Ayer tiraba de nostalgia y recordaba los tiempos en los que los PCs nos indicaban que arrancaban haciendo un beep. Hoy voy a retroceder más en el tiempo… regreso al WordStar.
Esta mañana me he encontrado un artículo en Arstechnica donde comentaba una iniciativa del escritor de Ciencia Ficción Robert J. Sawyer. Este autor ha escrito sus novelas usado el procesador de textos WordStar y ha colgado en Internet un fichero con un ejecutable del WordStar e instrucciones para arrancarlo. Y no he podido resistirme a probarlo. Así que lo he descargado (tarda un poco) luego lo he descomprimido. En Windows 11 (imagino que en 10 será muy parecido) hay que copiar la carpeta WS del directorio donde se haya descomprimido y copiarla al directorio raíz de la unidad C:. Después hay que entrar al directorio C:/WS/DOSBox-X y ejecutar el programa dosbox-x.exe y debería arrancar el WordStar sin problemas.
Si con DOSBox-X hubiese alguna incidencia también se incluye otro entorno de MS-Dos, el vDosPlus. Para ejecutarlo vamos a la carpeta C:/WS/vDosPlus y arrancamos el programa vDosPlus.exe y veremos el WordStar en este entorno.
En el paquete hay manuales, instrucciones (la de arrancar el programa están en el fichero -Readme.txt (si con el guion delante). Se incluyen también diccionarios, impresoras, tipos de letras… vamos todo lo necesario para dejar el WordStar impoluto. Lo que no he visto es un programa que usaba yo en la universidad en mi primera época. Lo que hacia era convertir un fichero de WordStar para poder imprimir con tipos de letras, con efectos (negritas, cursivas, subrayados) diferentes tamaños de fuentes… Recuerdo que proporcionaba un juego de caracteres de control. Algo parecido a las etiquetas del HTML. Entonces si querías cambiar un tipo de letra ponías [comando cambiar fuente, nombre nueva fuente] y a partir de ese momento cambiaba la fuente. Lo malo era que en la pantalla no se veía nada, solo se podía ver al imprimir. No existía ni siquiera la opción de preimpresión. Hicimos el trabajo de fin de curso de derecho administrativo (que en el año 1.987 ya se llamaba: el futuro: la administración informatizada, cambios legislativos necesarios) de más de 100 páginas y no sé las veces que lo imprimimos. Cuando se nos olvidaba cerrar una etiqueta o se cerraba mal… pues lo veías al repasar la copia impresa.
Y tardábamos horas en imprimir todo el trabajo, ya que el programa que usábamos convertía el texto en una imagen de bits y así la imprimía nuestra impresora de 9 agujas. Cada folio le llevaba 5 minutos o más, según los efectos. Y no era eso solo lo malo, sino el ruido infernal que generaba. Recuerdo que tapábamos la impresora con una manta para amortiguar el ruido que se escuchaba por toda la casa. Eso sí, cuando entregamos el trabajo el profesos no sé ni si lo leyó, pero viendo la presentación nos puso un 10.
Pero no fue ese mi primer recuerdo del WordStar. El uso más temprano que hice de él fue en tercero de BUP y en COU. Resulta que en mi instituto fundamos una revista que se llamaba el Fardacho. La primera versión la hicimos con máquina de escribir manual… y a mi no me gustaba ver los márgenes desiguales. Para la segunda versión pudimos conseguir una máquina de escribir eléctrica que justificaba los márgenes.
Pero para la tercera edición en el instituto teníamos ordenadores de 8 bits parecidos al Spectrum (no recuerdo ahora mismo la marca…) conectados televisores con resoluciones de 40 columnas. Y teníamos una versión de WordStar que cargaba (desde una cinta de casete claro) en esos equipos. Así que nos pusimos a escribir la revista allí. Como era complicado ver la página completa en los televisores que hacían de pantallas, decidimos escribir columnas. Dividimos las páginas en dos o tres columnas. Luego las fuimos escribiendo en el WordStar. Después las imprimíamos. Entonces se pegaban en folios en blanco, junto con las fotos o dibujos. Si quedaba mucho espacio en blanco, pues se reescribía el artículo añadiendo algunas morcillas al texto. Si nos salíamos del espacio, el proceso era el inverso: buscábamos sinónimos que ocupasen menos, eliminábamos algo de texto, hasta quedar bien.
Una vez teníamos la galerada había que ir a secretaría. Allí tenían una máquina de ciclostil. Generábamos una página maestra por cada hoja de la revista. Y a darle a la manivela para hacer las copias de cada página. Luego teníamos que juntar las hojas, ordenarlas y graparlas… para al final conseguir la revista. Que tiempos. Como dice mi mujer: como no teníamos Internet había tiempo para todo.
Y gracias al WordStar conseguimos sacar una revista en el año 1.984 con los márgenes justificados, como si fuese una revista de verdad. Así que mi compañero editor y yo por fin quedamos tranquilos. Cabezotas que éramos los dos, no os lo podéis ni imaginar.
Después hicimos el trabajo de literatura (sobre la Regente de Clarín) con el WordStar, pero ejecutándose en un PC de verdad. El padre de una compañera de clase había comprado uno para su empresa. Recuerdo que el PC era enorme, lleno de ventiladores y por supuesto era un IBM original. Allí fue más fácil con el monitor de fosforo verde y un teclado de verdad de IBM
Así que el que quiere recrear esos tiempos puede hacerlo con este paquete del WordStar. Yo me quedo pelándome con los diccionarios, ganas de recordar el pasado.
Yo usaba el ChiWriter, era el “rarito” porque todos los demás usaban WordStar, esto es inicios de los 90. Aprendí ChiWriter de mi padre que trabajaba en la universidad de profe de química y lo usaba mucho por las ventajas que ofrecía para añadir fórmulas matemáticas, gráficos y tal.
Buf, se me ha escapado una lagrimilla recordando el famoso Wordstar… en casa sufrimos exactamente las mismas penurias: escribe, imprime (de forma eterna y ruidosa en impresora de agujas…), corrige, vuelve a imprimir… para terminar prácticamente de madrugada…
En nuestro caso teníamos un equipo de “lujo” totalmente Epson (monitor, CPU e impresora) “puntero” para la época clónico del IBM PS/2 con monitor a COLOR (una pasada, lo malo que la gráfica era MCGA y poca cosa había compatible con ese estándard…), 8086, disquete de “simple” densidad (otro hándicap) y ruidosísimo disco duro (que acabó petando).
De propina la impresora también de 9 agujas tenía un módulo para manejar folios normales (de serie sólo manejaba papel perforado) que funcionaba fatal y atascaba el papel continuamente, lo cogía doble, torcido… madre mía, había que ir “guiando” folio a folio prácticamente…qué dolores de cabeza macho… al menos tenía “modo borrador” donde imprimía en una sola pasada mucho más rápido y peor calidad que era útil para hacer pruebas…
Recuerdo que en cuanto pudimos nos cambiamos al Wordperfect que al menos sí podía generar en su versión MS-DOS imágenes de “preimpresión” para ver cómo quedaría antes de imprimir y cuando apareció el Microsoft Word desterramos a ambos (Wordstar y Wordperfect) sin muchos miramientos porque poder escribir directamente en “modo impresión” visual era la leche (Wordperfect sacó un producto similar para Windows pero al menos las primeras versiones funcionaban fatal e iban muy lentas…).
En fin, tiempos duros aquellos sin duda… de propina los equipos se te quedaban anticuados muy rápido (apenas 3-4 años) volviéndose casi inusables con las nuevas versiones de software&SO, bendito el día que sacaron los Intel i3-i5-i7 y similares de AMD, los Windows 7 y 10, sobretodo se abarataron los discos SSD, pues desde entonces para hacer tareas básicas de ofimática te basta cualquier equipo viejuno de 2010 en adelante (de hecho mi viejo tiene una cpu de oficina “reciclada” para eso con disco SSD por supuesto).
Un saludete
Nosotros cuando pasamos al PC teníamos un Amstrad 1512 con monitor monocromo CGA (yo creo que llevo gafas por ese monitor…) y la impresora funcionaba infinitamente mejor con papel perforado. Comprábamos una versión microperforada de gama “alta” que al cortar los agujeros no dejaba apenas rastro y podían pasar por folios normales. Como bien dices si alimentabas con folios suelto el atasco asegurado. Y con papel perforado había que acercarse cada media hora a ir retirando lo ya impreso… sino también la liaba.
Y no os olvideis de la IBM Serie Assistant. Todo un paquete ofimatico para la epoca. Procesador de texto, base de datos, hoja de calculo, etc… Yo también utilice el Chiwriter. Que tiempos, ni mejores, ni peores, diferentes….
La primera suite de aplicaciones de ofimática que yo usé fue Open Access. Recuerdo que nos quedamos flipados para esos años de mitad de los 80: entorno gráfica sobre MS-Dos, Wisyng, se podían copiar y pegar datos entre las aplicaciones… y lo que yo más usé: los macros de teclados en el editor de texto: me fui creando atajos de teclado para las palabras que más se repetían en los apuntes de la carrera que pasaba a limpio y en los análisis de proyectos de software… así escribía mucho más rápido.