Hace unos días estaba peleándome con un PC de alto rendimiento de hace unos años (más de un lustro). Recordé que en una web de las que estaban en mi colección de enlaces del blog habían comentado sobre configuraciones y problemas con esos procesadores. Y me fue a la sección de enlaces del blog… y no estaba. En algún momento desde el último cambio de diseño hace tres años la sección de enlaces había desaparecido.
Así que me fui a buscar una copia de seguridad. Localicé la tabla con la sección de enlaces del blog. Tenía más de 100 Enlaces. La última vez que la revisé (comprobé con horror que fue en el año 2.012) ya día de baja a la mitad. Páginas que consultaba casi a diario y que habían desaparecido. Así que tuve que repetir la operación. Del año 2.012 quedaban unos 70 enlaces. Comencé entonces a visitarlos. Y solo sobrevivían 23. Algunas habían mutado, pero las dejé porque el autor era el mismo. Otras se habían convertido en grandes bichos de la comunicación, alguna ya no hacía para nada honor al título con el que habían nacido (que tiempos esos de buscar nombre para el blog…).
Me di cuenta porque habían desaparecido los enlaces. En una actualización de WordPress el plugin que tenía para mantener los enlaces dio un error con el tema… y lo desactivé. Pensaba resolverlo y se quedó en la lista de mejoras pendientes de la página. Así que me puse a buscar un nuevo plugin. Y pude comprobar que poco caso se hace ahora en WordPress a los plugins para mantener listas de enlaces recomendados. Al final encontré Link Library lo instalé y volví a poner la lista de enlaces depurada. Podéis verla en la barra de la izquierda del blog.
Y no pude evitar esos años que pasamos hace más de una década, cuando todo el mundo tenia un blog, colaboraba con un blog, leía blogs… Esa época en la que podías conocer a gente solo leyendo blogs. En la que entrabas en comentarios a polemizar… Luego igual que empezó todo terminó. Entre las redes sociales, los blogs de empresas, el contenido pagado, los cambios de los buscadores, todo se acabó. Y hay veces en que lo echo de menos. Está claro que no puedo volver atrás en el tiempo. Pero he decidido que por lo menos puedo cambiar yo. Así que voy a hacer un par de cosas, tontas, dos granos de arena pero por lo menos reduciré mi nostalgía.
Primero voy a empezar a leer más páginas de forma directa y menos con los lectores de RSS. Es más cómodo usar un lector, pero es más impersonal. Pierdo de vista el diseño del blog, las cosas que el autor ha puesto alrededor de su entrada, los comentarios…
La segunda es ir buscando sitios nuevos. Y leerlos y comentar en ellos. Y si me gustan irlos agregando a la lista de mi blog. Así que si tenéis un blog ya estáis tardando mucho en enviarme un enlace. Quedamos pocos pero quiero pensar que por lo menos hemos sobrevivido los cabezotas.
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Facebook se cargó los bogs. Yo el mío lo archivé hace unos meses. Se une el no tener demasiado tiempo para escribir con que ya todo el tráfico está centrado en Facebook. Incluso entradas de blogs publicadas o “publicitadas” en Facebook terminan concentrando los comentarios allí en lugar de en el sitio original. Una pena desde luego por la dependencia que terminamos teniendo de un único servicio.
Yo personalmente no puedo con Facebook. Como tu dices hay días que tengo más tráfico desde allí hasta el blog que directamente… pero no me gusta la estructura ni la usabilidad. Fíjata que no entro ya en el tema mollar que tu indicas: dependemos cada vez de menos sitios. Al final hemos vuelto a centralizar la red… y es una lástima.
No olvidemos que segùn las estadisticas facebook es usado por 1de cada 4 terricolas. Yo no lo uso ni lo usare. Y WA es muy volatil. Sigo AMANDO los blogs, más precisos, menos abusivos, muchisimo más utiles.