Esta mañana he visto en la prensa varias referencias al informe PIAAC. Se trata de una encuesta que trata de medir el nivel y la capacidad competencial de los adultos en edad de trabajar en varios países del mundo. Simplificándolo mucho es algo semejante al PISA de los estudiantes, pero para la franja de edad de 16 a 65 años. Por cierto la noticia puede aparecer sesgada según el medio que la publique: muy negativo el resultado para el Mundo y muy positivo para el País. Las posiciones son muy lógicas, el Mundo compara los resultados españoles con los de otros países (y ahí salimos malparados) y el País compara con las encuestas de otros años (y en la evolución temporal mejoramos respecto al pasado).
En el análisis del periódico el Mundo se destaca como las capacidades de lectura y de matemáticas de los trabajadores españoles que son universitarios son semejantes a los bachilleres de los países mejor situados en la encuesta. Vamos que aquí el tema de las matemáticas, lectura y resolución de problemas de varios pasos es algo que nos cuesta. Y la verdad es que yo pienso lo mismo. Quienes seguís el blog desde hace años recordaréis que tengo varias entradas sobre el desconocimiento matemático de los españoles y lo poco que nos gusta pensar un poco antes de decidir algo. Y al leer estos artículos he recordado algunas notas que tenía desperdigadas en la carpeta de anécdotas e ideas para el blog que me vienen bien para ilustrar estas pocas ganas de pensar y de usar las matemáticas:
- Yo gano y tu pierdes, pero te lo advertí: hace un mes se pasa un trabajador de una pequeña Pyme del pueblo. Viene con una impresora debajo del brazo. Es un modelo de gama básica. No imprime, nos dice si podemos repararla. Le decimos que una impresora nueva como ésa cuesta 45 euros. Que si quiere se la miramos, pero serán mínimo 20 euros por presupuestársela y que no creemos que se pueda reparar. El empleado nos pide que le imprimamos el presupuesto de la impresora nueva para llevársela al jefe. Mi socio le dice que además de un presupuesto de un modelo básico, le sacará otro de una impresora algo más cara, pero con un coste por página mucho más económico que la impresora barata. Voy a explicarlo: la impresora barata cuesta 50 euros. Sus cartuchos cuestan nuevos 55 euros y duran 300 páginas. La impresora cara cuesta 170 euros, con los cartuchos de serie imprime 3.000 páginas. Para igualarlo la barata gastará 50 + (55*9)= 545 euros y con la cara solo 170. Pero al cambiarlos, los cartuchos de la cara con capacidad para 6.000 páginas cuesta 105 Euros, frente a 20*55= 1.100 euros de la barata.
Al día siguiente viene el empleado. Su jefe llevó la impresora a un SAT de la capital… donde le dijeron lo mismo que nosotros y no la reparó. Así que venía a llevarse la impresora barata de 50 Euros. Mi socio volvió a insistir en el ahorro de la impresora más cara de compra… pero dijo que el jefe quería la barata que no entendía lo de los cartuchos.
En estas tres semanas ya han cambiado dos veces los cartuchos. A este ritmo será el cliente del año para nosotros. - Grande y pequeño, escanear o no escanear, tinta o láser, color o blanco y negro: hay veces que a los clientes les cuesta diferenciar entre conceptos antagónicos. Hace dos semanas el gerente de otra empresa (con dos titulaciones universitarias…) nos pide presupuesto para una nueva impresora. Mi socio le va preguntando, pero el gerente lo tiene claro: que no sea muy grande, que pueda escanear de forma autónoma, que sea láser y que imprima a color. Mi socio le dice que un alimentador de hojas bueno ocupa espacio, que una láser a color también es más grande, le indica si puede cambiar a chorro de tinta a color, que los consumibles le costarán lo mismo e incluso menos, el gerente dice que no, que lo que él ha dicho es lo que necesita.
Mi socio le pasa tres impresoras que cumplen lo que nos pedía con el menor tamaño posible que ha localizado. A los dos días el gerente le dice que no sabemos buscar. Que las impresoras que le ha pasado mi socio son MUY GRANDES. Que nos pasa tres para que veamos lo bien que busca él. Mi socio mira las tres impresoras del gerente y son: sin escáner (no que lo tenga sin alimentador, sin escáner) chorro de tinta y de gama baja… gente que ni entiendo lo que pide. - Las prestaciones no son un número absoluto: hace un mes una empresa nos pide un presupuesto para un PC potente. El gerente en este caso heredó la empresa y no tiene estudios universitarios. Así que nos dice con orgullo que han contratado a un ingeniero con gran experiencia para un gran proyecto que van a hacer en la empresa. Que va a usar software que requiere un PC muy potente y que le pasemos presupuestos de máquinas muy capaces. Que el “ingeniero” los revisará y nos ayudará a elegirlo. Mi socio le pasa tres presupuestos de PCs de gama alta. La respuesta del ingeniero es que esos equipos no valen una mierda, que como le pasamos PCs con procesadores que van a 2.000 MHz si el PC que él tiene en casa funciona ya 4.000 MHz y tiene más de un lustro. Que eso hay que cambiarlo. Mi socio no entiende nada. Revisamos los presupuestos y vemos que ha mirado la cifra de velocidad mínima del procesador, no la velocidad máxima que llega a 5.200 MHz. Mi socio iba a contestarle, pero le digo que le haga antes otra pregunta, que nos diga el procesador del PC de su casa… la respuesta fue que tenía un Celeron con dos núcleos y lo estaba comparando con un Ryzen con 16 núcleos…
- Una imagen vale más que 1.000 palabras: hace unos días nos llama una clienta. Nos pide presupuesto para un móvil para su marido. Quiere algo resistente, ya que el marido tiene un trabajo al aire libre y rompe con facilidad los teléfono. Mi socio le pasa varios presupuestos de equipos rugerizados. Nos contesta la clienta, que a su marido no le han gustado que quiere un modelo que ha visto en una web de internet y nos pasa en enlace. Lo abrimos y es para vender una funda rugerizada para móviles, pero no es un móvil. Le decimos a la clienta que no hay problema que esa funda, que si le gusta le pasamos móviles normales y se la ponemos…
Por cierto que casi me ha quedado más una revisión de las competencias de los gerentes y no de los trabajadores…
Así que si que podemos ver que nos cuesta entender los números y los cálculos en ocasiones.
Resumiendo: en España hay muchísima gente que está dispuesta a perder dinero a espuerta con tal demostrar que ellos tienen la razón o de no admitir que hay gente que sabe más de ellos. Y muchos de ellos en puestos de responsabilidad y decisión.
Por cierto, el “ingeniero” con gran experiencia tiene todas las trazas de ser amigo, pariente, conocido o enchufado.
Hay gente que por no hacer dos operaciones matemática está dispuesta a perder dinero… es de locos.