Es curioso como algunas de nuestras aficiones pueden comenzar de una forma totalmente fortuita o no tanto. Mi afición a las obras de Ciencia Ficción comenzó cuando tenía entre 7 y 8 años. Y comenzó con unas novelas del autor de la obra que comento hoy. Geroge H. White seudónimo de Pascual Enguidanos.
Y antes de comenzar el comentario de la obra de esta semana os voy a contar como empecé a leer Ciencia Ficción en mi infancia. Mi abuela materna era una persona con un gran carácter y que le tenía miedo a muy pocas cosas. Algo por otra parte normal para quien había sufrido una Guerra Civil y una postguerra criando a sus hijos y que se quedó viuda joven. Pero había una cosa que no podía soportar: las tormentas con aparato eléctrico. Era empezar a escuchar llover y oír un trueno para que se desmoronase.
En aquellos años vivíamos en una casa con planta baja y piso. En el hueco de la escalare que comunicaba con el piso superior había una pequeña despensa. Mi abuela se refugiaba en dicho armario cuando empezaba a escuchar los rayos. Y si yo estaba con ella tenía que entrar a acompañarla. Pensaba que en esa habitación rodeada por la pared maestra y por la escalera arriba era donde más segura estaba en la casa si un relámpago caía sobre nosotros.
Recuerdo que una tarde primavera se inició una tormenta. Acaba con mi abuela dentro de la despensa bajo la escalera. Mientras mi abuela empezaba a rezar yo me aburría y no entendía qué hacíamos allí encerrados. Y entonces comencé a quejarme por el encierro injusto. Mi abuela para acallar mi pequeña rebelión se puso a rebuscar en las estanterías de la alacena y sacó una caja de cartón llena de polvo. La abrió y allí había una pequeña colección de novelas de bolsillo (nunca supe si eran de mi abuelo paterno o de mi madre… yo creo que había de ambos dada la temática lo que allí encontré) con novelas del oeste, policiacas, de Ciencia Ficción y de Corin Tellado. Me dijo mi abuela: mira a ver cual te gusta. Y me cogí enseguida una obra de George H. White que tenía en la portada dibujada una nave espacial. La novela era una de la saga de los Aznar. Había media docena de novelas de George H. White que fui leyendo ese mes. Y por supuesto las otras novelas no se quedaron sin leer. En una época en la que no había apenas televisión (en verano emitían muy pocas horas) solo íbamos a la playa los domingos que teníamos la suerte de que nuestro padre no estuviese cansado y las piscinas del pueblo podían contarse con los dedos de una mano… pues la lectura era una forma de pasar los días. Y con esa caja de cartón empezó mi afición a la Ciencia Ficción.
El otro día estaba yo recordando mi infancia y decidí darle una segunda oportunidad (casi 50 años después) a George H. White. Y cogí al azar esta novela: “Contra el Impero de Nahum”. La obra es breve poco más de 100 páginas. El estilo es muy directo, pero a pesar de los años pasados se sigue leyendo muy bien. Me hace mucha gracia el estilo serio, la forma de hablar de los personajes que muchas veces se hablan entre ellos de usted, los nombre tan de esa España de los 50. Pero la historia a pesar de su simplicidad te atrapa. El libro es continuación de una subtrama en la que los terrestres a bordo del planeta Varela se enfrentan a un imperio que domina otro galaxia: el Impero de Nahum del título. En la historia hay amor, mundos fantásticos, armas apocalípticas y batallas espaciales con naves, torpedos y bombas atómicas. Al final me la leí de un tirón. Y me siguió gustando mucho. Tanto que ahora tengo varias obras más en la cola de lectura de esta misma saga.
Así que si te gusta la Ciencia Ficción y no sabes nada del autoplaneta Varela ni sabes quienes son los Aznar estás tardando mucho en descubrirlos. Mi consejo es que si no sabes nada de la saga empezases por el principio.
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Esta reseña me ha traído muy buenos recuerdos. Me tropecé con Geroge H. White y la Saga de los Aznar en un mercadillos de libros, un par de novelas sueltas. Y aluciné en colores. Después me enteré que eran novelas muy avanzadas de la Saga, cuando los Thorbod conquistan el planeta Atolón (creo que se llamaba). Tenía detalles muy interesantes para la época (no escribo más, para no extenderme)
Como eran de la mitad, devoraba cada detalle para imaginar qué había pasado antes.
Y me quedé justo cuando comenzaba la batalla final, entre los Thorbod y los Aznar 🙁
Yo las que leí eran de las primeras… pero creo que poco a poco le voy a poner remedio al asunto.