Imagino que la frase que da título a esta entrada la habréis oído muchos cuando en una reunión de trabajo se llega al momento de decidir y tenemos varias propuestas contrapuestas. Claro que en mi empresa de por las mañanas, se solía decir en un versión algo más fuerte: o barremos o follamos, pero esa es otra historia.
En mi trabajo de por las mañanas, cada vez más, seguimos las directrices de modernos sistemas de gestión de proyectos, de maravillosas herramientas de evaluación de tiempos, costes, beneficios y demás publicidad de cursos y master en la capital y de subcontratas con consultoras externas. El otro día, tuvimos una reunión, porque en los indicadores de gestión interna, no salimos bien. Sin embargo, en satisfacción del usuario interno si que estamos en buena situación. Vamos que lo que nos piden se hace, pero no aparece bien reflejado en los sistemas de gestión y seguimiento. Ante ello, se nos indicaba que dedicásemos más tiempo a cumplimentar bien las infinitas herramientas de gestión de proyectos. Pero claro, lo que hay en esas herramientas en muchos casos no es lo que hacemos realmente, pequeño problema sin importancia.
Pero al final, como le dije yo al jefe al final: o barremos o fregamos. Y si se prefiere quitar el polvo, pues nada, nos dedicamos todo el día a ponernos bonitos en los sistemas de medición de proyectos. Y cuando nos llame un cliente interno para que resolvamos un problema, le decimos que no podemos fregar, que saque número y dentro de tres o cuatro meses, cuando le toque, le solucionaremos el problema. Porque o trabajamos, o hacemos como que trabajamos,pero las dos cosas a la vez es complicado
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A nosotros en nuestro curro nos han puesto una “herramienta” que permite registrar todo lo que hacemos y de esta manera saber si trabajamos mucho o poco, el problema es que alimentar dicha herramienta lleva lo suyo y rellenar los datos correspondientes a mi actividad puede llevarme algunos días entre 30 minutos y una hora (o sea, entre 6,25 y 12,5% de mi jornada laboral)
A partir de esto he elaborado una teoría, el Principio de Incertidumbre de la Productividad, o sea que cuanta más importancia demos a las herramientas destinadas a medir la productividad más tiempo destinaremos a tareas no relacionadas con la misma.
A mí, lo que me maravilla es la poca correlación entre el servicio al usuario y el control de la gestión
Supongo, por pensar bien, que es la lucha eterna para compaginar la eficacia con la eficiencia
Conozco gente que hacen bien su trabajo, pero también saben medir muy bien el esfuerzo que le dedican. Como resultado de esta actitud, el gestor no tiene optimizado sus recursos humanos (igual tiene que contratar más recursos para cubrir a todos los clientes)
También debería tener la contrapartida: si los clientes no están cubiertos pero los recursos humanos no dan más de sí, hace falta alguna solución (más recursos, reingeniería … lo que sea)
En tu pequeña tienda, Tendero, el control de los recursos seguro que lo tienes cubierto por dos factores:
– Primero, la cercanía con tus compañeros
– La segunda, seguro que hay un fuerte componente de confianza mutua
Pero, si tuvieras tiendas por toda Hispania ¿cómo lo gestionarías?
Y una tercera, los que conocemos el negocio somos los que hemod hecho los controles. El problema es cuando se diseña un sistema de gestion por parte de gente que no sabe lo que se hace. O cuando tratan de dar la misma solucion a un proyecto de tres años que a uno de tres horas…
A nosotros en el departamento de Informática directamente han contratado a un tio que le llamamos “el Papeles”, este individuo quiero que cada vez que solucionemos un problema rellenemos un formulario Web y unos papeles, pero muchas veces tardamos más en hacer el papeleo y rellenar el formulario web que en solucionar el problema.
Yo creo que tanta burocracía hace que sea menos productivos, porque estamos mas tiempo haciendo tareas “burrocraticas” que solucionando problemas.
Un saludo.
Cuando se menciona el tema del rendimiento de los empleados, siempre (siempre, siempre, siempre) me viene a la memoria la película El Milagro de P.Tinto:
la escena en la que P.Tinto le explica a su hijo cómo funciona su fábrica de obleas (sí, obleas homologadas para la Santa Sede) y el empleado encargado de la fábrica les protesta sobre lo duras que son sus responsabilidades
Es que hay películas que sólo se pueden hacer en Hispania
Me pasó algo parecido hace algunas semanas, tenía un problema importante con un cliente (trabajo en una multinacional y el cliente es otra multinacional), por lo cual a la vez que intentaba resolverlo tenía llamadas y mails de muchísimos jefes y cargos tanto de mi empresa como del cliente queriendo saber: qué pasaba, qué se iba a hacer para resolverlo, cuanto iba a tardar en arreglarse, qué progresos había, etc …
Al poco de arreglarse hubo un mail de otro gran cargo ocioso que nos pedia entre todos que analizáramos porqué se había tardado en resolver el problema y qué se podía hacer para agilizar los procesos, me dieron ganas de responder : “se tardó casi dos días en resolver, de estos dos días dediqué unas 7 horas al problema en sí (no seguidas) y unas 15 a atender llamadas, conferencias, leer y responder mails y demás comunicaciones: si toda esa gente que no tiene nada mas que hacer que colgarse del teléfono nos hubiera dejado trabajar a los que nos dedicamos a esto, el problema se hubiera resuelto en menos de un día y en horario laboral. La próxima vez simplemente que los que no tienen nada que aportar se aparten y esperen y nos dejen tranquilos a los que hacemos trabajo de verdad”. Naturalmente no dije nada así y les dejé a los vip elaborar nuevos flujos y procesos de gestión internos que la próxima vez retrasarán aún más la resolución de cualquier emergencia.
os leo y me veo a mi mismo todos los dias en mi curro con estas gilipolleces. A este montaje de consultores, herramientas para medir tiempos que hay que alimentar es lo que yo llamo americanadas metidas a calzador en un modelo de empresa española que no encaja ni con vaselina.
en fin, cagando de rellenar nada, el mejor medidor son los clientes satisfechos no lo que me diga un puto programa mal parametrizado.
“En picos, palas y azadones, tres millones”.
El Gran Capitán se encontró con la misma mierda hace quinientos años. Esto es una enfermedad endémica, solo que encima nos venden las “soluciones” de fuera y con nombres en inglés.
Los de arriba no creo que sean tan tontos de creer que eso sirve para algo, pero les conviene por algún oscuro motivo, quizás por la gestión por objetivos. El negocio y la satisfacción del cliente es ya secundario, ahora nos debemos a los gráficos y las presentaciones Powerpoint en las juntas de accionistas y similares.
Bienvenidos a la gestión empresarial del siglo XXI. El fin del mundo está cerca.
Bueno, es mi primer comentario en el blog tras mucho tiempo siguiendolo. Al respecto de la entrada creo que esto es un mal que nos persigue. Comprendo que deban existir herramientas de seguimiento pero cuando estas se multiplican…En mi empresa cuando tenemos que rellenar los partes horas es un verdadero infierno porque como buenos españoles lo dejamos todo para el último día. Tienes que solicitar códigos de proyectos donde apuntar las horas, estos proyectos tiene además un sharepoint cada uno donde debes reflejar lo que has hecho. Vamos, que pierdes varias horas en todas estas cosas.
Y eso sin hablar de clientes donde su “burocracia” es tan demencial que cuando tenemos que hacer algo se eterniza por sus reuniones, comités, etc.