Hace un mes os contaba nuestra aventura con un MSI y la gestión de prestaciones por medio de un software con IA integrado de serie. En los comentarios le indiqué a Khopon que tenía pendiente una entrada de hace un par de años con algo parecido, así que hoy vamos a por ella.
Un cliente nos trajo un portátil Dell con un i7 de quinta generación porque le iba muy lento. Le comentamos que con una ampliación de RAM (solo tenía 4 gigas) y poniéndole un disco duro SSD iba a notar un cambio muy apreciable y no era muy caro. El cliente nos dice que si nos metemos que le actualicemos si es posible el sistema operativo de Windows 8 que traía de serie a Windows 11 o Windows 10.
En el taller le ampliamos la RAM y le instalamos en lugar del disco mecánico un SSD. El mecánico lo pusimos en una caja USB y lo convertimos en un disco externo. Fuimos a la web de Dell y vimos que ese portátil era compatible con Windows 10 y no aparecía Windows 11. Por eso y porque el micro no era de los soportados por Windows 11 de serie, pues instalamos Windows 10. No hubo problema, porque Microsoft permite pasar de Windows 8 a 10 con la misma licencia.
Al terminar la instalación de Windows 10, pasamos los datos del disco antiguo del cliente. El PC ahora iba mucho más suave que antes. Al cliente le gustó el nuevo rendimiento.
Pero pasadas unas semanas nos llama el cliente: nos dice que a vece le fallan algunas teclas del teclado y no puede escribir con ellas. Que cada vez el fallo es más frecuente. Nos lo trae y en el taller nos pasa lo mismo. Pensamos que tal vez al desmontar tocamos alguna conexión del teclado. Desmontamos el portátil y revisamos que todo estaba bien conectado. Con un teclado por USB externo no fallaba. Por si acaso probamos con una distro de Linux y también fallaba el teclado. Así que al final pedimos un teclado de repuesto. Cuando llegó se lo cambiamos y funcionó bien otra vez. El cliente se lo lleva, pero al cabo de una semana regresa con el mismo problema.
Entonces ya no sabíamos qué hacer. Como el cliente no había tocado su antiguo disco duro mecánico, pues lo volvimos a pinchar en el portátil. Con ese disco no fallaba. Nos pusimos a mirar foros de soporte de Dell. Al final vimos el error. Resulta que además de los drivers de la web de Dell para Windows 10, había un software de gestión global del portátil que incluía un configurador de teclas de función del teclado. Pero ese programa no tenía versión para Windows 10 y cuando tratamos de instalarlo… no se dejó. Sabiendo ya lo que pasaba al final en una Web que no era de Dell, alguien había colgado una versión de los drivers de Dell de Windows 8 del teclado, pero que funcionaba con Windows 10. Lo probamos y todo funcionó bien.
Así que ahora tenemos un teclado nuevo de un Dell de hace 7 años en el taller… y sabemos algo más del software preinstalado de los fabricantes de portátiles. Lo que nos pareció mal es que Dell nos indicase que ese portátil podía ejecutar Windows 10 y nos proporcionase los drivers… pero estos fallasen. En Linux tampoco iban bien por lo mismo.