Nunca había hablado de mi experiencia en una Oficina Bancaria de cara al público. Pero estos días estoy viendo y viviendo unas situaciones que si no fuese por el grave peligro para la salud que tienen darían para una comedia de humor negro. Así que voy a contar algunas de las cosas que estamos viviendo estos días desde la Oficina trabajando en cuarentena con la doble intención de entretener y de advertir.
Hace unos días atendía a un cliente con una edad de 83 años. Ha venido los tres días de la cuarentena a la Oficina. Hoy viene porque cree que no ha pagado el recibo de electricidad de la huerta. Nos trae un recibo de electricidad de hace dos años. Le indicamos que solo estamos para cosas urgentes e importantes. Nos dice que a ella no le importa nada la epidemia que total con todo lo que ha visto en la vida esto no es nada. Y cuando tratamos de explicarle que si que hay muchos conciudadanos que si están preocupados por su salid, se casco en sus muertos y en los nuestros.
Se va este cliente y entra otro cliente con una edad de 77 años. Es la cuarta vez que viene hoy. Estaba a las ocho de la mañana esperando antes de abrir. Quería sacar una cantidad de dinero muy pequeña. Le comentamos que como ya vino ayer y anteayer, que aproveche y se lleve dinero para varios días y que no hace falta que venga al Banco cada día. Que si son cantidades pequeñas que use los cajeros. Nos dice que es para su hermano, que lo de ayer fue para él. Que no sabe la clave del cajero de su hermano… Pero al cabo de una hora viene el hermano a ver porque no podía sacar una cantidad reducida por la ventanilla. Lo acompañamos al cajero a hacer la operación y se lleva el dinero. Para hacerlo corto… vuelven los dos otras dos veces porque les hacía falta más dinero.
Pero hay momentos en la mañana en los que uno mira para trata de localizar la cámara oculta. Entra un cliente con una caja de cartón. La abre y nos muestra unos fajos de billetes de pesetas de hace más de 50 años. Nos dice que estos días de cuarentena como se aburría se puso a hacer limpieza a fondo de todos los rincones y en el garaje había encontrado ese dinero. Venía a que se lo cambiásemos en Euros.
Parece que hay gente que hacía mucho tiempo que no limpiaba sus casas. Aparece otra señora mayor, pero mayor. Se acerca al mostrador y abre el bolso enorme que trae con ella. Empieza a sacar libretas de ahorro de algunas cajas de ahorro que no existen desde hace más de 25 años. Nos dice que en ellas hay dinero, que miremos y se lo demos. Y se felicita porque gracias a la cuarentena ha encontrado todo ese dinero que no se acordaba que tenía.
Como son días de estar mucho tiempo en casa al final uno se confunde. Viene otro cliente y empieza a insultarnos… que si somos unos… y unos… que como nos atrevemos a cobrarle unas comisiones si ella no es cliente del Banco. Le decimos que si no es cliente del Banco, que vaya a su entidad, que si no es cliente nuestro malamente podemos haberle cobrado nada. Entonces mete la mano en el bolso (cada día les tengo más miedo) y saca una carta con el membrete del Banco. Nos lo tira encima del mostrador. Miramos y le decimos que no le hemos cobrado nada, que es un resumen de operaciones del año anterior que enviamos a los clientes en información. Y que, además, lo que allí figura es el pago de intereses, no el cobro de comisiones. Nos dice que no, que le estamos mintiendo. En eso se acerca otro compañero, mira la carta y le dice:
– Vamos a ver, Manolo, por qué tu eres Manuel XXXX que vives en la Calle JJJJ
– Si, yo soy Manolo XXX
– Y no ves que la carta es para Juan ZZZZZ que creo que es vecino tuyo
Otro caso de cliente que busca cualquier excusa para salir de casa.
Y ahora solo un recordatoria. Si tenéis familiares que cobren pensión de jubilación, por favor no dejar que vayan a su Oficina a cobrarla el próximo día 25. En condiciones normales nosotros el día 25 atendemos a 500 clientes por ventanilla. Con que solo venga la tercera parte… es suficiente para que sea peligroso. Hay muchas alternativas: cajero automático, pagar con tarjeta de crédito (cosa que los comercios agradecerán), cualquier cosa menos que se vengan a la Oficina. Hay muchos que vienen realmente a verse con los amigos. No es momento para eso, ahora mismo cuanto menos salgamos de casa mejor para todos.
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Estos ancianos tienen son un peligro para ellos y para los demás. Alguno lo he visto cruzar la calle sin mirar, supongo que pensando que ya pararán y fuera del paso de peatones, por supuesto. Y es una gran ciudad, no una zona rural.
Menos mal que mi madre ha usado tarjeta desde hace ¿30 años? y no tiene problemas con usar el cajero. El móvil también lo usa bastante, pero todavía se lía un poco con la aplicación del correo. Mi tía y algunas de sus amigas que tienen una edad parecida (cerca de los 70) y son de la vieja escuela, tiene que ir a ventanilla y para cualquier gestión lo cuentan como si fuese una odisea.
Es como aprender a conducir o ir en bici. Si lo has aprendido de joven, cuando te haces mayor ya tienes los procedimientos aprendidos y los haces automáticamente. Aunque pierdas reflejos y seas más lento puedes hacerlo. Aprender de mayor para gente no acostumbrada a cosas nuevas es muy complicado.
En el trabajo también se nota, la gente 10 o 15 años más mayor que yo, le cuesta aprender cosas nuevas y se aferra a los
procedimientos que sabe. Yo tengo claro que la actualización es continua y no tiene fin.
El gestionar los trámites con la administración de la herencia no me supuso ningún problema. Es informarse de los trámites a seguir y llevar los documentos necesarios. El funcionario de tráfico incluso se sorprendió un poco por llevar el documento relleno a ordenador y todo correctamente. Eso de rellenar un PDF e imprimirlo todavía debe ser una cosa de frikis.
En la DGT había cierto revuelo porque para realizar los trámites hay que hacerlo con cita previa y hay una demora de 15 días por lo menos. Ahora ya ni te cuento. Un hombre de mediana edad, supongo que rondando los 55-60 protestaba por no poder hacer los trámites y tener que pedir cita. Mi padre era igual y una vez vino muy cabreado al renovar el carné de conducir por lo que había tenido que esperar (antes de que se pudiese renovar en los locales de reconocimiento médico).
El tema de la edad, la tecnología y los Bancos es curioso. Hay mucha gente mayor que está acostumbra a lo que ellos llaman “Que me sirvas”. Hace un par de años una pareja mayor. Cada uno con un Smartphone de gama alta, sentados esperando su turno. Estaban buscando donde irse de vacaciones de la manera más económica e iban anunciándose entre ellos donde conseguían el mejor precio y el paquete de vacaciones más completa. Y lo hacían gestionando varias aplicaciones a la vez. Cuando le llega su turno mi compañero les dice que una de las gestiones no se la puede hacer en ese momento, pero que podían hacerlo por la Banca OnLine. Se ofendieron y dijeron que ellos ni la tenían ni pensaban tenerla nunca, que el empleado del Banco, tenía que servirles a ellos.
Sobre la DGT yo podría contar algunas historias propias para no dormir. Yo fui con todos los papeles cumplimentados, las tasasa pagadas… hice mi cola y me lo tumbaron tres veces. Es la mafia para que acudas al final a un gestor que les dejará algo más. Por supuesto ni sabían que yo me había descargado todo por Internet… todo eran excusas
Mucho ánimo en el trabajo estos días, mucha paciencia con los clientes y ten mucho cuidado. A nosotros nos están viniendo igual, para taréas que no son necesarias, y teniendo cajero automático fuera en el que pueden hacer casi todo… a entrar en la sucursal y ponerse en riesgo ellos y al personal.
Encima somos de los que no se acuerda nadie a la hora de los aplausos, pero ahí estamos, para lo que haga falta y asumiendo nuestra parte de riesgo.
¡Un abrazo!
Gabriel: la paciencia es algo que tenemos siempre… pero hay veces que cuesta no perderla.
Yo con los viejos era condescendiente para el tema de la banca pero desde que casi todos tienen whatsapp, no entiendo porqué no tienen tarjeta de crédito OBLIGATORIA. Es por tu seguridad, yo su fuera mangante, tendría claro el objetivo!
Muy fuerte tus historias!
Yo me acabo de cambiar de banco y tuve que pedirle al señor que me enseñara a hacer un ingreso, juro que no veía el botón, y lo hice avergonzado.
Con las tarjetas ahora muchos clientes me miran… y no dicen nada. Yo siempre recomiendo a todo el mundo que tenga por lo menos dos tarjetas (mejor tres) sobre todo si tienen acceso a un tipo de cuenta (nómina, pensión…) que se las dé gratis. Además también recomiendo que no las pidan a la vez. Yo siempre llevo encima dos tarjetas diferentes y en un cajón en casa una tercera. No es la primera vez ni será la última que me falla una tarjeta, pues pago con la otra. Cuando salgo de viaje me llevo la tercera y no la pongo con las otras dos. He sufrido un par de veces el robo de la cartera/maleta a muchos kilómetros de casa y la tercera tarjeta me ha salvado literalmente el culo.
Y el no pedirlas juntas es para que no caduquen a la vez. De esta manera si por algún motivo estas lejos de casa o no puedes ir al Banco y te caduca una tarjeta… siempre tienes otras dos.
Me podéis llamar paranoico… pero he vivido en propia carne y en la de mis clientes problemas que un poco de previsión no habrían ocurrido. Y el poder pagar y disponer de dinero es algo que hay que tener previsto.
Muchos de los que hoy van locos viniendo a la Oficina eran los que hace unos meses nos rompían las tarjetas que les entregábamos sin coste para ellos.