En nuestro día a día, nos pasamos mucho tiempo digitalizando procesos. Analizamos tareas que se llevan a cabo de forma manual, con papel, con interacción física… y al final definimos un nuevo proceso que trata de eliminar el papel y las relaciones físicas, para desarrollarse solo en el universo digital.
Pero en ocasiones, no es buena idea tecnificar demasiado algunos procesos. Porque el posible ahorro de costes, no compensa la falta de contacto personal.
Estos días en mi empresa de por las mañanas están repartiendo los incentivos por conseguir los objetivos del año pasado. Con la crisis, desde hace unos años el número y el importe de los mismos, se han reducido hasta casi la nada, pero bueno, sigue siendo un día divertido el del reparto de los mismos.
Hace unos años este proceso era totalmente analógico. Los jefes escribían una carta al superior, indicando a quien querían pagar incentivos e indicaban el motivo. El jefe superior modificaba o ratificaba la propuesta (sobre el papel) y le enviaba la nueva relación al jefe de unidad. Y éste iniciaba una ronda de entrevistas personales con los empleados. En la entrevista el jefe tenía un sobre. Años atrás en el sobre estaba el importe de los incentivos en metálico. Luego un cheque y al final dejaron un oficio de Relaciones Humanas, con la cifra de los incentivos. Si no había sobre, el jefe explicaba porque no los ibas a recibir ese año y te indicaba lo que había que hacer para cobrarlos el año siguiente.
Pero al final llegó la digitalización. Ahora un día llega un correo electrónico, que te avisa para entrar a la Intranet y comprobar en tu ficha de personal si este años estás incentivado. Luego miras en otro sitio el importe del incentivo si has tenido suerte.
Y lo mejor llega para el final, llega otro correo, diciendo que en Personal hay un error y que el importe que figura en la Intranet no está bien, y que esperes una confirmación personal, para saber si hay incentivos y el importe real.
Me gustaba más lo del sobre, era mucho más emocionante. Además la gente miraba a los que salían del despacho con sobre y así sabían quien había cobrado y quien no. Y eso aumentaba la productividad del Departamento.
Así que algunos procesos, mejor dejarlos en analógico.
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En mi empresa lo de los incentivos es aún más soso que en la tuya. A nosotros nos llega el ingreso a cuenta bancaria más inchado de lo normal y al mes siguiente cuando nos dan los papeles de las nóminas tiene una sección que pone “incentivos”
Además en nuestro trabajo como trabajamos domingos, noches y demás, no es el mismo sueldo todo los meses, por lo tanto el saber la cantidad exacta de los incentivos hay que hacer cálculos o esperar un mes.
no te digo ya nada en digiitalizacion hospitalaria de procesos médicos, es mejor mirar a otro lado por las cagadas de las empresas encargadas del diseñó e implantación de la aplicación, mejor en papel….
Miedo me dan esas cosas que comentas. Si es fácil traspapelar un expediente, no te cuento un fichero…
Bah, traspapelar un expediente… mola más cuando se cae al completo la red sanitaria de una comunidad autónoma entera. (Y lo digo porque lo vivo con relativa frecuenta, lo cual para mi es un par de horas durante la noche cada 2-3 meses)
Yo he visto la red caída un par de veces cuando he ido al médico. Y en otra aquello iba tan lento… y en una tercera, tuve que ayudar al doctor a imprimir. Y voy poco al ambulatorio…
No sera Asturias esa comunidad? Xd
No, pero no queda muy lejos, y no digo más no vaya a ser que alguien del curro lea esto, que una cosa es que de puertas a dentro pongamos a informática a caer de un pino y otra cosa es hacerlo de cara al público 😛
Que grandes son tus post. Cada dia me gustan más tu entradas.
La digitalización de todos los procesos que tengan que ver con gestión de personas, recursos humanos en general, es una de las peores cosas que le ha pasado a la gestión empresarial en mucho tiempo.
Odio desde que se empezaron a implantar cosas como el SAP aplicado a los RRHH, meta 4 y demás ralea.
Mal rayo les parta.