Esta entrada se quedó pendiente de publicarse hace dos fines de semana cuando se cayó el hosting del blog. Es el libro que leí antes de ponerme a estudiar el examen final de este semestre. Se trata de Ángeles Rotos de Richard Morgan que más que una continuación es una novela con el mismo protagonista que Carbono Alterado.
Si cuando comenté Carbono Alterado me refería a ella más como una novela policiaca dentro de una de Ciencia Ficción, en este caso tenemos una novela bélica también dentro de una historia de Ciencia Ficción. Aquí el protagonista está trabajando de mercenario en una guerra en un planeta de la frontera. Mientras va pasando el tiempo entre combate y combate le tientan con ir a buscar una nave alienígena llena de tesoros tecnológicos que poder revender a alguna de las grandes corporaciones que controlan el universo.
La verdad es que no es más que una excusa para repetir la clásica historia: dos comienzan buscando a otros miembros del equipo original que puedan ayudarlos a localizar un gran tesoro. Una vez rescatados los que faltan deben buscar un socio capitalista que les financie la búsqueda con la compra de parte del tesoro. Entonces hay que localizar otros especialistas que ayuden en el golpe. Hay que disfrazarse para que otros enemigos no los localicen. Empieza la búsqueda… y por supuesto en las sendas que llevan al gran descubrimiento encontrarán los cadáveres de otros que lo habían intentado antes y habían fallado. Los peligros se multiplican y algún compañero va cayendo por el camino (si es posible se recupera su cápsula para revivirlo al regresar). Hay traidores que no desean que alcancen su objetivo. También hay caballos de Troya de otros capitalistas, dobles y triples agentes que al final cuesta saber para quien trabajan.
Y sin embargo dentro de una novela de Ciencia Ficción del género de guerra todavía el autor encuentra sitio para hablar de la vida, la paz, la muerte, la guerra y el amor. Y como en otras novelas de Morgan el sexo futurista e imaginativo aparece para ofrecer algo de paz y serenidad a los protagonistas. He de decir que creo que sus escenas eróticas son de lo mejor de la novela actual (que no es de ese estilo) detrás solo de las obras de Houellebecq.
Así que entre las reflexiones de los protagonistas vamos viendo un despliegue de tecnología dedicada a matar cada vez mejor y de manera más barata. Aquí el autor no es que nos demuestre su arte para ir configurando sistemas de armamento (por cierto aquí un tirón de orejas al traductor… hay algunas armas y tecnologías que con su traducción era incapaz de entenderla, tuve que ir atrás y buscar el original en inglés) es que nos abruma con su virtuosidad. La cosa llega a tal nivel que mientras leía esta novela en casa nos pusimos a ver The Creator. Había leído sobre el despliegue de novedosas armas… caca de la vaca al lado de lo que nos muestra en sus páginas (y eso que van sin imágenes) Richard Morgan.
Al final de la novela el autor retoma el gusto por las tramas retorcidas y nos mostrará algún que otro secreto sobre lo que estábamos leyendo.
En resumen una novela muy recomendable para los aficionados a la Ciencia Ficción en este caso subgénero de novelas bélicas. Y no hace falta haber leído Carbono Alterado para poder entender esta obra.