La semana pasada tuvimos un par de días muy movidos en el taller. Parecía que teníamos una confabulación de ordenadores nuevos que no querían funcionar bien.
Todo empezó con el primer equipo que montábamos con uno de los nuevos AMD 8700G. Era un equipo que encajaba en las virtudes del procesador. El cliente buscaba un PC para que si hijo pequeño pudiese jugar a juegos sencillo y él lo pudiese emplear para tareas de ofimática avanzada, pero ya contaré más del micro otro día, hoy voy con los problemas.
En el taller montan el PC y van corriendo a probar lo que corría el procesador. Todo correcto. Pero cuando ya han guardado los datos de rendimiento empiezan los tests de funcionamiento. Uno que siempre hacen es probar todas las conexiones y puertos del PC: audio, red, gráficos y USBs. Un USB 2.0 no funcionaba. El caso es que al montarlo si que iba, porque conectaron allí el teclado en el taller. Pensando que podría ser algún problema de Windows, reinstalaron: mismo resultado, uno de los conectores USB 2.0 no funciona. Con un Linux el resultado era el mismo.
Así que descartamos problemas de hardware. Comprobaron que la placa base tenía la última versión de la BIOS instalada. Por si acaso instalaron la versión anterior: lo mismo, el USB no funcionaba. Revisión de foros del fabricante de la placa base: había gente quejándose de ese problema, pero hacía 3 años cuando salieron los AMD 5600G y 5700G. Hicimos algunos cambios en la configuración de la BIOS pero el USB 2.0 (solo uno de ellos) continuaba sin ver lo que se conectaba. Como disponíamos de tiempo (el PC había que entregarlo dentro de 10 días) enviamos la placa base al SAT del distribuidor.
Desde allí nos dicen que les funciona bien. Mi socio le dice que si han revisado todos los USB, les pasa unas fotos donde marca el USB concreto que no funciona y un video. Unas horas después desde el SAT nos dicen que han probado ese USB concreto y que les funciona. Pero en el interín mi socio pide otra placa con el mismo chipset, pero de otro fabricante.
Cuando llega la placa base nueva monta otra vez el PC: y mismo resultado. Uno de los USB 2.0 traseros no funciona. Yo vuelvo a mirar en los foros de este fabricante y me paso lo mismo que con el anterior: solo había quejas parecidas, pero con los AMD 5600G y 5700G. Y veo que allí la solución llegó al cabo de unos meses con un cambio de firmware del micro y de BIOS de placa a la vez. Como teníamos en el taller dos PCs para montar con AMD 7700x y con 7600X, probaron con estos micros en la misma placa base: el puerto USB funcionaba. En estas estábamos que nos aprueban un presupuesto con otro AMD 8700G. Y ya os lo podéis imaginar: con el segundo micro pasaba lo mismo: no importaba la marca de placa base, fallaba un puerto USB 2.0. Como dice mi socio: ¿Somos los únicos que estamos probando ahora mismo todos los puertos USB 2.0 de un PC?. Al final se lo hemos explicado a los clientes (tienen otros 3 puertos 2.0 y 8 puertos 3.0) que de momento no conecten nada a ese puerto y lo hemos cerrado con un trozo de cinta aislante.
Pero mientras se peleaban en el taller con los AMD, los Intel se sintieron celosos y decidieron también dar problemas ellos, para que no los olvidásemos. Teníamos un PC para ofimática con uno de los nuevos Intel Core i5 14400 con 16 gigas de DDR5 a 5.200 MHz. Era un PC sencillo y llevaba una placa base de gama media-baja. Cuando empiezan a probarlo en el taller se dan cuenta de que la RAM en la BIOS la reconoce a 5.200 MHz pero luego en los tests con el PC arrancado la marca a 4.800MHz. Para no perder tiempo en el taller piden otra placa base de otro fabricante y algo más cara. Montan la nueva placa base y el problema sigue igual. Por si era un problema de chips prueban con otros chips y hacen pruebas también con chips más rápidos (la placa soportaba hasta 6.000 MHz). Incluso prueban un chip de los que aparecen en la web del fabricante de la placa base como recomendados para funcionar a 5.200 MHz y a 5.600MHz. Pero el problema no se solucionaba.
El tema de la RAM que no funciona a la velocidad que debería es algo que nos pasa ya desde hace años. Así que en el taller deciden configurar la RAM a mano. Sacan las especificaciones de la RAM y entran a la BIOS y la teclean a mano. Vuelven a arrancar y desde Windows lo mismo: la RAM sigue a 4.800 MHz. Entonces vemos los parámetros que están grabados en la RAM y uno de ellos no coincide con lo que hemos tecleado. Así que vuelven a entrar a la BIOS y lo vuelven a cambiar… sigue sin ir. Al final se dan cuenta que no importa lo que pongan en ese multiplicador, al reiniciar la BIOS vuelve a poner el valor por defecto. Al hacer la misma prueba en la otra placa base sacan algo más de información: al llegar a ese parámetro de configuración de la RAM… no está habilitado y no se puede modificar. La última prueba es montar un micro Intel 12400 y con ése la RAM si que iba a 5.200 MHz.
Al final encontramos algunos foros de los fabricantes de las placas con situaciones parecidas. El Core i5 14400 en sus especificaciones viene solo para DDR5 a 4.800 MHz. Pero eso pasa siempre. Luego los fabricantes de las placas base permiten saltárselo. Pero en las serie 14xxx Intel ha añadido algunos cambios y de momento si los micros no son K no todas las placas base pueden hacerlo. Así que toca esperar a que el fabricante actualicé la BIOS para poder subir la velocidad de la RAM.
Y menos mal que al final encontramos alguna explicación. Pero hay días en que esto es más complicado de lo que parece.