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Seguimos viendo como en las grandes empresas los Comités de Compras son un invento para tratar de ahorrar en la compra de material. Una regla que siempre hay que cumplir en estas empresas en no pelearse nunca con Compras y Suministros.
Esta historia ya tiene años. El compañero que la protagonizó lleva un par de lustros jubilado y la empresa ya no existe. Bueno vamos a lo que importa. En aquellos años yo era más joven. Mi Dirección se dedicaba a varios temas. Uno de ellos era lo que se conoce como Distribución en Planta. Se trataba de organizar por dentro las Oficinas y los edificios de la empresa. Siempre teníamos trabajo en ese Departamento porque los jefes siempre están inventándose reorganizaciones, cambios… de forma y manera que cada dos por tres había que mover a gente, cambiar de sitio despachos, ampliar edificios, cerrar otros… Tuvimos una punta de trabajo y me enviaron unas semanas a apoyar a los compañeros.
El principal encargado del tema se pasaba el día yendo a Informática (situada en otro edifico a 10 kilómetros) para recoger impresiones en una impresora de gran tamaño de los planos con los cambios. Luego iba a reuniones con los jefes con dichos planos y se apuntaba en ellos los cambios. Abría el programa de CAD, introducía las modificaciones y otro viaje a recoger los planos. Así que solicitó a compras la adquisición de un plotter para nuestra Dirección. Argumentaba que en esos momentos el precio de dichos aparatos había bajado mucho de precio. Y que con el ahorro en tiempo y kilómetros de un par de meses se pagaba solo. Su solicitud fue rechazada todas las veces que la presentó. Así que tiró mano de influencias. Se fue directamente a ver a dos jefes que estaban en la Comisión de Compras y les contó el caso. Pero ni por esas logró comprar. Desde Informática (que era quien bloqueaba la compra) dijeron que las marcas que eran baratas no eran fiables. Entonces usó el último recurso. Se fue de comida con el Subdirector General (eran amigos de toda la vida) y logró una autorización especial. Habló con Contabilidad y el plotter se compró con otra partida que no dependía de Compras.
Ahora no había problemas. Se podía imprimir y ver el resultado en el momento. Si algún jefe quería un cambio rápido en 10 minutos mi compañero regresaba con el plano ya cambiado. No había que coger el coche más.
Pero la alegría duró poco. Exactamente el tiempo que aguantaron los cartuchos de tinta que traía el plotter de fábrica. Nunca pudo conseguir suministros. Compras alegó que ese plotter no existía. Como no estaba dado de alta en la aplicación de gestión de activos no se podían solicitar cartuchos para él por el programa normal. Y todas las peticiones extraordinarias se devolvían. Al final tuvimos que desmontar el plotter y dejarlo en el archivo. Unos años después acabó en el reciclaje.
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Me recuerda un poco mi caso. Años dedicándome a la programación y diseño web en una multinacional. Pidiendo un iphone y un ipad para poder probar en ellos los diseños y webs responsive y jamás hubo manera. Los probaba en una iphod touch mío propio. Luego había un ipad 1 antiguo que usaban las 10 personas del Dpto turnándose para el uso del mismo.
Eso sí, los comerciales todos con su tableta y su teléfono última generación. Que no faltara.
Supongo que es una de las cosas por las que he dejado la informática a nivel profesional para siempre.
¿No existía la posibilidad de comprar los cartuchos de la misma manera que se compró el plotter, contra otra partida que no fuera de compras?
No puedes recurrir al gran jefe para comprar tinta… y la jugada de compras fue muy buena: no existe en plotter en la empresa, no se puede pedir tinta para él.
A mi me pasó montando un periódico, teníamos carta blanca para elegir portátiles para los redactores hasta que llegó el departamento de compras y se limpiaron el culo con las especificaciones que pedimos.
Básicamente compraron unos netbook HP MiniNote con un VIA C7, 1 GB de RAM y pantalla de 8.9″.
Me pidieron que hiciera la prueba piloto, la hice y aquello se arrastraba hasta el infinito, hasta ver un video de Youtube era una odisea, no digamos ya hacer autoedición. Cuando comuniqué mi valoración la pregunta fue: funcionan o no? pues a callar, ya están comprados que nos han hecho precio.
Y vaya precio, más de 600 euros por unidad cuando un netbook de 300 de aquella epoca le daba sopas con ondas.
Lo máximo que conseguimos fue comprar monitores externos para que al menos no tuvieran que trabajar a 8.9″.