Yo que llevo muchos años en esto de la informática recuerdo con cariño aquellos años en los que para conectar un periféricos solo necesitabas un cable y tal vez los drivers. Pero con la irrupción de Internet y el gusto que tienen los fabricantes para tenerte controlado y realmente no darte en propiedad lo que pagas esos tiempos se echan más de menos.
Yo solo quiero poder comprar un periférico que pueda usarlo cualquiera que lo tenga en su poder. Que para que cumpla su función baste enchufarlo, darle corriente o ponerlo en marcha. Pero parece que es algo que se ha puesto imposible. Amigos de la Comisión Europea, si se aburren ya tienen otra mosca a la que darle con su rabo: obliguen a que cuando pagamos por algo tengamos su propiedad y podamos decidir como y cuando usarlo.
Yo ya he perdido la cuenta del tiempo que paso con registros y zarandajas varias para poder usar cosas que me he comprado, o para que nuestros clientes usen lo que nos compran. De hecho hay varios periféricos que tengo claro que uno de los motivos de su fracaso es esta obsesión por el registro y el control. Como siempre algunos ejemplos:
- No te conozco, no puedes oír música: hace un par de meses mis cascos bluetooth inalámbricos murieron. Había durado casi 10 años, fueron unos de los primeros que salieron al mercado. Para usarlos en un nuevo dispositivo me bastaba activar el reconocimiento de Bluetooth, verlos y pulsar OK. Mi socio me pide unos nuevos en la tienda. Resulta que para poder usar todas sus prestaciones (mejor modo bluetooth, cancelación de ruido, ecualizadores…) debe crearme una cuenta en la web del fabricante y registrarme. Como leo en los foros que mejora mucho el sonido con estas nuevas prestaciones, creo una cuenta y me registro. Este fin de semana me voy a caminar y me llevo los cascos. Noto algo raro en el sonido y pienso que estarán desconfigurados. Al entrar en el móvil al menú de los cascos, me dice que debo confirmar que yo soy yo… pongo el usuario y la constraseña… pero me dice que no es correcta. Pero recuerdo perfectamente ambos… sigue sin funcionar. Al final indico que no recuerdo la contraseña… solo tengo que repetirlo tres veces para poder acceder al modo de recuperación de constraseña… y cuando la tecleo me dice que es la misma que tenía (si lo sabía yo). Tras 10 minutos, vuelvo a poder usar los auriculares con todas sus prestaciones:
Me pregunto qué ganó yo con ese registro: nada. El fabricante gana poder enviarme publicidad: alguien debería prohibir eso.
- Si no te registras no imprimes: hace un años tuvimos el primer caso de un cliente que no podía imprimir con una impresora que nos acababa de comprar. Máquinas de gama baja de HP, no funcionaban ni por Wifi ni por USB si no se registraba el cliente antes. Misma pregunta que con los auriculares: yo como cliente, obtengo alguna ventaja de registrarme. Algunos fabricantes disfrazan esto con ofertas y descuentos. Ahora mismo por ejemplo Brother tiene un programa de descuentos si te registras en su Web. En este caso la impresora funciona, pero si te registras te hacen un abono proporcional el precio de la impresora. Por lo menos si aceptas algo te dan una contraprestación.
- Las gafas de realidad virtual no se pueden prestar ni usar en otro PC: hace un año y medio la familia me regaló unas gafas de realidad virtual (a ver si algún día escribo sobre su uso) y cada vez las uso menos. Uno de los motivos para ello es lo complicado que es tratar de moverlas o usarlas en otro PC. Se trata de unas Meta Quest 2. Al final lo que me más me gustaba de ellas era conectarlas al PC y emplear aplicaciones lúdicas (juegos) y algunas serias de realidad virtual. Pero en mi casa tengo 4 PCs y en ocasiones había algo que quería ver con la realidad virtual en otro PC de la casa… desistí. Este verano mi socio compró un par de juegos de simulación compatibles con las gafas de realidad virtual. Se las presté y le fue imposible reconectarse desde su PC para probar los juegos. Si le convencían la calidad de las gafas compraría unas para él. Se enfadó tanto que desistió de instalar uno de los juegos en mi PC (tampoco era fácil, ni mover su hardware de simulación a mi casa) y se olvidó de las gafas.
Hace años tu cogías una impresora, conectabas el cable y a funcionar. A lo peor pues necesitabas un disquete con drivers. Si querías oír música conectabas los cascos o los altavoces y ya esta´… pero esa simplicidad y sencillez ha pasado a la historia, con el agravante de que no hemos obtenido ninguna ventaja con el cambio.