Hoy cruzaba en Twitter un par de comentarios, acerca de la extrañeza de algunos compañeros con los errores en documentos registrales, que están afectando a la familia real. Le respondía a @adelgado quien se preguntaba sobre la posibilidad de que aparezcan ese tipo de errores.
Lo primero que quiero aclarar, es que desconozco el caso concreto. Como yo digo a algunos de mis usuarios por teléfono, enviarme la documentación, dejarme estudiarla y darme tiempo para ver que pasa y os diré algo. Esto quiere decir que con esta polémica si no veo los documentos originales, pues no puedo saber lo que ha sucedido. Pero si que llevo muchos años lidiando con escrituras (sobre todo de hipotecas, compraventas, subrogaciones, promociones, novaciones…) por mi trabajo profesional en mi empresa de por las mañanas. Y he podido ver como esa especie de infalibilidad del documento firmado ante fedatario público y luego refrendado por el registrador… pues es algo que no existe. Todos somos humanos y errar está en nuestra condición.
En su día tuve algunos compañeros de mi empresa que me enseñaron todo el proceso hipotecario, pero haciéndolo a mano, como se hacían antes las cosas en las Oficinas bancarias. Me explico, si hace 20 años, un cliente solicitaba una hipoteca, el Director de la Oficina preparaba un expediente manual con los datos del préstamos que pedía el cliente. Ese expediente casi siempre viajaba (en papel claro está) a un órgano superior donde se estudiaba la operación desde dos vertientes: una la comercial, miraba si ese préstamo hipotecario era rentable para la caja o banco; la segunda era la de riesgos, que estudiaba si el préstamo iba a pagarse bien o podíamos tener problemas para cobrarlo. Si todo estaba bien, se enviaba un borrador de escritura, que el Director de la Oficina usaba como modelo para con una máquina de escribir, preparar el borrador del contrato. Ese borrador se enviaba a la notaria donde los Oficiales (algunos ganaban lo mismo que el notario y si eran buenos eran fichados por otras notarias como si fuesen jugadores de fútbol) le daban la forma definitiva para ser firmados por los clientes. Más adelante ese proceso fue mecanizándose e informatizándose para que fuese más sencillo y más rápida la tramitación de la escritura. Recuerdo que estuve en un equipo de trabajo en un proyecto piloto. El sistema era grabar los modelos de contratos en disquetes flexibles de 5 1/4 y enviarlos por correo a las notarias, junto con la documentación en papel para agilizar el proceso.
Y tengo que decir, que cuando las escrituras se hacían a mano, teníamos menos errores que luego. Eso si, admito como eximente, que antes hacíamos menos escrituras y éstas se repasaban más antes de pasar a la firma.
Pero a lo que iba, he visto errores de todo tipo en estos documentos. En otro época de mi vida profesional, estuve realizando el análisis funcional de una aplicación para automatizar la gestión, desde la petición de un cliente en la Oficina, hasta la inscripción definitiva de la hipoteca. Y allí uno de los puntos, era la posibilidad de volver a atrás, pera resolver cualquier error en las escrituras. Después he estado varias veces dando soporte a incidencias en este tipo de operaciones y hay errores para todos los gustos. Ya el otro día lo comentaba en el blog, cuando contaba como nos había llegado un error, porque se había firmado una escritura con un tipo de interés del 9.000%. De ese tipo he visto lo que se os ocurra:
- DNIs mal grabados, algo relativamente sencillo, un baile de alguna cifra y ya está montado el lío.
- Nombres de clientes que están mal escritos. Y si son sociedades… no os cuento a veces como escriben algunos nombres. Y en el caso de extranjeros podría contar algunas historias muy divertidas con la forma de escribir el nombre.
- Formas de intervención que no son correctas. Es decir un cliente figura en el expediente del préstamo como avalista y en la escritura aparece como titular o a la inversa.
- Errores en los importes: hace tres años, alguien se confundió y le dio a un cliente un préstamo de 1.256 millones de Euros… y llegó así a la notaria y nadie se percató, hasta el último momento del monto del préstamo.
- Errores en las fechas de vencimiento, por ejemplo que el préstamo venciese antes de firmarse.
- Errores en los sistemas de amortización o de forma de pago.
Otro tema es cuando no concuerda lo firmado con lo grabado en el sistema informático. O cuando no coincide con la información que se envía a Hacienda. Pero esto ya es más conocido por los que me estéis leyendo y trabajéis en sistemas donde la información se mueve en ficheros de un sitio a otro. En estas fechas todos los años tenemos una avalancha de reclamaciones de clientes, a los que Hacienda no les reconoce la desgravación por la compra de su vivienda. Y aquí el error en ocasiones está en el sistema del Banco o la Caja, pero en otros casos está en Hacienda.
En resumen, que a pesar del cuidado con el que se redactan los contratos firmados ante fedatario público… los errores no son imposibles. Y yo tengo el problema profesional, de que los que yo leo casi siempre vienen por problemas y errores de interpretación y ello hace que vea más errores de lo que sería normal.
Por cierto, que cuando yo empecé a relacionarme con las hipotecas, todavía pude disfrutar de algunas escritas a mano como la de la imagen de cabecera y también he tenido que tratar de averiguar que ponía en las notas del registro de la propiedad escritas a pluma, que viejo que soy.
6 Comentarios
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Lo leí hace unos días por primera vez en mi vida y aún me acuerdo perfectamente.
Que puede haber errores? Si.
Que puede haber taaaaantos errores en el caso de la Infanta? Nos están mintiendo a la puta cara.
Lap rimera vez que fui a salir de Españistán solo, fue necesaria una autorización de mis padres por ser menor. Fueron al registro civil para descubrir que yo figuraba con un primer apellido que no era el de ninguno de mis padres.
Por cierto, como dicen arriba, la confusión con la infanta huele bastante. Sobre todo con el ministro callado cual profesional del amor.
Al llegar a esta frase ” enviarme la documentación, dejarme estudiarla y darme tiempo” he abandonado la lectura de este artículo sobre errores en documentos.
*enviaDme, dejaDme, daDme
Pues tú te lo pierdes !!!
Es muy gracioso un artículo que habla de errores de escritura y a su vez está plagado de errores.
La conclusión es muy simple (y para muestra un botón… digoooo este post): NADIE REVISA LO QUE ESCRIBE.
Siento decirte que, en mi opinión con muy mal criterio, la RAE admite ambas formas.