Hacía unas semanas que no comentaba ninguna lectura en el blog. Muy liado con muchos temas, así que tenía demasiado abandonados mis libros. Y me puse a remediar el tema, con un libro, un clásico de la Ciencia Ficción, El hombre en el laberinto de Robert Silverberg.
Se trata de una obra del año 1.969, pero que suena inquietantemente actual. Eso hablando de libros de Ciencia Ficción, es algo muy difícil de conseguir. El libro engaña mucho, uno mira la última página y ve que no llega ni a las trescientas. Así que pensamos que en dos sentadas lo podemos leer. Sin embargo en un libro que nos hace pensar, nos obliga a reflexionar y su lectora se vuelve compleja y no es tan rápida como nos parecía.
El libro cuenta la historia de un famoso aventurero, mezcla de diplomático y explorador espacial, que después de tenerlo todo y de ser el hombre más famoso de la galaxia, se recluye en un laberinto de un planeta extraterrestre. Allí rumia su soledad y se va planteando su vida y su relación con la sociedad. Hasta el laberinto llega una expedición, que quiere sacarlo de ahí. La humanidad está en peligro y parece que el hombre en el laberinto es la única posibilidad para sobrevivir.
La novela es una reflexión sobre el yo individual, sobre la política, sobre si el fin justifica los medios, sobre la ingenuidad de la juventud, sobre las apariencias… sobre muchas cosas. Es curioso como en tan pocas páginas se pueden tocar tantos temas y además enlazarlos de forma natural.
El libro en algo que yo veo como un mérito, pero algunos lo verán como un fallo, no explora muchas de las líneas argumentales que abre, deja en el aire muchas preguntas y no lo explica todo. Esto hoy en día sería señal de que vienen otros libros después, pero no fue así. El autor se centra en el conflicto del protagonista y hay cosas que no explica (quienes hicieron el laberinto, porqué…) porque no lo necesita, él quiere mostrar como un hombre se aísla del resto de la humanidad y para ello necesita el laberinto. El final parece algo acelerado, pero es lo que tienen estas obras clásicas, los editores no obligaban a escribir mamotretos de cientos y cientos de páginas, aquí ha economía de palabras y de páginas.
Esta obra tiene algunos puntos en común con otra novela de la que ya hablé el año pasado, La caja de las orquídeas. La idea de la ciudad de la caja de las orquídeas, se parce mucho al laberinto de Silverberg
En resumen, un libro que me ha gustado muchísimo y que recomiendo, no solo a los aficionados a la Ciencia Ficción, sino a todos los que gustan de leer sobre el hombre, sus conflictos, la política y la sociedad.
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Pues mira, mi próxima lectura. Que estoy un poco hastiado ya de policíacos del Norte de Europa… Aunque los de Jussi Adler-Olsen me gustan muchísimo por la cantidad de humor que pone en sus novelas.
Hay una cosa en la que se le notan los años al libro, y es en el extraordinario machismo que transpira. Actualmente un libro en el que todos los hombres fueran heróes supervalientes y todas las mujeres objetos sexuales pasivos, o como mucho espejos para que el hombre contemple su yo heróico, no sería tolerable.
Esto no quita nada a las virtudes del libro: la habilidad con la que el autor proporciona únicamente la información necesaria para entender la trama, el excelente dibujo de los personajes (masculinos) y los temas filosóficos y morales en los que entra. Aunque en mi opinión, esos temas filosóficos y morales quedan cerrados en falso con un “al final los heróes hacen lo que tienen que hacer”.