Como hoy quiero hablar de empresas del futuro y de fiscalidad me ha venido a la cabeza una frase de Michael Faraday muy acertada sobre el asunto.
Cuando William Gladstone, un político británico del siglo XIX, contemporáneo de Faraday y encargado en aquel momento de la Hacienda británica, lo visitó para conocer qué era eso del electromagnetismo (es interesante el sistema de publicidad que hacían desde la Royan Society inglesa [como se ve en la imagen] y que puede explicar el dominio en la industria de los británicos desde mediados del siglo XVIII hasta principios del XX) Por cierto, que Faraday fue captado así, recomiendo si quieres saber más de Faraday, el excelente capítulo que le dedicaron en la segunda versión de Cosmos.
Así que el entonces Ministro de Hacienda se pasó por el laboratorio de Faraday. Este le mostró los primeros y primitivos motores eléctricos y los generadores de electricidad y sus trabajos experimentales sobre el campo magnético. Eran descubrimientos e inventos que iban a permitir la revolución de la electricidad y que impactarían (y lo siguen haciendo) en la vida de todas las personas de años venideros. Pero Gladstone le dijo a Faraday que no le veía futuro a esa tecnología. A eso el científico le dijo:
Algún día, señor, podrá cobrar impuestos por esto.
Y como casi siempre el político estaba equivocado y el físico autodidacta tenía la razón.
Y después de la batallita histórica volvemos al ahora en España. Estamos en una situación parecida. Nuestro gobierno lanza su Impuesto Digital, no saben bien de qué trata la economía digital, pero por si acaso, ellos empiezan cobrando. Y desde el nombre todo está mal. Gravan a tecnologías emergentes que nos pueden ayudar a mejorar la economía presente y sobre todo la futura. Pero lo peor es que realmente esta carga impositiva apenas si molestará a las grandes empresas de Internet extranjeras. Estas siempre podrán subir los precios a sus usuario españoles y ya sabremos quienes pagarán este impuesto nosotros y no ellos.
Los impuestos son como la muerte, inevitables, tal y como decía otro físico autodidacta (y también político) Benjamín Franklin. Así que una vez aceptada su existencia lo que necesitamos es aplicarlo de forma racional, clara y sencilla. Y eso es lo que siempre falla en nuestra nación. No solo tiene uno que soltar la pasta, además es que es complicado muchas veces el pagar y el saber qué pagar.
Si ya tenemos impuestos para empresas que venden productos, venden publicidad, venden servicios en el mundo físico, no deberíamos tener ningún problema en hacer una trasposición de los mismos al mundo digital. Si estas empresas digitales incumplen la normativa fiscal actual, pues que se les sancione, pero si mediante ingeniería financiera y cumpliendo las leyes, pagan menos impuestos… es lo que hay. Que se cambien las normas fiscales para que no pueda hacer esa ingeniería (que también las hacen otras grandes empresas del mundo físico) pero que no se creen nuevas figuras impositivas solo para ellas.
Estos impuestos solo servirán para impedir que empresas nacionales puedan nacer o crecer hasta hacerle la competencia a las foráneas. Ya que hoy la entrada va de citas, en este caso una de un político (y también actor de segunda) Ronald Reagan: “La visión del Gobierno sobre la economía se podría resumir en unas pocas frases cortas: si se mueve, ponle impuestos; si se sigue moviendo, regúlalo. Y si deja de moverse, subsídialo”
Por poner un ejemplo tonto, ¿qué diferencia hay a la hora de vender entre Amazon o una gran superficie? Que los inspectores de Hacienda revisen las cuentas de Amazon, que les pidan relación de todas las facturas, que les obliguen a tener todos los datos disponibles con 10 años de histórico, que les obliguen a informar de sus facturas a los cuatro días… vamos que estén sometidos a la misma ley a la que se somete una gran empresas física. Y si Amazon no cumple esa legislación, pues que se le abra expediente y si Hacienda tiene razón que los multen… pero como ese trabajo no lo hacemos, pues nos inventamos un impuesto que puede hacer mucho daño a las pequeñas empresas digitales españolas. Y si las grandes empresas extranjeras no tienen la diligencia debida a la hora de almacenar los datos que la Ley Española le pide… pues que no vendan en España. Me preocupa muchísimos más que pasa con mis datos en poder de estos grandes mastodontes digitales, que en que paguen nuevos impuestos
Y puestos a gravar cosas en el comercio electrónico, yo me pregunto siempre una cosa muy curiosa. Si mañana un cliente que vive a 25 Km de la tiene, me pide un componente para un PC, el envío no bajará de 5 Euros. Pero si yo compro algo en Aliexpress o en eBay o en Amazon, que viene de Extremo Oriente y me cuesta 0.75 Euros, llega a mi casa sin pagar más gastos de envió. Imagino que parte del déficit de Correos viene de estos envíos donde no cubren gastos. Esto sí que es una estafa y un ataque directo a las finanzas nacionales y todo el mundo está mirando para otro lado. Y claro cobrando más impuestos para pagar un déficit de un servicio que no se lo ofrecen a los españoles que los mantenemos.
2 Comentarios
Comentarios Cerrados
¿Gravar no es con b?
De las dos maneras Julio, todo depende, como decia la cancion.
Gravar significa imponer impuestos o cargas tributarias,
mientras que grabar se emplea para indicar la acción de labrar sobre una superficie
o de almacenar información,
como imágenes o sonidos, en un dispositivo.