Lo mejor para que una sociedad avance, es quitarle las muletas. Cuando nos tenemos que valer solo de nuestras piernas, es cuando de verdad pensamos en lo que cuesta caminar. Estos últimos años, las ayudas para libros de texto, han ido reduciéndose, hasta que este curso casi se pueden dar por muertas.
Y esto que de momento parece una mala noticia, se puede tornar en algo bueno. Hasta ahora mucha gente no era consciente del verdadero precio de los libros de texto de sus hijos. Teníamos becas, ayudas de la comunidad autónoma, ayudas del ayuntamiento… pero este año, todo eso se ha terminado. Así que podemos ver claramente el precio que nos quieren cobrar por los libros de nuestros hijos.
Entonces es cuando la gente empieza a pensar y se le ocurren cosas para tratar de mejora la situación. Estaba claro que la solución no era que las Administraciones Públicas costeasen parte de los libros. Al final los estábamos pagando con nuestros impuestos (o con deuda que pagarían nuestros hijos…). La solución pasa por muchas otras medidas. Y una de éstas, es la colaboración entre padres y profesores, para saltarse la imposición de las editoriales. Esto es lo que están planteándose hacer en un colegio de Torremendo (Orihuela). Por un lado van a recoger los libros de otros años y por otro van a potenciar el uso de apuntes y de cuadernos de ejercicios. Cosas mucho más baratas. Esto requiere un esfuerzo extra por parte de los profesores y de los padres de los alumnos, pero yo creo que van por el camino correcto.
A mi no me parece mal que las editoriales cobren por sus libros lo que quieran. Lo que me parece mal, es la falta de competencia que hay entre ellas. Me explico, yo no puedo escoger que libro de matemáticas le compro a mi hijo. Ha sido el colegio el que lo ha hecho. Así que, en el fondo, ¿quién es el cliente de la editorial?. Está claro, el colegio, no el alumno, ni el padre del alumno. Por lo tanto, la editorial, va a mimar a los colegios (y también a los responsables de los temarios en las comunidades autónomas). De esta forma, por estas fechas empiezan a llegar cajas de cartón a los colegios: portátiles, pizarras electrónicas y más cosas. Y claro esos artilugios, los pagamos con el precio del libro. Y eso no me gusta. Yo soy de los que prefiero pagar por cada cosa por separado. Si hay que usar pizarras digitales en el colegio, pues que se haga un estudio, se escojan las mejores y se compren. No que se usen las que nos “regala” la editorial. Que luego por supuesto se las cobra en los precios de los libros de los padres cautivos.
Y con la crisis que hay en España y los precios de los libros, más iniciativas como la de Torremendo veremos; o cosas peores. El otro día estaba yo con dos clientes en la tienda hablando del tema. Hice un presupuesto rápido. Nos salía a cuenta comprar un escáner de libros, y escanear todos los libros de nuestros vástagos. Después podíamos escoger entre imprimirlo o bien descargarlos en una tableta. Ya sé que no es legal, pero tampoco me parece muy legal que yo esté pagando los “sobornos” de las editoriales.
Así que puede ser que los clientes cautivos pasen al contraataque. Con medidas más o menos legales. Pero los padres no son los que empezaron la guerra.
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Lo que yo no entiendo es porque de un año para otro los libros cambian, es decir, los del hermano mayor ya no sirven para el pequeño, aun siendo la misma editorial. Es verdad, que de un año para otro las fronteras entre comunidades autonomas varian… ¬¬ Aqui alguien esta pagando las letras de su 2º yate a costa de este tipo de practicas.
¿Por qué cada seis meses hay un modelo nuevo de teléfono móvil o de tableta o de disco duro? ¿por qué cada tres meses hay un modelo nuevo de impresora?
En los libros está claro, para que no se reutilicen. Igual que la moda de hacer que los niños escriban y hagan ejercicios en el libro.
De críos en los 80-90 heredábamos los libros entre primos y vecinos, los profesores lo sabían y animaban a hacerlo. De repente nos han impuesto(o hemos adoptado) comportamientos de nuevos ricos sin ningún sentido, o los políticos regionales para ganarse votos han costeado muchos gastos que de entrada no tienen que ser necesarios.
Espero que aprendamos de esta crisis y salgamos reforzados, pero no se.
Hay que ser optimista y pensar que esto puede servirnos para mejorar, seguro.
Yo siempre he defendido que las delegaciones de educación deberían de crear unos grupos de trabajo, compuestos por informáticos, diseñadores e incluso personal docente (al vez compensandolo con reducción de horas) en el que se generara material digital, libros digitales. El mantenimiento sería continuo.
Las familias accederían a ellos desde internet, pudiendo imprimir encuadernar, etc. En las aulas (tambien desde casa) se podría acceder a material multimedia tal como aplicaciones flash, video, sonido etc. Tener versiones para libros electronicos, para tabletas, etc
Este material sería libre y las propias editoriales podría acceder a el para su maquetación y venta posterior para familias que no tengan acceso a internet o no quieran dejarse los cartuchos de tinta en el intento.
A los chavales, los ordenadores, tabletas, etc le atraen de sobremanera, de tal forma que sería mucho más fácil y atractivo para ellos el poder estudiar, por ejemplo las partes de una planta con una aplicación flash, con un video, con un pequeño documental, que leerlo en un “seco” libro de texto.
Creo que esto tiene mil ventajas:
– Material actualizado al día.
– Atractivo para los chavales.
– Ahorro para la administración.
No le veo ninguna desventaja. El problema es que tenemos que seguir alimentando a las todopoderosas editoriales, que tal vez pertenezcan a grupos de poder que “ayudan” a ganar unas elecciones o cosas del estilo. Hay que mantenerlas contentas. Eso si, con nmuestro dinero.
No se si tal vez sea una utopía.
Sencillo, pero la Administración vive todavía en el sigl XV…
En la ikastola a la que va mi hija los libros los compra la ikastola y se usan un mínimo de 5 cursos. Los alumnos se comprometen a tratarlos bien y los padres pagamos un poco al mes para material, no sólo los libros, sino de todo tipo. Sale barato y los niños tienen muy buen material: libros de lectura, CDs, etc., etc.
Otra idea bien pensada y bien ejecutada. Además tiene el efecto positivo de enseñar a los niños a cuidar la cosas
Los libros de educación infantil y primeros cursos de primaria están llenos de recortables y adhesivos cuya función, más que pedagógica, es dejarlos inservibles para usos posteriores.
La filosofia del “recorta, destroza, pinta con pintura de dedos, arruga…” que se resume en “que no pueda usarlo tu hermanito”.
En los 4 años de instituto (mediados de los 90) sólo tuve que comprar los libros de Inglés. El resto de asignaturas se daban por apuntes; en algunas (Biología en COU, Física, Química) los departamentos (entonces seminarios) tenían sus propios cuadernos de ejercicios que revisaban año a año y que costaban “2 perras gordas”.
Nunca entendí bien yo esto de los libros de texto, más cuando me parece un medio de estudio totalmente obsoleto y la calidad de los mismos es bastante mediocre.