Llevo unas semanas leyendo noticias sobre lo mal que traducen sus contenidos al español las principales plataformas de streaming., la última ésta en Genbeta.
La imagen superior me encantó en su día y la guardé para ver cuando la usaba… aquí el enlace a su origen que es muy pertinente para esta entrada.
Además de lo que cuentan en Genbeta hay más ejemplos, como éste con Netflix. Y los que en mi casa detectan (tanto mi mujer como mis hijos entienden perfectamente la lengua de los ingleses…)
Aquí podemos observar como el hecho de disponer de una organización que se supone muy profesional no asegura un mejor resultado que el que proporcionaban los aficionados hace unos años. Yo recuerdo cuando para estar al día de los estrenos de las últimas series debíamos usar páginas de intercambio y luego ir a la busca de los subtítulos para entender algo. Y en la mayoría de los casos eras mejores subtítulos. A pesar de ser aficionados eran entusiastas de la serie y gente que se lo tomaba muy en serio. En su día tuve dos compañeros de trabajo que en su tiempo de ocio se dedicaban a traducir series de páginas de intercambio. Y se tomaban su labor muy en serio. Creo que mucho más que las empresas de streaming. Podemos observar como el aficionado puede superar a la empresa.
Eso sí, el problema que tenemos ahora mismo con la irrupción de las grandes plataformas de streaming es la casi desaparición de subtítulos “libres”. Algo que nos afecta mucho a los que como a mí nos gustan series un poco raras que no encuentras en las plataformas de streaming (o bien si las encuentras no te dejan verlas en España). O esas series en las que la plataforma solo te muestra una temporada… y las demás se quedan en el limbo. Aunque las encuentre en webs de intercambio no hay manera de localizar subtítulos.
Así que viendo esto me dan ganas de recomendar a los políticos catalanes que desistan en su empeño de que les traduzcan las series… no me quiero imaginar lo que puede salir de ahí. Si con un el tercer idioma del mundo hacen esto… con el catalán puede pasar cualquier cosa.
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Y en otras cosas, leí un manga traducido por aficionados y cuando salió la edición en español lo compré… Pues la versión de aficionados estaba mejor traducida, seguramente porque ellos habían leído la serie y conocían a que se referían con el algunas cosas y el traductor profesional no y traducía literalmente.
Ahora mismo estoy siguiendo un par de sagas de novelas. Algunos títulos no están en castellano… pues un grupo de aficionados los han traducido de la versión inglesa… y no desmerece para nada de la versión de la editorial.
Yo en cambio he tenido malas experiencias con traducciones de aficionados. De hecho mi actual buen nivel de inglés (escrito) se lo debo a seguir una saga de novelas románticas en las que llegué al punto de identificar: este capítulo lo ha traducido una catalana, este una argentina, este una mexicana… Cuando el siguiente libro publicado no estaba todavía traducido por aficionados, me decidí a leerlo directamente en inglés, y cada vez fui menos buscando las traducciones al español y leyendo directamente en inglés.
Ayudó también que era la época de inicio del Kindle (de hecho empecé con los libros electrónicos antes del primer Kindle) y los descuentos en las últimas novedades de libros electrónicos en webs especializadas estadounidenses eran brutales, ya ni me molestaba en buscarlos para descargar, entre los descuentos y que el euro estaba fuerte frente al dolar me podía comprar entre 3 y 7 novelas con 10€ (¡Ay! qué tiempos en que la web de Kobo no tenía controlados los cupones de descuento y podías usar el descuento de 90% en varias compras con ciertas triquiñuelas)
El problema es que la traducción, que me parece una profesión preciosa, en general está mal pagada y poco valorada, porque mucha de la clientela no distingue una traducción buena de una mala o le da igual. Gracias a malas traducciones tenemos gente repitiendo “como si no hubiera un mañana” en lugar de decir “como si se fuera a acabar el mundo”. Hay muchos más ejemplos.
No me extrañaría que el subtitulado de Netflix se subcontrate a una agencia que a su vez subcontrata a traductores autónomos sobrecargados de trabajo ,que hoy traducen un capítulo de esta serie y mañana la de otra. Eso sí, subcontratado por el departamento interno de hacer las traducciones y supervisar su calidad. En lugar de tener un traductor o equipo de traductores fijo, responsable de la serie completa, como tengo entendido que es el caso de Los Simpson en España.
JSa: como tantas otras cosas que no se valoran. Se va a buscar una maximización del beneficio ofreciendo una ficticia calidad… y así nos va.