El asunta de la edad de un ordenador es algo muy complicado. Sobre todo cuando los clientes no saben lo que compraron, ni cuando lo compraron ni a quién se lo compraron. Y si tratas de explicárselo muchas veces es peor. Pero al final siempre se lo decimos y tratamos de explicárselo.
Tenemos varios casos donde el cliente no reconoce la edad del PC. El que dice que es más viejo de lo qué es porque quiere comprarse algo nuevo. Aquí se trata de que otro pague el PC nuevo. Nos pasa mucho con hijos que quieren actualizar el PC. Nosotros aquí siempre somos honrados pero no siempre nos ponemos de parte del padre. En ocasiones el hijo tiene toda la razón en pedir un PC nuevo… ya que la edad del PC es muy elevada.
Luego tenemos los clientes que vienen a reparar o a ampliar un ordenador. Aquí muchas veces el cliente no entiende que hay cosas que no son ya ni reparables ni ampliables… tal vez hace una década se hubiese podido hacer. Estas últimas semanas hemos tenido varios casos así, dos ejemplos para mostrarlo:
- Nos llama un cliente para preguntarnos si podemos ampliar un PC. Resulta que se ha comprado una cámara deportiva (gama muy alta, 360, superresolución…) y en su PC actual no puede instalar el software. Le preguntamos la edad del PC y nos dice que 5 o 6 años. Le decimos que mejor si vemos el PC antes para comprobar la compatibilidad. Un par de horas después llega con una torre bajo el brazo. Nada verlo me tengo que aguantar la risa. Es una caja que nosotros montábamos hace más de 20 años. Comprabamos y el PC iba con Windows XP, tarjeta de sonido separada… e incluso un modem 56k telefónico. Le explicamos que nada se podía aprovechar que necesitaba un PC nuevo. Y que si quería sacar todo el partido a la cámara deportiva un PC por lo menos de gama media. Al final se llevó un PC muy ajustado que cumplía por los pelos los requisitos mínimos del fabricante de la cámara. Pero bueno el cliente no se enfadó mucho cuando le explicamos la edad de su PC e hicimos una venta.
- Este caso es más común. Suelen ser portátiles que o están averiados o van muy lentos y los clientes vienen a ver si tienen solución. En muchas ocasiones el novio, primo, hijo del frutero, hermano… ha abierto antes el portátil tratando de repararlo y solo ha empeorado la cosa. Un ejemplo que une todo fue lo que nos sucedió hace un par de semanas. Entra una clienta con un portátil bajo el brazo. Un equipo de 14” abierto, con un golpe en la pantalla, una bisagra de la misma rota, y casi todos los cables internos desconectados: ventiladores, Wifi, batería, tarjeta gráfica… nos dice que si lo podemos reparar. Miro y veo una bonita pegatina de Windows 8 en la trasera y otra de un Intel Core i3 de quinta generación. Le digo que yo ni me planteaba la reparación. Que aparte del destrozo que veía en el interior que hacía que no supiese ni por donde empezar a reparar, un PC con más de 10 años y con un procesador tan poca cosa no vale la pena repararlo. El cliente nos dice que es imposible que el portátil tenga más de 10 años. Nos explica que se compró el PC cuando empezó la carrara y que la terminó el año pasado sin repetir ningún curso, que el PC tiene 5 años. Nosotros le mostramos como Microsoft dejó de vender Windows 8 en el año 2013 y que un Intel de quinta generación es de hace 11 o 12 años. La cliente sigue empeñada. Nosotros le decimos que tal vez lo compró de segunda mano. Nos dice que no, que lo compró de (aquí el nombre de una plataforma famosa por vender restos de stock y que es un outlet realmente). Le explicamos que no dudamos que fuese nuevo, pero que cuando lo compró ese PC tenía ya más de 5 años. Al final le hicimos un par de presupuestos, pero ya no ha regresado a la tienda.
Así que cuesta explicar y convencer a los clientes de que ese PC no es tan nuevo como el piensa… por cierto no sé el motivo, pero esto no pasa con los teléfonos móviles.