Algunos días me pasan cosas en el PC de mi trabajo de por las mañanas que consiguen espabilarme un poco y sacarme de la modorra general mañanera. Hace unas semanas sucedió una de ellas: la agenda del Outlook empezó a recordarme citas pasadas sin borrar. Hasta aquí todo normal, pero si miráis la imagen de abajo entenderéis el motivo de mi regocijo:
Como se puede ver en la imagen me está recordando una cita de hace 15 años… Yo no sé que tocaron los compañeros que mantienen los servidores de correo pero he estado varios días con esta fiesta. Cada rato me aparecía una cita de hacía 15 años, de hacía 14 años… que tiempos esos en los que uno pasaba las mañanas de reunión en reunión. Luego te preguntaba el jefe que como iba el trabajo y le contestábamos: “O nos reunimos o trabajamos, pero las dos cosas a la vez es difícil”.
Ahora que siguen soplando vientos de prejubilación en mi empresa de por las mañanas reconozco que hay algo que echaré de menos: el Outlook. Todavía uso la versión 2010. Pero tengo en él archivada toda mi vida laboral desde hace más de 20 años. Hay días en los que busco mensajes de compañeros jubilados, de compañeros que hace mucho tiempo que no veo, de compañeros que ya no podré ver… y sigo riéndome viendo sus respuestas a requerimientos de jefes, reguladores, usuarios… es una lástima que no pueda copiarme esos mensajes y llevármelos conmigo a casa.
Por cierto que un día contaré como gracias a una comida de sobremesa conseguimos que mi anterior empresa de por las mañanas iniciase la instalación de correo electrónico a todos sus empleados allá por los años 90… qué viejo que soy ya.