A veces pasan cosas

Hace unos días vendemos un PC, bueno realmente un HTPC o MediaCenter. Una configuración sencilla, una placa base Gigabyte con un AMD doble núcleo, dos gigas de Ram, 500 gigas de disco duro y una caja Antec Fusion color aluminio.

Como el cliente quería probar primero a montarlo con Linux, preferimos añadir una nVidia 8500 GT pasiva porque nuestra experiencia con Linux y con la tarjeta de vídeo que trae la Gigabyte (una Ati 1250) no había sido muy positiva.

Se monta todo y se comienza a instalar Ubuntu, y de repente la pantalla se pone negra. Reiniciamos y aquello iba cuando quería;  bueno no pasa nada, se cambiar la tarjeta gráfica por otra igual y ya veremos después si está rota o no.

Parece que todo vuelve a la normalidad, pero al cabo de unas horas, se vuelve a quedar el monitor en negro. Reiniciamos y el PC se pone en marcha, pero el monitor sigue negro. Por si era algún problema del Ubuntu, pasamos a instalar Windows XP; no mejora, hace lo mismo de momento se apaga el monitor y puedes arrancar varias veces que sigue la pantalla en negro.

Así que cambiamos la placa base, la Ram, el Micro… y nada, el problema persiste. Pedimos otra gráfica de otra marca, nada lo mismo. Lo gracioso, es que pinchamos una gráfica con ventilador y no pasa nada, pero buscábamos una máquina silenciosa, así que descartamos esa opción.

Al final pinchamos una nVidia 8400 GS, también con refrigeración pasiva y ésta parece que no nos da ningún problema. Pero aquí el Linux nos hace una de las suyas. Cuando el Ubuntu entra en modo gráfico, el monitor se apaga. Como ya nos había pasado con los monitores CRT y los KVM del taller, pasamos a un monitor TFT conectado directamente. Con el TFT si que entra bien Ubuntu al modo gráfico.

En el taller lo dejan que se actualice, al final reiniciamos, y un bonito error de monitor fuera de rango, volvemos a conectar al monitor CRT y vuelta a la normalidad. Se ajustan los valores y ya funciona bien…

Pero es que hay máquinas que parece que le cogen el gusto al taller de montaje y no quieren salir de él.