Es lo que le falta a mucha gente cuando va por la calle… o cuando entra a un comercio.
El otro día estábamos en la tienda mi socio y yo. El estaba atendiendo a un cliente en la trastienda y yo estaba en el mostrador buscando un cartucho de tinta para otro cliente que no recorbaba que impresora nos había comprado. Así que estaba en el PC buscando la factura de compra para localizar el modelo y luego entrar a la web del fabricante para localizar el cartucho de tinta. Teníamos a otra clienta esperando para llevarse unos cables que nos había encargado hacía unos días.
De repente se abre la puerta, entra un hombre viene directo hacia el mostrador apartando a la clienta y haciendo un lado al que esperaba por la tinta. Saca del bolsillo un ratón Genius inlámbrico con bola, con más de 5 años de vida y me espeta:
– ¿Puedes arreglar esto?
– ¿Lo has comprado aquí?
– No, lo compré en otra tienda, pero ya han cerrado
– Te sale más barato comprarte uno nuevo
– Pero yo quiero que lo pruebes para ver si funciona…
– Tienes la base…
– No, tu coges el ratón y lo pruebas en tu PC…
Mientras el cliente que esperaba la tinta, empieza a desesperarse y con razón, aparece mi socio desde la trastienda, mira el ratón y dice:
– Eso lo mejor es tirarlo a la basura y comprarte uno nuevo… (se nota que estamos compenetrados)
El cliente que espera la tinta, me dice si ya la he encontrado, y le digo:
– Si la he encontrado, (mirando al del ratón) si me traes la base, te digo algo y si te esperas que le termine la factura a este cliente que estaba antes…
Entonces el del ratón lo coge, se da la vuelta y se va dando un portazo… nos quedamos todos en la tienda atónitos. Hay personas que no saben que cuando llegas a un sitio, hay que esperar que te toque el turno… y eso de ir apartando a la gente, pues como que no es signo de muy buena educación; por cierto este no había estudiado en la Logse, era del ciclo anterior, con lo cual se demuestra que la educación con mayúsculas no depende del colegio, ni del temario, sino del interior de las personas.
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Tienes toda la razón, hay demasiado caradura sin respeto alguno; Pero en esos casos creo que debeis ser los tenderos quien mande a dichos individuos a su sitio, ese hecho para mi significa poner a ese comercio en mi lista de favoritos.
De esos los hay en todas partes y de todas las edades. Cuando alguno de ellos entra en la tienda avasallando, yo simplemente le doy los buenos días ( o tardes) y acto seguido continúo con lo que estaba haciendo, hasta que le toca el turno, sin responder a lo que me consulta ni darle más explicaciones; la mayoría se da cuenta en seguida de su error. Suele ser gente que lleva un buen rato peleándose con el problema que le lleva a la tienda, y para cuando acuden a nosotros, ya están con los nervios de punta, así que cuando respondemos así, se calman un poco, por lo general.
Aunque siempre hay alguno de los del portazo airado. Esos, prefiero que se vayan, o mejor, que no entren.
Lo mejor para rematar, como me ha pasado alguna vez, es decirle al cliente mientras se va :
-Buenas tardes, vuelva cuando quiera.
El cliente será todo lo maleducado que quieras.. pero no por ello vamos a perder nosotros la educación.
Saludos.
Con educación o sin educación, lo que hay es mucho jeta suelto. 😀 Vas a tener que poner un dispensador de número para llevar un orden.. XD
Un saludo
A mí también me ha pasado muchísimas veces. Después de mucho tiempo te acostumbras y casi no les haces caso, pero hay algo que me molesta sobremanera: estar hablando con una persona y que llegue otra y se ponga a hablarte en un tono más alto para captar tu atención. Eso todavía me saca de mis casillas 🙂
Yo suelo usar dos tácticas, dependiendo del individuo.
1 – En cuanto arranca en plan “lo mio es urgente y caca pa’l resto”, les digo con exquisita educación:
– Enseguida estoy con usted caballero/señora.
2- Si se pone a soltar el rollo por las buenas pasando de todos, cuando lleva un rato me dirijo a el con un:
– Disculpe, ¿hablaba conmigo?
Puede que no sea de muy buena educación ninguna de las dos tácticas, pero ellos empezaron primero.
Una vez usando la segunda táctica con la tienda petada de gente, fué el descojone general de la clientela (la señora había entrado además de muy malos modos)
El tipo es un impresentable, eso está claro. Desde luego hay “clientes” que no interesan. Siempre lo he dicho. Y la falta de educación es algo que me pone “especialmente nervioso”.
Eso sí, me habeis recordado otro tipo de situación que vivo a veces en las tiendas a las que acudo. El caso es que me revientan las tiendas que están tratando con alguien un tema laaaaargo y tendido y que, habiendo entrado tú a por algo que es coger y llevar, ni siquiera te pregunten qué deseas hasta que acaban con el anterior. Normalmente espero callado a que terminen, pago, y me dejo una nota mental en la cabeza para obviar ese comercio en la medida de lo posible.
Mis padres han sido tenderos por muchos años y siempre, cuando alguien entraba en la tienda y estaban atendiendo a otra persona le preguntaban qué deseaba. Si era algo que llevaba su tiempo les decían “Pues un segundito que acabo con este/a señor/a y ahora mismo estoy con usted, puede ir mirando tal y cual si lo desea”… etc. Si era algo automático de coger, pagar e irse, pues se lo hacían sobre la marcha.
Entiendo que esta segunda forma de atender (con la flexibilidad oportuna) es la ideal. ¿Qué opinais?
yo también lo hago, si explico un presupuesto donde me gusta explayarme en datos y aclaraciones, pues pregunto al que entra y si efectivamente es pagar e irse pues digo: un segundito por favor, y luego sigo con las explicaciones.