El otro día leía yo una entrada de el Maligno (que desde que es ejecutivo agresivo se prodiga menos en su blog) donde se preguntaba: ¿Dónde están los creadores de tecnología digital en la alta dirección?.
Ya me gustaría a mí ver a alguno de mis jefes dar una presentación o una conferencia de prensa así como el CEO de Microsoft (malos) que está arriba. Pensándolo bien ya querría yo poder ir a trabajar como va vestido Nadella y no disfrazado de romano como me hacen ir.
A lo que iba. Las reflexiones de Chema Alonso me parecen muy acertadas. España es la nación de los arribistas en la alta dirección. El sitio ideal para que inicien transformaciones digitales aquellos que creen que eso es una manera de arreglar mejor las designaciones de los futuros jefes a dedo. Así que cuesta mucho encontrar a alguien que tenga algo de experiencia de base con la tecnología (tíos con masters en tecnología con nombres imposibles los que quieras, que de esos yo he conocido muchos). Y si busca a alguno que sepa lo que es una crimpadora es más fácil encontrar una manada de unicornios rosas con alas. Pero yo hoy no quería hablar de jefes. La entrada de El lado del mal, me ha recordado que el gran problema de España no es que en la alta dirección no haya nadie que sepa de tecnología real (si el PowerPoint solo es un programa de presentaciones) es que a la tropa se la suda. El empleado de base no tiene ganas de usar nuevas tecnologías y si alguien las emplea… pues como ya he contado otra vez le caerá cada vez más trabajo hasta cansarlo. Y el que se escuda en el no sé, yo no sé de eso, no sé de lo otro… pues continuará haciendo el trabajo como todos los días.
Es decir que el problema no está arriba: está también abajo. Aquí nadie quiere cambiar la forma de trabajar. Pero es un asunto que con el paso del tiempo ha ido empeorando. Antes no era así. Pero antes los jefes tampoco eran así. Y la base se fija muy bien en los de arriba. Yo recuerdo que al poco de entrar a trabajar en mi empresa de por las mañanas me encontré con que los compañeros perdían mucho tiempo generando unas simulaciones que eran imprescindibles para estudiar y conceder un préstamo hipotecario. Así que un día le comenté a mi jefe directo que si hacía un programita y lo automatizaba. Mi jefe no se lo podía creer. Me dijo que ya mismo. Me puse manos a la obra y con el viejo Clipper monté un programa. Solicitaba los datos del préstamo y hacía los cálculos matemáticos de la simulación. Además, si se deseaba lo imprimía en un folio. Mi jefe y dos compañeros más lo estuvieron probando un par de semanas. Cuando vieron que los cálculos del programa coincidían con los que ellos hacían a mano, lo enviaron al resto de Oficinas de la Zona. Y la gente lo usaba. Me llamaban para darme las gracias. Aquello les hacía ir más deprisa y poder ofrecer más préstamos. Destacar que eran otros tiempos. No existía Internet, los PCs estaban abiertos a todos. Mi programa se grababa en un disquete de 5 y cuarto y se enviaba por correo a las Oficinas. Estas metían el disquete cuando lo necesitaban, simulaban y luego lo sacaban. Hoy en día sería impensable eso.
Hace unos pocos años me pasó algo parecido en otra Oficina. Allí los jefes pedían un reporte semanal de las ventas realizadas. Los compañeros tenían unas plantillas preimpresas. Y cada vez que vendían algo lo apuntaban en la casilla correspondiente. Al final de la semana se sumaban los palotes y se enviaba un correo electrónico con los resultados. Así que cogí el Excel y cree una hoja con unos macros y dos formularios. Cada vez que se hacía una venta se hacía click en un botón y se sumaba un elemento. Para fomentar el uso la macro hacía una evaluación de como iban los objetivos por período de tiempo y además indicaba si se iban a conseguir y en caso de lograrlos que era lo que la empresa iba a pagar… Lo montamos en tres Oficinas. Duro en marcha dos semanas. Todos decían que era muy engorroso, que eso de tener la Excel abierta todo el día, que si no se acordaban de darle al botón, que si era más fácil con el lápiz y el papel.
Lo divertido es que ninguno de ellos envía cartas con papel y sellos…
En resumen que la tecnología no gusta arriba, pero tampoco abajo.
4 Comentarios
Comentarios Cerrados
Cierta época , ya había Android y iphones, vendí segurosy tenía que salir a la calle a realizarlos puerta abierta puerta, con calculadora folios y lápiz. Os podéis imaginar la escena. Se tardaba 10 minutos aunque fueras el maestro de las matemáticas. Lo mejor es que solo se necesitaban saber edades y sexos den la unidad familiar. En la primera semana tenia listo una App que en 6 segundos metía los miembros familiares y al instante tenia el presupuesto en su móvil por WhatsApp.
Me dijo la compañía que muy bien, pero que les pasara la App para certificarla… y no se que mas
¿”Certificarla” significa que se la regales? ¿Qué ocurrió?
Tendero, no estoy seguro de que Chema y tú esteis hablando del mismo tipo de empresas. Chema se refiere principalmente a directivos de empresas de IT, empresas que se dedican a crear o vender tecnología, que a menudo son dirigidas por gente que no sabe de tecnología ni le interesa. En esas empresas a menudo la tropa si que está formada por mucha gente que la conoce, se dedica a ella a diario y le gusta, aunque se encuentra con que no son muy apreciados por sus propios jefes. Los ejemplos que has puesto tú son de empresas que utilizan IT como herramienta, pero no es su mercado. Es normal que no estén muy puestos en IT aunque si que debería pedirseles un poco más de interés en conocerlas a nivel de usuario y aceptar un poco más el cambio.
Cristian: el problema es que en las empresas de las que yo hablo pasan dos cosas:
–> La tecnología si que es su mercado.¿Quién amenaza a los Bancos y empresas de servicios financiaros? Las Fintech que son empresas de tecnologia. Y luego una discusión que yo siempre tenía con mis jefes. El core del negocio de un banco (como es gusta llamarlo a ellos) en tecnológico. Yo siempre les ponía el mismo ejemplo: una gripe y no van a trabajar los comerciales un mes. Bajan las ventas, pero la empresa resiste. La misma gripe en el Centro de Datos… el Banco quiebra en dos días.
–> La otra variable es no entender que en empresas que no venden nada físico (además de Bancos, aquí añade lo que quiera: abogacía, economístas, asesores) todo el mundo desde el que reparte las botellas de agua debe saber y entender de tecnología.