Estas vacaciones de Navidad pasadas estuve atacando un poco mi lista de libros pendientes. Estuve leyendo entre otros Un peculiar asesinato malayo de Shamini Flint.
Se trata de una novela policiaca un género que me gusta, es una literatura de evasión que me agrada leer para evadirme. Pero además cumple también mi afición por ir leyendo libros de autores de países que conozco menos. En este caso la autora y el protagonista son de Singapur, pero la acción transcurre en Malasia. Es la primera novela de una serie protagonizada por el Inspector Singh, un policía de Singapur. Pero viendo otras obras de la autora, ésta lo va enviando por países próximos a Singapur. El Inspector Shing es un cruce entre Columbo y Sandokan retirado y envejecido.
El libro nos muestra la sociedad malaya en la que podemos observar la mezcla de razas y religiones que comparten el territorio de aquellas islas. Allí es enviado el Inspector Shing para que investigue un caso de asesinato donde la acusada es una famosa modelo de Singapur que parece que ha matado a su marido un rico malayo. Las descripciones de Kuala Lumpur donde transcurre la mayor parte de la acción son muy interesantes y completas. La autora nos muestra a su policía y aprovecha también para hacer un repaso a la cocina malaya.
En la trama son importantes una serie de problemas legales. Aquí se nota que la autora es abogada de profesión. Pero están muy bien imbricadas en la historia. De hecho no son solo problemas legales, sino que podríamos decir que son religiosos y filosóficos. Es muy interesante como juega aquí la separación entre religión y estado. Además de ver la convivencia de diferentes religiones que se arrogan parte de los derechos civiles de sus feligreses. La verdad es que esa parte me resulto muy interesante y me hizo pensar mucho en esa situación y en lo que sucederá en Europa cuando empecemos a tener casos legales semejantes.
La forma de investigar del Inspector Shing es cuanto menos curiosa: apenas hace nada… parece más un catalizador para que otros hagan algo: los acusados, los testigos, otros policías. Va haciendo un poco de mosca cojonera para que otros salten y vayan avanzando con la investigación.
En resumen un libro que se lee de un tirón. Que nos lleva a la tierra de Sandokán (por cierto que también he estado releyendo un par de novelas de Salgari sobre Sandokán) en nuestros días y nos muestra algunos problemas de la relación entre la religión y el derecho y entre la empresa y la ecología también. Recomendable si te gusta la novela policiaca.