Uno como ya he contado aquí otras veces, es seguidor de series de TV de contenido político. Sobre todo de las de Armando Iannucci. Entre mis tres mejores series de todos los tiempos pondría sin lugar a dudas a The Thick of It. Pero hoy voy a fijarme más en su prima norteamericana Veep.
Si eres seguidor de Veep imagino que adivinarás por donde van los tiros de esta entrada. Sino has visto la cuarta temporada, pues aviso de adelantos de argumento; así que si sigues leyendo es bajo tu propia responsabilidad.
Hoy estaba leyendo yo esta noticia sobre el candidato republicano Trump que pedía a Rusia (imagino que a sus servicios secretos) que revelasen los correos electrónicos que Hilary Clinton se reenvió a su cuenta personal cuando era Ministra de Asuntos Exteriores en la Administración Obama.
Claro que estas declaraciones de Trump vienen después de la publicación de unos correos electrónicos del Partido Demócrata donde se veía que no eran neutrales en sus primarias. Sino que trataban de favorecer a Hilary frente a Sanders. Y claro aparecen los portavoces del partido demócrata no se les ocurre nada mejor que decir, que acusar a Rusia de haber hecho públicos los correos. Por supuesto no los niegan, sino que tratan de desprestigiarlos desviando la atención hacia el antiguo adversario de la Guerra Fría. Y ahí está el FBI haciendo el papelón de buscar quien ha hecho públicos los correos. Y algunos que no son muy partidarios de Trump dicen que no han sido los rusos…
Si ya estás algo mareado, mejor que no veas ni The Thick of It ni Veeps…
Y aquí es donde uno ve que la realidad siempre supera a la ficción. En la tercera temporada de Veep ya vemos un lío morrocotudo que se monta con el reenvío de una serie de correos gubernamentales a ordenadores particulares. Iannucci olía la sangre de Hilary y lo contaba en su serie.
Pero en la cuarta temporada en el segundo episodio se ven los poderes sobrenaturales de los guinistas de Veep: se adelantan al futuro. Solo yerran en el país, pero aciertan en lo demás. Hay una trama donde la Presidenta envía un Tweet (que ella cree que es bidireccional como un correo electrónico) a su novio con la cuenta de POTUS (President Of US). Claro cuando todo el mundo lee los mensajes con alto contenido personal hay reunión de asesores en el Ala Oeste de la Casa Blanca. Y allí se decide echarle la culpa a una potencia extranjera. En este caso es China la culpable (pero podía haber sido Canadá como diría Michael Moore en la divertida Operación Canadá) de haber entrado en los sistemas informáticos de la Casa Blanca y haber enviado unos falsos Tweets con la cuenta de POTUS.
Y claro ahora uno ve a los asesores del Partido Demócrata echándole la culpa a Rusia. Y luego a Trump diciéndole a los rusos que ya puestos que lo publiquen todo… y la verdad es que no sabe que serie de televisión estamos viendo o si de verdad esto es la realidad política actual.
Yo creo que lo mejor es que llamen a Chema Alonso a ver si echa algo de luz en el asunto. Y sino a que ofrezca sus servicios. A partir de ahora no ganará las elecciones el candidato con mejores asesores publicitarios sino aquel con mejores asesores de seguridad informática.
La verdad es que es divertido ver como las nuevas tecnologías se usan para lo mismo que las antiguas.
2 Comentarios
Comentarios Cerrados
En una época en la que todo el mundo alucina con House of Cards, qué bueno que te acuerdes de estas dos series, a mi juicio, superiores.
Yo soy un rarito… House of Cards me gustó mucho más la versión inglesa. Después de ésa con la americana duré dos episodios.