Esta semana he vuelto a la ciencia ficción. Y por la puerta grande el Premio Hugo del 2010 (bueno una de las dos noveles galardonadas el año pasado), La Chica Mecánica de Paolo Bacigalupi.
La novela tenía buenas críticas así que la puse por delante de mi lista de libros pendientes. No todos los días tengo la oportunidad de leer un libro al muy poco de salir a la venta.
La Chica Mecánica se sitúa en un futuro en el sigro XXII. La civilización ha ido retrocediendo, por no haber sido capaz de asumir el fin del petróleo. Así que vemos una vuelta a sistemas de energía más naturales. Por otro lado hay mucha hambre en la Tierra. La lucha entre compañías patentando plantas y otras tratando de piratearlas, provoca que muchas especies vegetales y animales, hayan desaparecido. Esto genera falta de alimentos a escala planetaria. En esta situación, tenemos a un investigador de unas de estas compañías, que va detrás de una reserva de semillas en Tailandia. La acción de la novela transcurre por tanto en el exótico país del lejano oriente. Conocemos muchas de las costumbres de sus habitantes, tanto culturales, como gastronómicas y religiosas.
La novela no tiene un protagonista claro a pesar del título. La chica mecánica del título, es un ser humano con partes cibernéticas, que ha sido creado de forma artificial. Pero además de a ella, tenemos a varios policías tailandeses, un chino refugiado, el investigador de la multinacional, varios políticos… y la historia de la novela va moviéndose con ellos.
La novela se lee bien, la historio está bien trabada. Pero no me gustó. De entrada el que una novela me muestre un futuro tan sombrío, siempre me pone a la contra. El no tener un protagonista claro, también me despista. Hay partes de la historia que me chirrían mucho. Por ejemplo, en la novela tenemos un siglo XXII con una floreciente industria genética, pero en cambio no hay apenas electricidad y los ordenadores son atrasados. No encajan ambas cosas. Sin ordenadores, no hay forma de avanzar la genética tanto.
Luego, el conflicto de la chica mecánica me parece muy falso. Cualquier novela de robots de Asimov conseguía hacer pensar más y tomar conciencia a un ser no humano, sobre su humanidad, más que en esta novela.
En resumen, una novela que se lee bien, pero que no la veo para llegar a ser un Premio Hugo.
3 Comentarios
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Pues bueno es saberlo, porque como bien dices, las critícas son muy buenas y a mi me apasiona Asimov, asi que pensaba comprarlo por el tema, pero si realmente es tan “abstracto”, mejor me pillo la última de Stephen King que sé a que atenerme.
A ver, una serie de puntualizaciones.
La chica es completamente biológica, es un ser modificado genéticamente y no tiene nada de cibernético. Es como un niño probeta, pero más elaborado y educada para lo que ha sido educada.
La carencia de informática y de medios tecnológicos la tiene dicho país por no haberse sometido al control de las multinacionales, que tienen de todo y sin problemas. Fíjate que los mejores muelles son los que está montando Anderson en su fábrica, que los japoneses tienen clipperes mucho más avanzados y que cuando salen en las salas de ordenadores en el bunker se cita que hay ordenadores mucho más avanzados y que consumen mucho menos pero que ellos no tienen acceso, aparte de que Anderson está fletando un grupo de mercenarios con armamento tecnológico…
Hombre, es verdad que esa discrepancia entre la biotecnología y lo demás puede ser por el aislamiento del país, pero algunas cosas son exageradas.¿Cómo es que las energías eólica, hidráulica y solar ya no existen? ¿Ni aparatos eléctricos con baterías? No hacen falta multinacionales de alta tecnología para montar molinos de viento y fabricar pilas, digo yo.
Creo que es porque el autor pone su mensaje ideológico (ecologista, por supuesto) por delante de la coherencia, lo cual no es muy deseable en una novela de CF. Así que exagera la penuria energética y exagera también los horrores biotecnológicos.
Por otra parte pienso que la novela está muy bien escrita, los personajes están bien descritos(aunque algo estereotipados) y uno acaba interesándose por cómo acaba todo.
Hay otros relatos y una novela de este autor situados en el mismo mundo.