Leído: Los Astronautas Harapientos

Recuerdo que hace unos cuantos años, al ir a mirar las novedades literarias en la librería del pueblo, siempre me tropezaba en la sección de Ciencia Ficción con una trilogía que me atraía, pero nunca me atreví a comprarla. En aquellos años tenía que asegurarme de que un libro iba a ser bueno antes de comprarlo. Y no encontraba muchas referencias de una trilogía que se titulaba: “Los astronauta harapientos”.

Además la encuadernación en tapa dura no parecía muy bien escogida, daba la sensación de que se trataba más de un libro de aventuras que de Ciencia Ficción. Y luego la relación precio-páginas era muy baja. Yo siempre he leído bastante deprisa y el precio de estos libros de tapa dura era elevado y sin embargo el número de páginas era reducido. Y ahí quedó la trilogía, que no llegué a comprarla.

Pero hace unas semanas me la volví a encontrar por la red y decidí darle una oportunidad. Como siempre, a partir de aquí puedo contar algo del argumento, avisados estáis.

El autor de Los Astronautas Harapientos es Bob Shaw, escritor norirlandes ya fallecido. Los libros son cortos como ya he dicho al principio. Imagino que si los escribiese ahora y tuviese un editor moderno los hubiese estirado mucho más. En total la trilogía completa ocupa menos que algunos títulos de hoy en día. Y se agradece esa longitud. Las historias van al grano y hay poca paja en las obras. Lo malo es que a veces parece que se acaba la historia muy pronto. Lo bueno es que te sorprendes, pues hay cosas que piensas que van a tardar en pasar y suceden enseguida.

La historia está ambientada en un universo paralelo al nuestro. Transcurre en un sistema solar que tiene un par de planetas binarios que están tan cerca que hasta comparten la atmósfera. La ecología de estos mundos es curiosa, pues hay una serie de plantas con una madera tan dura, que hace que sus habitantes la usen en lugar de metales. Así en la sociedad que describe el libro no conocen los metales. Por lo demás su nivel tecnológico podría situarse entre finales de nuestro siglo XVIII y principios del XIX. Su nivel político estaría sin embargo más en la baja Edad Media. Así nos econtramos con una sociedad estratificada en una serie de clases a las que se accede por herencia: militares, filósofos, trabajadores manuales, artesanos, agricultores. Y con un Rey que reina por derecho divino y se hace siempre su voluntad.

La historia en el primer libro está protagonizada por Toller Maraquine, una especie de Rambo que ha caído por error dentro de la casta de los filósofos. En la primera parte, los habitantes de Land, ven amenzada su existencia por una plaga infecciosa que va acabando con ellos. Al final el jefe de los filósofos propone como única solución emigrar al vecino planeta de overland. Para ello propone usar globos de aire caliente. Y cuando las cosas se ponen realmente difíciles en Land, el rey acepta la propuesta e inician la construcción de una flota de globos para pasar de un planeta a otro. Enmedio hay una intriga política y otro sentimental que dan un poco de animació a la historia. Y al final consiguen pasar de un planeta a otro.

En el segundo volumen, han transcurrido 25 años desde la migración. Y un nuevo peligro acecha a nuestros protagonistas. Esta vez supervivientes del planeta Land quieren invadir Overland (el planeta hermano donde se refugiaron huyendo de la plaga) siendo portadores de la plaga. Y se inicia una guerra de globos de madera en la estratosfera que une a ambos planetas. Los protagonistas son más o menos los mismos, capitaneados por el intrépido Toller Maraquine y su forme directa de resolver los problemas.

En la tercera parte, el protagonista es el nieto de Toller Marquine (que se llama Toller II) y que trata de emular las hazañas de su ilustre predecesor. Es tal vez el más flojo de los tres, porque gran parte de la historia sucede fuera del planeta. Aparece una nueva raza con una tecnología muy avanzada en el sistema solar e interfieren en el desarrollo de Overland.

En resumen, la trilogía se lee enseguida y la historia engancha. Y como digo, escritura muy directa, no en vano el autor tiene gran experiencia en cuentos, y más que novelas, parecen cuentos largos.