Esta es una de esas noticias que lo divertido sería comentarla el día en que se produce. Pero como en ese momento no pude, no por ello voy a dejar de escribir de ella. Sobre todo, porque a mi me paso algo parecido.
Leía el otro día en la prensa, que para el inicio del curso escolar, algunos políticos fueron a hacerse la foto a colegios. Para que todo quedase mejor, pues sus asesores de imagen informatizaron el aula, así el político posa rodeado de estudiantes que están sentados con un flamante PC. La foto y sobre todo los vídeos salen preciosos. Luego cuando se informa en los periódicos y en la televisión se transmite una imagen de modernidad, de actualización, de estar al día que es impresionante.
Pero el pobre alumno una vez se aclara el humo de los flashes y empieza a acostumbrarse la vista a su nueva pantalla, ve que no hay monitor. El ordenador ha desaparecido y todos empiezan a buscarlo. Por supuesto que el PC no apareceré, pero esa segunda parte de la noticia ya no es tan noticia.
Cuando lo leí no pude evitar acordarme de que a mi me pasó algo parecido en mis primeros días de trabajo. Resulta que cuando llegué a trabajar, al ser el último mono, pues me tocó el PC más antiguo. Era un Olivetti con pantalla de fósforo verde, una 8088 256 k. de Ram y dos disqueteras de 5 ¼ de simple densidad. Y con aquello tenía que hacer una aplicación para obtener estadísticas de una base de datos con cientos de miles de registros… Tras mucho rogar, conseguí un disco duro de 10 megas para no tener que estar con el trasiego de disquetes: sistema operativo, compilador, datos, más datos, otra vez el compilador…
Sin embargo, aun con la ayuda del disco duro, mi rendimiento era muy pobre. Cuando lanzaba algún proceso complicado de cálculo aquello tardaba un par de horas en obtener resultados. Por esa época tenía yo en casa un AT (con un Intel 286) y 1 mega de Ram… y el mismo proceso tardaba menos de 1 minuto. Mi jefe empezó a quejarse a los de sistemas y una mañana me vi encima de mi mesa un flamante PC nuevo. Era un AT como el de casa con pantalla EGA a color. No me lo podía creer. Mi productividad subió un montón. En tres días hice obtuve más resultados que en las tres semanas anteriores.
Pero al lunes siguiente cuando llegué a la Oficina, mi PC no estaba. Llamamos a sistemas y nadie sabía nada. Empezamos a recorrer los departamentos vecinos al nuestro a ver si a alguien le había gustado el PC y se lo había llevado. Nada, no estaba en el edificio. Empezamos a ponernos nerviosos, pues mi jefe esperaba un informe que tenía que sacar con datos de ese PC para una presentación muy importante. Llamamos a seguridad, tampoco sabían nada. El día se acababa y el PC seguía sin aparecer. Mi jefe cada vez más nervioso, yo toda la mañana sin hacer nada, me puse a buscar el Olivetti para ver si podía calcular algo con él.
Al día siguiente, suena mi teléfono:
– Soy Ana, la secretaria del Presidente, tenías un PC blanco con una pantalla a color y que pone AT en letras grandes?
– Si,
– Pues sube al despacho de Presidente y lo recoges, que lo tenemos aquí.
Y allí que me fui a la planta noble, a desconectar el PC de la mesa del Presidente y bajármelo a mi puesto de trabajo. Resulta que el fin de semana anterior, habían entrevistado a nuestro Presidente en una revista económica. Los compañeros del Departamento de imagen, pensaron que con un ordenador encima de la mesa del Presidente se transmitiría mejor imagen. Así que bajaron y empezaron a buscar un PC. Cuando vieron el mío que todavía tenía el brillo y el olor de nuevo… no se lo pensaron, lo cogieron y se lo subieron al despacho del Presidente.
Y un mes de después me volvió a pasar lo mismo, pero esta vez sabía donde buscar, mi PC estaba en el despacho del Director General.
Así que comprendo la cara de los estudiantes que empezaron el curso con un PC que luego se evaporó.
10 Comentarios
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Aun a día de hoy, no te puedes imaginar la de despachos sin ordenador que hay …
Joer ni siquiera leen el correo …
Gran historia…
Hombre, eran otros tiempos, en los que tener un peceto se podía considerar prácticamente un lujo asiático por el coste que suponía.
Lo de los chavales no tiene nombre, hoy en día un equipo cuesta cuatro perras en comparación, siempre que no se despilfarre el presupuesto de un año para equipar un aula de 15 equipos, claro está…
Muy buena la historia. Sobre el colegio y los portatiles evanescentes, creo que es una vergüenza, pero no sólo que se llevaran los equipos, que los pongan para la foto, si no hay pues no hay, y una última consideración: ¿que pasaría luego con esos ordenadores? ¿volverían a la tienda?.
Bueno, pensandolo bien la de antes era una penúltima consideración, tengo otra ¿realmente es necesario, incluso imprescindible para su educación que niños de esas edades (parecen unos 10 años) tengan un ordenador sobre el pupitre?.
Hola, me encanta la pagina.
En referencia a los portatiles, para que quieres dar un equipo a cada crio, si en este pais no se tiene dinero y se mira cada euro que se gasta, y ademas, hay dos problemas añadidos:
1 hay profesores de la antigua escuela que para ellos un equipo es un aparato del demonio y hay sitios donde a un profesor que usaba un blog para poner mas deberes o ayudar al alumno le hicieron un expediente disciplinario por no ajustarse a lo que tenia que dar.
2 no seria mejor dejar esos equipos en las aulas para los siguientes alumnos y no estar siempre compartiendo el equipo.
Aparte ahora mismo cada crio de esos tiene en casa minimo 1 fijo, 1 portatil y la ultima consola que haya con lo mejores juegos, y no hablemos de los moviles.
Ademas lo que conseguiremos es que aprendan a navegar y buscar mas informacion y sepan defenderse mejor.
Un saludo
¡Qué bueno! 🙂
Algo parecido paso con mi director general, pero en este caso solo hubo que amputar el rabo de un raton para que apareciera en la foto con uno inalambrico. Pero asi somos…
mmmm, que raro, normalmente los directores generales, tienes los equipos de ultima generación, aunque no sepan utilizarlos, solo he tenido una exepcion.. .de que si supo utilizarlo
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