La entrada de ayer iba de animales y portátiles. Hoy seguimos en la misma línea continuista, pero en lugar de perros y gatos, hablaremos del tercero en discordia en la vida animada, los ratones.
Estos últimos tres días me han llegado a la tienda tres portátiles con la misma avería. Lo bueno es que en cada uno de los casos, la actitud del cliente fue muy diferente. Lo cual me lleno de alegría, por el bien de nuestro futuro.
Llega una mamá moderna, comprometida en la educación de sus hijos y preocupada por todo lo que puede afectar a su bienestar. Nos traía un portátil de buena marca, de gama alta y con solo medio año de vida:
– El cargador vuelve a fallar (a los dos meses de venderles el portátil, sus hijos rompieron el cable del cargador, literal, y nos compró uno nuevo) y ahora además no funciona el touchpad.
– Te lo miramos
– Pero esto, ¿entrará en la garantía?
– No lo sé, pero es fácil, lo enviamos al fabricante. Pero tal y como está el conector del cargador y la toma de corriente en el portátil no lo sé. Y lo del touchpad, ¿qué uso le has dado, se te ha roto a ti?
– El uso normal le hemos dado al portátil, y el touchpad se le rompió el otro día a uno de mis hijos, que el pobre no pudo terminar un trabajo para el cole.
El conector del cargador estaba a punto de partirse y en la conexión de corriente en el portátil, parecía que alguien había tratado de meterlo por todos los sitios, menos por el adecuado. Y el touchpad, lo que fallaba, era el botón principal, que además daba muestras de desgaste muy concreto, de haberse pulsado siempre en el mismo sitio muchas veces.
El siguiente cliente que entró con otro portátil bajo el brazo, venía con una avería muy semejante, tampoco funcionaba el touchpad del portátil. Aquí teníamos a una madre que se preocupaba por la economía familiar:
– Si ya se lo digo a mi marido, estos aparatos no están pensados para que nuestros hijos los tengan en marcha todo el día sin parar. Y además siempre jugando a matar marcianos, si mucho ha durado el probrecito. Mira a ver si lo puedes reparar sin gastar mucho.
El problema, el mismo que el equipo anterior, era un portátil más antiguo, y tenía el botón principal del touchpad hundido.
El tercer cliente ya era un padre más veterano. Igual que los otros dos, traía un portátil, con, adivinar, el botón principal del touchpad hundido. El portátil no nos lo había comprado a nosotros. Lo cual me llamó la atención pues es un cliente de los fijos y además me puse a pensar y en su casa son cuatro y tienen tres PCs y un par de consolas…
– Tendero, mira a ver si arreglas esto rápido y que no sea caro. Mis hijos que no tienen perdón de Dios y mi mujer que se lo cree todo. Hace un par de semanas, empezaron a llorarle a mi mujer diciendo que necesitaban un nuevo PC. Que uno de los que tenemos ya está muy viejo, que si mejor uno nuevo. Como no estamos para comprar un PC nuevo, pues se fueron a casa de la abuela, a llorarle a ella a ver si les compraba un nuevo PC. Mi suegra, tiene este portátil (el que nos traía roto) para hacer videoconferencia con los nietos y para enviarse correos con los amigos. Como le dijeron que les hacía falta un PC nuevo para terminar el curso… pues les dejó el portátil. Y me sé yo el trabajo que tenían que hacer, toda la semana matando marcianos, hasta que han roto el botón. Y claro ahora se acaba el curso y hay que devolverle el portátil a mi suegra…
En los tres casos, la avería era muy semejante, el mecanismo elástico que mantiene el botón principal del touchpad en su lugar, estaba roto. Y menos mal que con un poco de silicona y pegamento, pudimos volver a dejarlo bien. En el caso del primero, además habían hundido el conector de la corriente del portátil. Menos mal que es un modelo donde dicho conector no va soldado a la placa, sino que lleva un tope de seguridad y va unida a la placa por un cable. Había saltado el conector de seguridad y pudimos dejarlo bien sin tener que enviarlo al SAT.
A los tres clientes, les volví a recordar, que para jugar con un portátil, mejor usar un ratón. Es más difícil romperlo, porque con el ratón si disparamos mucho, estamos usando el dedo índice y en una postura donde no podemos hacer mucha fuerza. Sin embargo, en el touchpad, usamos el pulgar o el índice o varios dedos a la vez, pero como el botón es más grande, pues hacemos más fuerza. Y por supuesto, un ratón cuesta 6 Euros y si se rompe, pues se cambia y ya está. El touchpad es más complicado de cambiar.
3 Comentarios
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Si es que… no existen casualidades.
Y digo yo, ¿no será incomodo jugar con el Touchpad de un portatil?
Cuando tienes ganas de jugar, no hay nada incómodo.
Así que yo recuerde, mis padres no eran unos memos a los que podía manejar a mi antojo…o yo era un niño con pocas luces. En cualquiera caso, el ordenador era para mi la posesión más preciada que había en casa y nadie tuvo que decirme que había que cuidarlo, en el trastero está y todavía funciona.