Cada vez más la forma de escribir y de expresarnos viene marcada por la tecnología. Ahora mismo tenemos un generación de usuarios de teléfonos móviles que están con su jerga a la hora de escribir. Y no me parece mal, siempre que sepan donde están escribiendo.
El otro día en mi empresa de por las mañanas me toco estar en el CAU como último nivel. Es decir cuando un empleado no sabe hacer algo, pregunta a uns sistema “experto” si falla, salta a una persona humana que si no sabe la respuesta, agrupa la preguntas por tema y nos la pasa a los especialistas. Bueno, pues allí estaba yo haciendo de especialista. Muchas veces los mensajes que nos llegan serían ininteligibles si los leyesen personas ajenas a nuestra empresa. Hay jergas que se van formando con el paso del tiempo y que solo entienden los que están trabajando en el día a día con ellas. Luego tenemos las abreviaturas, los anglicismos… pero bueno uno va entendiendo y al final contestamos.
Bueno a lo que iba el otro día me llegaron varias preguntas seguidas que no entendía. El que las hacía, las había escrito, como si fuese un SMS o como si estuviese con su aplicación de mensajería móvil favorita. Frases cortas, sin puntuar, todo mayúsculas abreviaturas absurdas… al final , las devolvimos con un escueto mensaje de : “No entendemos cual es la incidencia planteada, por favor, pueden ampliar información”. Nos llegaron al rato algo mejor escritas. La lástima fue que no pude pegarle la imagen que me hubiese gustado poner de respuesta:
Así estamos tratando de descifrar lo que nos escriben los usuarios. Cada vez es más complicado esto de poder dar respuestas.
3 Comentarios
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Ha sido leer el título y pensar en esa imagen que has puesto y en esta otra
Yo no soy capaz de descrifrar la mitad de los mensajes que me llegan al móvil, así que defiendo el uso de la ortografía íntegra en todo tipo de dispositivos.
Si sólo fuera la ortografía… Es que ni siquiera se molestan en intentar que las frases tengan sentido. Eso de sujeto-verbo-complemento debe de ser también una antigualla. ¿A que sí?