Reparaciones, explicaciones, privacidad.

En los comentarios de la entrada de ayer, nos dicen que la anécdota que contábamos no era cierta y que porque nos poníamos a mirar logs y datos de los PCs que reparábamos en la tienda.

Ya he contestado allí, pero se me había quedado corta la explicación. Desde hace una año, tenemos una situación que se repite mucho. Clientes que nos han comprado soluciones de seguridad (antivirus, cortafuegos…) vienen a la tienda quejándose de que a pesar de contar con la protección de los programas que les hemos instalado, terminan con el Windows kaput.

Y tenemos de todo como en botica. La mayoría a poco que preguntamos directamente te lo dicen: “Instalamos todo lo que nos encontramos, pulsamos siempre en siguiente, no nos leemos nada de los avisos de que los programas nos bajamos, si entramos a cada página más rara, de esas que empiezan a mostrar ventanitas…” Con estos clientes no hay problemas. Se les explica que hay que leer de vez en cuando los avisos. Que pueden usar el Firefox, que pueden poner sistemas de adblock, les damos la dirección de CDLibre, para que cuando tengan Installatitis pues la curen con menos probabilidades de peligros. Si hay veces que hasta aconsejamos direcciones de páginas donde se comparten ficheros P2P donde no hay enlaces a sitios raros ni ventanas que se abren solas… Al final en algún caso pues hemos instalado Linux, y problema casi terminado.

Pero en otros casos el cliente insiste y pide explicaciones. Así que tenemos que rastrear el origen de la infección. Estos meses pasado hemos tenido muchos casos de virus que se quedan en las tarjetas de memoria de las cámaras, de los móviles en los Pendrives… y limpias el PC, y a los dos días ya está la infección reproducida. Así que pedimos todos los soportes de almacenamiento externo que tenga el cliente cuando vuelven la segunda vez a la tienda

Y siempre nos quedan clientes como los de la entrada de ayer. Estos son los más difíciles, no conocen la red, ni quieren conocerla. Mi socio aquí siempre pone dos analogías, les dice:

“Tu te puedes poner un buen antirrobo en el coche, pero si quieren robártelo, te lo robarán. Y si te dejas dentro la cartera a la vista y las llaves puestas… pues a pesar del antirrobo te lo van a robar” y la otra es: “Cuando vas de marcha, sabes que si vas a los baretos de la calle xxxx (zona deprimida de la ciudad) sabes que hay muchas posibilidades de cruzarte en un pelea, de ver alguna navaja, de que se metan contigo. Ahora bien, si vas por calles anchas, bien iluminadas cerca del cuartel de la Guardia Civil, pues es más difícil que te salga un quinqui. Pues Internet es igual; hay páginas más seguras y otras más inseguras. Y hay que hacerle caso al sentido común”.

Así que muchas veces tenemos que mirar lo que contiene el PC por si tenemos que dar explicaciones de lo que ha pasado. Y casi, casi nunca nos hace falta enseñarlo. Pero yo tengo la sensación de que el cliente sabe que lo sabemos y no pregunta más. Incluso muchas veces le decimos al cliente que si tiene material sensible en el PC que se haga él la copia y nosotros no miramos nada. Y hay clientes que lo hace así.

Y sobre la veracidad de las historias… las anécdotas son reales. Pero ya lo he dicho otras veces, siempre cambio cosas (o casi siempre…) y mezclo batallitas de dos o de tres clientes en una. O hay historias tan jugosas que dan para dos o tres entradas Cada vez más tengo lectores que son clientes de la tienda física y al final, pues no me gusta que nadie se sienta identificado.