El comercial Guadiana

Una especie que nos ataca de vez en cuando, usando sobre todo el teléfono como medio de comunicación. Dícese del comercial que no para de llamarte, de enviarte tarifas, de prometerte el oro y el moro… para al final desaparecer cuando se le necesita.

Esta semana hemos tenido un par de casos de estos. Y ambos son sintomáticos de en lo que se ha convertido este negocio.

Imposible, no se puede.

Hace un par de semanas, me comenta mi socio, que lo habían llamado varias veces de un mayorista al que hacía casi un año que no les comprábamos nada. En su momento dejamos de comprarles, por varias razones: precios muy caros, stock bajo y sobre todo malas experiencias con el SAT;  ah se me olvidaba, porque en su propia web de venta a cliente final tenían mejores precios que los de cesión a tienda.

Pues nada, el comercial que no cejaba. Al final, el lunes mi socio no le pone ninguna excusa y empieza a hablar con él. El comercial nos dice que ahora son oficiales de varias marcas con las que nosotros trabajamos. Mi socio le dice que eso significa que tienen todo el catálogo de esos fabricantes?? Nos dice que de algunas cosas, y nos pasa la relación.

El miércoles viene un cliente y nos pide una tableta de gama alta de uno de esos fabricantes. Mi socio mira en la web del mayorista y está la tableta. El precio es interesante, pero en stock, pone: “Consultar con comercial”. Así que allí va mi socio y llama al comercial, con el que dos días antes había estado casi media hora al teléfono. En tres segundos, la respuesta: imposible, no se puede; uno más que desaparece.

Eso es muy difícil:

Situación casi calcada a la anterior. Tenemos todo de estos fabricantes, tanto la gama alta, como la baja. Aquí era un famoso fabricante de placas base. De vez en cuando necesitamos placas raras y los tiempos de entrega se dilatan mucho. El comercial nos dice que ellos son partnerdirect de primer nivel, que lo que haga falta.

Y claro, nos piden un PC con una de esas placas base. Llamada al comercial: “Esa placa es muy difícil, no sé si lo podré conseguir… lo menos un mes”.

Así que cuesta empezar así, porque si después de contarte sus bondades, la primera vez que pides algo, no lo tienen, mala señal.