El otro día pasamos un par de presupuestos a un cliente. Como siempre le explicamos lo que le presupuestábamos, le enseñamos las piezas que le íbamos a montar y le aconsejamos la configuración que nos pareció más conveniente para el uso que le quería dar al PC.
Al día siguiente volvió a confirmar el modelo que deseaba y además a ponerle un par de mejoras que le habíamos sugerido. Cuando pasábamos el presupuesto al sistema de gestión de pedidos, nos dimos cuenta de que le habíamos presupuestado 3 discos duros en lugar de uno. Bueno realmente en lugar del precio del lector de DVDs y de la regrabadora de DVDs, habíamos vuelto a poner el precio del disco duro de 400 gigas… así que el presupuesto estaba sobrevalorado en casi 140 Euros.
Menos mal que le había gustado nuestra forma de atenderle, porque si era por precio los otros presupuestos que llevaba el cliente eran mejores que el nuestro errado. Así que cuando le dijimos que se le rebajaba el precio, pues se subió un poco más la Ram y algo más, porque como nos dijo, “Ya me había hecho el ánimo de gastarme esa cifra…”
4 Comentarios
Comentarios Cerrados
Ja,ja,ja… al final el tío se llevo una alegría doble. Ese es un cliente consolidado, seguro!
Desde luego, no todos hubieran sido tan honrados de reconocer el error…
Más bien al contrario.
Un saludo!
Está claro que ya salió convencido con el presupuesto en la mano. Muy importante el trato que se dispensa al cliente y sobre todo la confianza que generaste en él.. Tienes cliente para tiempo…
Un saludo
Yo actuó así, muchas veces prefiero perder un poco de dinero, e ir a donde me atienden mejor.
Saludos