La semana pasada se comentó mucho por Internet unos Tweets de CM Harrington en los que mostraba ejemplos de como el actual diseño de interfaces de usuario hace más compleja la tarea de usarlos.
Podéis leer más en esta entrada en Genbeta.
Yo siempre digo que en esto del diseño vamos de extremo a extremo. Yo recuerdo cuando hace unos lustros todo eran botones e interfaces en 3D que hacían daño a los ojos. Sobre todo los que venían con acabado metálicos de colores. De ese extremo hemos pasado ahora a diseños donde todo es plano y por no haber no hay ya ni líneas de separación. Debes ir con el ratón moviéndote por toda la pantalla para ver que reacciona y que no. O haciendo botón derecho por todas partes buscando menús con acciones que no se ven a simple vista. Ya puestos prefiero el estilo barroco de los primeros años del siglo antes que esto. Entonces podías quejarte de la sobrecarga de efectos 3D, pero por lo menos no podías decir que no habías visto botón que hacía lo que buscabas. Y si necesitabas moverte por una lista desplegable el ascensor estaba a la vista.
Lo que me fastidia de esto es lo que siempre va asociado a las modas: que no hay forma de escapar de ellas. Salvo que vayas a algo a medida y hasta eso cada días es más complicado. Hace unos años tuve que añadir unas mejoras a un programa de gestión que tenía ya algunos años. Las librerías tenían el interfaz gráfico de Windows 98. Al añadir mejoras les ofrecí a los clientes pasar a un diseño más moderno (más plano). Me dijeron que querían las nuevas funciones, pero con el aspecto antiguo. Y al hacerlo a medida (y gracias a la retrocompatibilidad de Windows) no hubo problemas.
Estos días en mi trabajo de por las mañanas estoy viendo los estragos provocados por los diseños planos en el rendimiento. Nos han cambiado el paquete ofimático. Teníamos el Office 2010 y ahora nos han puesto el Office 365. Ahora mismo para nuestro trabajo es imprescindible usar el correo electrónico. El cambio del Outlook 2010 al Outlook 365 está siendo traumático. Y solo es por el diseño.
El Outlook tenía un diseño algo recargado. Pero se ven claramente diferenciadas las partes de la interfaz. Uno mira y sabe lo que son botones, lo que son carpetas, donde están los mensajes, si el mensaje tiene todavía texto por leer. En Outlook 365 todo es gris y azul.
Así que allí tengo a mis compañeros probando temas y combinaciones de color. Pero la final el problema siempre es el mismo: ¿eso es cuadro o un botón? Con otro agravante. En casa o en la tienda el Outlook 365 con monitores 4K modernos se ve mucho mejor que en un monitor de 15 años en HD Ready de 17″ que apenas le queda color y contraste. Este es un problema en el que los administradores de sistemas de las grandes empresas no piensan: actualizar el software al año 2021 para verlo en hardware del año 2005. Por ejemplo en Word 365 en un monitor 4K el cuadro de diálogo de guardar como ocupa una parte pequeña de la pantalla (lo cual permite ver el documento) mientras que en el monitor que tengo en mi empresa de por las mañanas ocupa el 90% de la pantalla.
Y casi a la vez dos webs de empresas externas a mi empresa, pero que uso todos los días han actualizado hacia la moda de colores pastel y diseño plano… Me he pasado media hora tratando de encontrar unos datos que antes en 10 segundos encontraba. Y con el agravante de que yo estoy curado de modas y de diseños… Aquí además la cosa era todavía peor porque se abrían en Microsoft Internet Explores (tenemos Edge y Chrome… pero allí no me puedo autenticar como usuario de pago de las webs..).
Resumiendo: las modas que no dejan escapatoria son siempre malas. Me fastidia mucho que cuando se diseña un interfaz no se piense en los gustos de los usuarios, solo en los de los diseñadores. Pero son los tiempos que nos han tocado vivir.