En nuestro mundo actual, cada vez cuesta más ver las cosas bien hechas. Esos detalles que en muchas ocasiones no son sencillos de detectar; pero que sin embargo retratan a un profesional o descubren a uno que no lo es. La lástima es que no siempre todos lo ven.
En la imagen superior, salta a la vista cuales son los márgenes mejor construidos, pero no siempre es tan claro; bueno y siempre llegará alguien que dirá: no son perfectos, pero eran baratos…
Mi padre en su juventud trabajo en la industria del mármol (el principal sector empresarial de nuestro pueblo) casi podría decir que fue uno de los fundadores. Y en se la dejó, cuando se entró en una forma de trabajar, en la que se buscaba la cantidad sobre la calidad. Tenía una manía curiosa cuando entraba a una casa. Miraba los escalones de mármol de la vivienda; se fijaba en la parte que aparece debajo de la parte que se pisa
Bueno, pues mi padre miraba si el voladizo se había pulido. En el 99% de los casos, pues no se pulía. Diréis que es algo absurdo pulir algo que cuesta de ver. Si la escalera es grande se ve siempre el voladizo. Pero este detalle a mi padre le hacía fijarse en cosas más gordas. Y siempre se cumplía. Si el voladizo estaba pulido, no ibas a encontrar nada mal en la colocación del mármol en otras partes de la casa. Ahora, como el voladizo no estuviese pulido… pues te podías encontrar cualquier cosa en otras partes de la casa.
El otro día me encontré con un caso de cosas bien hechas, que damos por asumidas… pero que cuestan de ver. Me compré una mesa de trabajo. Para aprovechar un rincón de casa, pues escogí una mesa rinconera. Cuando vinieron a montarla, el carpintero que es amigo nuestros, nos dijo que a ver lo que tardaba en ajustarla. Empezó a montar la mesa y en un pis pas había acabado. Se me queda mirando y me dice:
“Menos mal que los albañiles hicieron un buen trabajo en tu casa. No he tenido que ajustar nada de la mesa. El piso está perfecto y sobre todo, la pared hace una escuadra perfecta… hacía mucho tiempo que no veía una escuadra así. Para que te hagas una idea, este año ya llevo dos discusiones con clientes, cuando tras instalar en un caso una mesa de rincón parecida a ésta y en otro una armario… pues aquello no quedaba bien pegado a la pared. Y yo trataba de explicarles que la pared no hacía un ángulo de 90º, cosa que si hacía el mueble”.
Y me acordé, que cuando vinieron a instalar la puerta blindada a la casa, nos pasó algo parecido. Vino una cuadrilla de más de 10 personas… porque decían que para presentar la puerta (que pesaba muchos kilos) necesitaban muchas manos, hasta dejarla ajustada. Mis albañiles se rieron, presentaron la puerta y a la primera… ésta cerraba y abría si problemas.
Claro que los albañiles que construyeron mi casa eran muy parecidos a mi padre; trabajadores que hacen las cosas, simplemente bien. Y que no dejan detalles sueltos. Y cada vez cuesta más encontrar este tipo de trabajadores; y muchas veces es porque no sabemos valorar esta forma de trabajar.
7 Comentarios
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Ufff, no quieras aplicar eso a los programadores y a la optimización del software para aprovechar (y no desperdiciar) los recursos hardware disponibles.
Pero no hay que culpar únicamente a estos, los propios usuarios se echan las manos a la cabeza ante una Raspberry Pi y su “escasa” potencia…
Porque, normalmente, el software no está optimizado y, para utilizar cualquier software que, en apariencia, no es muy complicado, necesitas mucha más maquina de lo que se supone en un principio.
Justo lo que digo.
El tema de optimización del software, yo creo que es diferente. Pero el tema de la “calidad del software” si que daría para aplicarlo. Sobre todo, cuando algunas cosas se cobran al precio que se cobran y luego ver lo que hay detrás y no sabes si llorar o reir. Creo que voy a empezar a escribir cosas de calidad del software de lo que yo veía y probaba en mi antigua empresa de por las mañanas; como ya no existe, a nadie le importará.
Esto es lo mismo que vi en un documental del Aston Martin One. Dicen que normálmente hay acabados A, B y C y seguirá seguro. Pues los tios se dedicaban a crear todos los elementos en calidad A, aunque el cliente no lo viese. Si era un tio curioso podría ver esos acabados, que siempre dan sensación que te has gastado el dinero, pero bien gastado.
Pasa en muchos trabajos, pero creo que muchas veces es más por las prisas del jee que por la desidia de los trabajadores. También está el caso del cliente que quiere un trabaj ode primera a precio de tercera, y entonces es cuando ves eso de los acabados buenos a la vista, y los horribles detrás.
Saludos
Cuesta encontrar hoy en día clientes que aprecien esa calidad, por encima de lo que el marketing de la marca les ha vendido. El mundo de automóvil en ciertos niveles si funciona como indicas.
Un amigo que tiene un taller me decía algo parecido con el tema de los coches.
En los últimos años muchas marcas se han puesto las pilas para ofrecer acabados ‘premium’, como las mejores marcas, a precios más bajos. Pero la realidad, me contaba este amigo, es que es solo apariencia y que con 2-3 años ya se ve la diferencia real de calidad.
Obviamente estas marcas más generalistas te venden una calidad aparente, que con el uso muestra sus vergüenzas en forma de embellecedores que se despegan, pierden el brillo, plásticos que pierden esa capa ‘premium’ que los recubría, etc, etc…
Esto es cuestión de trabajo profesional, y clientes que lo aprecien y quieran pegarlo, versus trabajos chapuceros ‘milagrosos’ que salen más baratos porque solo piensan en obtener el máximo beneficio.