Este mes hemos tenido en la tienda unos cuando casos de aparatos de tecnología digital convertidos en unos bonitos pisapapeles para las mesas de algunos hijos de clientes.
Vemos como los padres compran tecnología que no es precisamente barata para sus retoños y estos que no la han pagado muestra un desapego y un desinterés máximo por sus aparatos. Ni los cuidan ni los valoran. Nos encontramos aquí con la división entre clientes que por temas económicos lo pasan mal para equipar con tecnología digital a su hijos y luego los que tienen una posición económica mas desahogada y no escatiman en gastos con la digitalización de la familia. Y en estos últimos notamos mucha falta de valoración de lo que les han regalado. Como siempre algunos casos de este último mes:
- Papá, que te den el aparato para sacar los datos, que el PC ha muerto: hemos tenido tres casos casi seguidos muy parecidos. PCs (dos fijo y un portátil) que tienen algún fallo. El hijo/a no se inmuta. Le dice al padre que necesitan el aparato para sacar los datos, que el PC ha muerto. Los padres nos llaman o se pasan por la tienda para ver qué aparato necesita su retoño para sacar los datos del ordenador que esta muerto. Cuando les decimos que nos traigan el PC para verlo y revisarlo se extrañan: “Si mi hijo/a dice que no tiene arreglo”. Al final un fijo tenía la pila de la placa base agotada, la fecha no se actualizaba y la mayoría de webs daban error de seguridad por la fecha. Otro tenía el disco duro roto. Tuvo suerte, ya que pudimos recuperar casi todo lo que había dentro. Y el tercero había roto el conector de carga del portátil y éste no se cargaba. Se vuelve a soldar y tema resuelto. Aquí además de no valorar lo que tienen se nota también una estrategia para tratar de lograr un PC nuevo. Imagino que tras sacar el disco duro del PC que “estaba muerto” pedirían un nuevo equipo para poder consultar la información.
- ¿Hija/o tienes la clave de activación o la del eMail?: se pasa un cliente veterano por la tienda. Hace tres años le regalo a sus sobrinas (no tiene hijos y sus sobrinos son para él como hijos) una tableta de gama alta (un iPad de los caros) para la Comunión. El otro día una de ellas tenía el iPad encima de la mesa lleno de polvo. Le pregunta y le dice que no funciona desde hace meses, pero que el de su hermana está igual. Nos trae los iPads. Están bloqueados. O bien una actualización que se cortó o no entró bien o lo más verosímil que pusieron varias veces mal la contraseña y Apple los ha bloqueado. Así que sacamos un tutorial de Apple y lo desbloqueamos. Pero al final del proceso nos pide la clave de activación, un dispositivo de Apple que se uso para activarlo o bien la cuenta de iCloud con la que se activó. Se lo comentamos al cliente y ninguna de las sobrinas recuerda nada de nada, ni la clave ni la cuenta de iCloud. Tienen ambas un iPhone, pero ya no es el mismo que tenían cuando les regalaron los iPad y probamos con sus cuentas y no funcionaban. Ahí tenemos los iPads de pisapapeles. Al final tendremos que reiniciarlos del todo, no es fácil ni barato y no tengo claro si es legal… pero será la única forma de seguir usándolos.
- Mamá, necesito una batería nueva: se pasa una clienta por la tienda. Hace un par de años le compró a su hijo un portátil de gama alta. Nos comenta que la batería falla y que necesita una nueva. Nos trae el portátil y vemos el modelo de batería para pedir una nueva. Le decimos que nos hará falta el cargador. Queda en traerlo al día siguiente. Vuelve y nos dice que su hijo lo ha perdido. Que se había pasado toda la tarde buscando en la maraña de ropa que tenía éste en su cuarto y que no lo habían localizado, nos dice “Ya me extrañaba a mi todo el verano si coger el portátil”. Esto de perder el cargador está siendo ya un clásico entre los hijos de nuestros clientes.
Y como siempre lo mejor: ninguno de los retoños ha venido a la tienda ni nos ha llamada, para eso estas los padres o los tíos, para resolverles los problemas.
Y luego servidor el sábado se tira media hora haciendo una ñapa para arreglar el botón de encendido de un tablet asus (la goma interna se había podrido por completo del uso y el tiempo) que tiene ya 13 años, y del que no me quiero deshacer porque para el uso que le doy, leer cómics y revistas en él, aún funciona perfectamente…(tengo otros 2 ipads y un TCL en casa de varios años como nuevos)…
Tu sabes lo qué te costó comprarla y además le tienes cariño…
En el trabajo tenemos un compañero que es su primer trabajo (22 años). El otro día nos contó que desde que trabajaba se había vuelto super rata que le costaba mucho más gastarse dinero. Le respondí que normal, que ahora gastaba de su dinero y sabía cuanto le costaba ganarlo 😄😄😄
La experiencia de la vida…
En mi caso también ocurre que ya a mi edad estoy cansadísimo del consumismo desaforado, de comprar por “darse un capricho” o para mitigar ansiedad o vacío, aparatos -o videojuegos- a los que luego siempre tardo en darles uso…Que luego siempre se lo doy, ojo, pero en cuanto se produce la compra, como que ya me deja de apetecer usarlos o trastear con ellos.
Yo ya lo conté aquí hace tiempo… el estar en la tienda y tener la facilidad para comprar me produce el efecto contrario: me cuesta mucho más comprar tecnología y mantengo en funcionamiento cosas que tienen muchos años, sobre todo cuando les cojo cariño
En mis tiempo los chicos nos buscábamos la vida con la tecnología, no consultábamos a nuestros padres porque ellos no entendían de eso.
Ahora es al revés, los chavales no consulta a nosotros, no se que va a ser del mundo
Realmente los casos que vemos nosotros no es que consulten a sus padres, sino que hay dos situaciones clara: una en la que les cargan el muerto de la reparación, arreglo, configuración… a los padres. Y otro en el que solo quieren la tarjeta de crédito de los padres… eso de consultar lo hacen poco.