta al sobremesa por RDP y ejecuta las tareas pesadas en el sobremesa. Usa el portátil solo como un terminal con el que accede al sobremesa potente. Y de esta manera obtenemos lo mejor de los dos mundos: autonomía y potencia.
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Es complicado escoger a la portátil que ofrezca a la vez buen precio, potencia y autonomía, siempre habrá una característica que no porten. Personalmente uso a mi portátil para trabajos concretos que no exigen mucha potencia y mi PC de escritorio para los trabajos más pesados y claro, con esta última si me obsesiono con que me dé lo mejor que tenga.
Enmanuel: el problema está en que hay que elegir… y si yo soy el que da esa mala noticia de que hay que pensar en lo que más se va a usar… pues casi siempre pierdo la compra. Pero lo que nunca haré será decir que el equipo lo hace todo y bien si soy consciente de que no es así.
Así es, mucha gente también va a comprar un equipo x o y por la recomendación de un amigo o un vecino que seguramente no son expertos, luego cuando llegan y les dices que tal vez el equipo no les brinde las prestaciones que ellos esperan, se desilusionan y luego ya no quieren saber nada más de una recomendación sugerida por ti. Más bien deberían de confiar en ti, ya que tienes experiencia y le hablas con la verdad. Debería de haber más vendedores como tú.