Hace unas semanas me puse a leer otra vez el Don Juan de Gonzalo Torrente Ballester. Una obra que leí cuando era mucho más joven.
Este libro concretamente lo leí cuando estaba en mi primera época de estudiante universitario, así que decidí volver a por él ahora que estoy otra vez en la Universidad. Antes que nada comentar la gran admiración que siento por Torrente Ballester, para mí el mejor literato del siglo XX en España. Un autor con novelas que tocan temas variados y con gran diversidad de estilos y siempre excelentes.
Don Juan es un mito español normalmente asociado al teatro. Pero aquí Torrente Ballester lo lleva a la novela, un terreno donde es más fácil hacer una disección del personaje y de sus acompañantes. El libro se publicó en los años 60 en España. Y tuvo problemas con la censura, que el autor pudo resolver acudiendo directamente a otro gallego: Fraga Iribarne a la sazón Ministro del que dependía la censura. Logró que solo censuraran unos pocos párrafos poco importantes en la trama.
En la novela Don Juan aparece como un hombre del siglo XX, pero se trata del mismo Don Juan del siglo XVI, que no puede morir. Al principio Don Juan aparece poco, la acción de la obra cae sobre los hombros de su criado Leporello. En varias fases de la obra Leporello será el narrador que nos vaya contando la infancia, juventud y madurez de Don Juan. Leporello además es un criado enviado por Satanas para conseguir el alma de Don Juan cuando éste muera.
Don Juan aparece como un hombre que se rebela contra dios mismo. Sus ansías de conquistas amorosas tienen más que ver con pecar, que con el intento de sumar más mujeres a su lista. La novela rezuma humor, hay aventuras diablescas que mueven a la risa, hay humor negro, como el hecho de que Don Juan dada su edad… ahora sea impotente. Pero eso no le quita ningún atractivo para las mujeres. Estas también tienen gran protagonismo en la novela, vemos los primeros amores de Don Juan, aparece Doña Inés desde una perspectiva nueva… La obra intercala en ocasiones verso en la prosa con gran acierto, como la historia de la creación.
Es un libro que cuesta de clasificar, pero usando el mito de Don Juan Torrente Ballester nos hace reflexionar sobre la religión, la fe, la familia, el honor, la nobleza, el amor, el deseo, el pecado, si existe o no el libre albedrío… y todo ello sin ser nada aburrido, al contrario, la historia nos hace leerla de un tirón.
En resumen un libro que tuvo mala acogida cuando se publicó, pero que para mí es una verdadera obra de arte, muy recomendable su lectura.