Era Arthur C. Clark el que decía: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia”. Pero tal vez podamos añadir un corolario a esa frase: Cualquier tecnología suficientemente obsoleta también puede ser indistinguible de la magia.
Hace unos días fue el compleaños de uno de mis hijos. Y allí estábamos en casa con varios de sus amigos y amigas celebrándolo. Acabaron la merienda y sacamos la tarta de la nevera. Mi hija había escogido una preciosa vela para colocarla en la tarta. Así que cogí la caja de cerillas y encendí la vela. Y de momento dos amigos de mi hija dicen: “Que magia tan bonita, hace luz de un palito, la puedes repetir” Así que les enseñe lo que era un fósforo. No sabían lo que era. Pero claro, niños que tienen en casa cocina, horna, calefacción, agua caliente… todo eléctrico, pues no ven el fuego. Si además contamos que cada vez (por fortuna) los niños ven menos a un fumador en plena faena, pues no sabían lo que era una cerilla.
Sin embargo a ninguno de ellos les extraño, que sus padres tuviesen un GPS que les hablaba indicándoles como llegar a casa. Nadie se asombro, de que uno de los amiguitos que estaba enfermo, asistiese un rato al cumpleaños por videoconferencia y que todos lo pudiesen ver y oír en el televisor del salón. Tampoco pensaron que era magia, cuando llamamos por teléfonos a sus padres para que viniesen a recogerlos.
Así que tal y como va la tecnología, para las nuevas generaciones, muchas tecnologías obsoletas parecerán magia. Dejo para otro día, la cara de mis hijos cuando vieron una cámara de fotos Polaroid en funcionamiento…
13 Comentarios
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Uffff, es que los niños de hoy en día, con tanta tecnología, ya no saben nada de nuestros años.
Se sorprenden con cosas tan simples como una cerilla y ya no se sorprenden con la tecnología.
Y la cámara de fotos polaroid, ufff, en casa creo que aún tenemos alguna guardad por ahí, que recuerdos, esas cámaras de fotos con carrete que luego teníamos que ir a fotoprix o alguna otra para revelar las fotos del carrete y ojo, que no se te ocurriera abrirla la tapa del carrete antes de gastarlo, porque se revelaban y ya podías tirar el carrete.
En fin, que los niños/as de hoy día, están con la tecnología, pero se sorprenden con cosas muy cotidianas.
Un saludo.
Hombre, entiendo que por Polaroid se refiere a las cámaras que sacaban las fotos impresas “al momento”.
Si, ya lo se, pero yo también me refería a las de carrete.
Estás de coña… Eso no es cosa de la tecnología, es cosa de someter a los niños a un entorno aséptico sobreprotector y no sacarles de la ciudad nada más que dentro de coche.
No sé, yo a los ¿4 años? ya sabía lo que era una azada, hacer una hogera, etc. No se trata de no tener cocina de gas en casa, se trata de que si no han visto nunca hacer fuego… algo no funciona como debería.
Recuerdo bien una viñeta de Forges, en la que aparecían dos niños en una calle con coches y demás, volviendo del colegio y le decía uno al otro:
“En clase la señorita nos ha contado que Tagore dijo: cuando muramos antes de ir al cielo se nos preguntará que dónde tiene una vaca los cuernos: delante, detrás o debajo de las orejas”.
A lo que le contestaba el otro:
“¡Coño!, me dejas preocupado ¿qué es una vaca?”.
Pues eso… si un niño no ha visto nunca encederse una cerilla, también pensará que la leche sale de la nevera… mal vamos.
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Bueno, yo creo que los niños si habrian visto alguna vez un mechero (o quizas no), pero las cerillas han caido en desuso y ya no son tan comunes de ver.
Esto no es extraño, en nuestros tiempos mozos nos somprendia la sabiduria popular y los remedios caseros.
Me acuerdo como si feuera hoy de como mi abuelo me contaba que antaño las quemaduras se curaban con oxido de hierro (puntas oxidadas vamos) y heces de vaca frescas. Eso si era magia…
En cada generacion se dan por sentadas muchas cosas, no solo en las de ahora. Mi padre cuando conocio la electricidad tenia 15 años y su abuelo decia que eso era magia mala y que no traeria nada bueno… no iba muy desencaminado viendo el precio 🙂 estamos hablando de hace solo 40 años en el caso de mi padre.
Por contra, a mi me da miedo ver como mi hijo de 3 años maneja la Asus Transformer sin ningun tipo de problema, y vivo en un pueblo y tengo al crio siempre por la calle “suelto”… no veo la diferencia hoy dia con las peliculas españolas de los años 60/70 de cuando iban de la capital al pueblo y se asustaban de las pitas, los gochos y las vacas…lo mismo que ahora.
Por no decir que la leche sale de la nevera y la carne crece en los árboles, o que el pollo no es un animal si no comida que venden, que el pasto en el prado es un bonito cesped…. suma y sigue, la incultura general en temas relacionados con la naturaleza y similares roza lo esperpéntico hoy en día.
Joder! que buen post, enhorabuena!!!
Afortunadamente, mi hija de 5 años maneja su ipad con soltura pero ve a menudo las vacas y los caballos sueltos en el monte y me ha visto muchas veces preparar las brasas para hacer una parrillada de chuletillas en el campo.
ya se sabe, es culpa de los padres, que los visten como idiotas…
Ultimamente, me ha dado por recordar la Saga de la Fundación, de Isaac Asimov, concretamente la época en la que las máquinas y la tecnología eran operadas por un clero, que les rendían culto como si fueran “regalos de los dioses”
(espero que la memoria no me falle y esté mezclando novelas…)
A ver si no nos quejamos tanto. Después de un cambio de Planes de Estudio cada dos años y medio, gracias a los Pedagogos elegidos a dedo por los nunca suficientemente elogiados políticos, España en general y Andalucia en particular llevan un camino imparable para situarse como punto de referencia a nivel mundial de lo que no debe hacerse con la Educación.
Ay Jesús… llévanos pronto contigo.
Me recuerda este post a la novela infatil “La máquina maravillosa”
de Elvira Menéndez.
http://www.goodreads.com/book/show/13386955-la-m-quina-maravillosa
Pues yo, como otros comentaristas, tambien he recordado alguna anécdota de nuestros mayores: la abuela de un amigo estaba alucinada con la tv: saludaba a los locutores del telediario, cuando apagaban el aparato, decía a su hija “menos mal que ya se ha ido tanta visita, ya nos podemos acostar”, y una vez le comentó a mi amigo, en tono de confidencia que: “eso de que el hombre haya ido a la luna, me lo creo, ¿no hay aviones que vuelan?, pues han volado más alto, pero esto de la tele… no sé, no sé”.