Conforme el mundo de la programación y la informática empresarial se han hecho más complejos y ubicuos podemos observar cómo es complicado tener un programa que dé servicio a toda una empresa y sea una isla independiente: los programas requieren de un buen ecosistema a su alrededor para funcionar bien. Y todavía hay clientes a los que les cuesta entenderlo.
Hace muchos años uno cogía un disquete e instalaba un programa en su PC y a usarlo. Ahora la cosa no es tan sencilla. Sobre todo cuando el cliente necesita usar herramientas modernas y permitir que ese software se comunique con sus clientes, proveedores y con otros programas de la empresa. Y esto hace que de vez en cuando perdamos ventas o los presupuestos vayan cogiendo polvo porque no es tan fácil dar un precio para una solución, ya que necesitamos conocer a fondo la infraestructura general del cliente antes de poder presupuestar nada.
Estos meses hemos tenido dos casos muy parecidos donde de momento no hemos vendido nada por esto que comento: el programa necesita unos requisitos previos en la empresa para poder funcionar como el cliente necesita.
Hace unos meses nos llama una empresa. Han visto un programa nuestro hecho a medida (está funcionando hace muchos años…) en una empresa del mismo sector, pero que no son rivales. Como tienen unas tareas semejantes en su empresa piensan que con algunos retoques el mismo programa les puede servir. Se trata de una aplicación que gestiona un centro de atención al público y que luego con las llamadas telefónicas o las entradas de tickets de internet hacen reparaciones y/o atienden la peticiones. Esas tareas en ocasiones las realiza personal interno y en otros casos personal externo. Les montamos una aplicación que corre en Windows donde se hace todo el control.
El nuevo cliente quiere lo mismo, pero adecuado a su sector que es parecido, pero no igual. Le decimos que podemos pasarle el presupuesto de una aplicación como la que vio si nos proporciona los datos que diferencian su negocio. Nos los pasa y preparamos un presupuesto. La cifra que ponemos no le parece mal. Pero al final hay un punto donde le decimos que si quiere lo mismo necesita tener la misma infraestructura, a saber:
- Un servidor Windows Server con acceso de Terminal Server que puede tenerlo en la nube o físico. O un servidor de aplicaciones donde podamos ejecutar aplicaciones Windows
- Si el servidor lo va a tener físico en la empresa una buena conexión a Internet redundante y un SAI.
- Una licencia del gestor de bases de datos que empleamos, que puede elegir entre varios.
- Como quería el módulo de informes y estadísticas, necesita tener una licencia del programa con el que las generamos.
- Un servidor Web donde correr la aplicación con el API de comunicaciones o bien contratar el servicio externo de comunicaciones API (tenemos clientes con las dos versiones)
- Un sistema de copias de seguridad.
- Tener línea con sus responsables de IT para poder coordinarnos y sobre todo poder preguntar a la hora de implantar nuestra solución.
El cliente nuestro al que le había visto el programa, por ejemplo, dispone de un servidor física (no lo montamos nosotros, sino otra empresa del pueblo, lo que contaba yo en la entrada del otro día) y la última actualización no fue barata (eso sí, lo usan para toda la empresa, no solo para nuestro programa), la gestión de la API la tiene contratada en la nube, pero en un año le cuesta más que lo que le costó nuestro programa…
Cuando el cliente llegó a ese punto del presupuesto empezó a ponerse blanco. Nos dijo que él no se esperaba tener más gastos que el precio del programa. Y aquí yo también me puse blanco. Esta empresa era diez veces más grande que nuestro cliente. Yo no entendía como una empresa con más de 120 administrativos (cada uno con su PC) no tenía una infraestructura informática decente detrás. Ahora se lo están pensando.
Luego tenemos la necesidad de disponer de la aplicación en cualquier sitio. Otro cliente que ve una aplicación nuestra con más de dos décadas de vida. Le gusta y nos pide presupuesto para adaptarla a su negocio. Pero tiene que funcionar en móviles y tabletas. Aquí como ya veníamos escaldados del caso anterior, cambiamos de táctica. Le dijimos que no podíamos pasarle el presupuesto si no conocíamos la infraestructura de servidores y comunicaciones de que disponía para adaptarnos a ella. Nos decía que esa información no era relevante. Y de ahí no lo sacábamos. Mi socio trataba de explicarle que si él cuando compra un coche pregunta las medidas para saber si le cabe en el garaje… pero nada, nos quedamos ahí. Por lo menos no perdimos apenas tiempo preparando el presupuesto.
En ocasiones entiendo a alguno de estos clientes. Por ejemplo, el segundo cliente (me enteré luego) tiene un sistema ERP que le recomendaron sus antiguos proveedores de informática. De esos de marca internacional. El ERP en cuestión le costó mucho dinero. Cuando empezaron a usarlo, pues vieron que había cosas que necesitaban adaptar a su negocio. Y cada cambio que pedía no bajaba de los 2.000 Euros… y había que probarlos y probarlos para estar seguros de que funcionasen bien… y a ello había que sumarle el coste mensual, porque el ERP está en la nube. Así que el cliente tenía un programa enorme del que solo usaba una pequeña parte. Esto también lo vemos: infraestructuras desproporcionadas montadas solo para factura mucho a clientes que no saben realmente lo que necesitan.
Es complicado, pero hay que equilibrar y disponer del ecosistema digital e informático que uno realmente necesita: ni más ni menos… pero eso es complica y hay que pensarlo bien.