Digitalización de empresas

Estos días veo en las redes sociales varios anuncios de diversos eventos sobre la digitalización de empresas en España. Y no dejo de sonreír mientras leo toda la publicidad que nos muestra lo felices que son las empresas digitalizadas.

Luego uno además lee que el índice de penetración de la digitalización en España es bajo, pero que casi todas las empresas están pensando en avanzar más en su digitalización. Y sigue sonriendo. Uno de los grandes problemas de las empresas españolas es que la digitalización es algo que se asienta sobre débiles estructuras. Sería lo que en los años 60 decían de USA: un gigante con pies de barro. Me explico: en España no se aprecia realmente el valor de la administración y la importancia que tiene el trabajo de Oficina bien hecho para el buen funcionamiento de una empresa. Es curioso, como en el reino de la burocracia pública, la empresa privada (tal vez por ello) huye de una mínima estructura administrativa bien gestionada y organizada.

En nuestro ámbito geográfica a la Oficina de las empresas, van a parar los familiares de los fundadores: hermanos, primos, cuñados, esposas, esposos, cuñadas, sobrinos, nietos… Y uno observa como por desconocimiento la empresa no avanza, porque no basta una buena idea, hacer un buen trabajo… la organización es fundamental. Y si contase cosas que veo en mi actual puesto en mi empresa de por las mañanas… la cosa ya sería de escándalo.

Y toda esta introducción viene para contar una cosa que nos pasó este verano con un cliente. Tenemos un cliente que en su día fue del gremio de la informática (parte software) y la familia no le dejaba vivir pidiéndole siempre consejo. Al final nos los enviaba a nosotros. Tiene un hermano que trabaja de contable en una empresa mediana de la comarca. Además, una empresa que funciona muy bien y gana dinero. Fundada por un empresario que tuvo una gran idea y que además aplicó sus conocimientos y muchas, muchas horas de trabajo para levantar la empresa.

El contable nos trae el año pasado un PC que casi era una pieza de museo. Le cambiamos varios componentes que habían llegado al final de su vida operativo, formateamos y lo dejamos funcionando. Pero le decimos que le va a durar como mucho un año más. Funciona con Windows XP, no hay manera de actualizar a nada más moderno y le dará problemas por la falta de actualizaciones. Nos dice que no hay forma de convencer al jefe para que le compré un PC nuevo, si eso es tirar el dinero.

Este verano el contable vuelve a la tienda y nos confirma lo que le indicamos: no puede trabajar con el PC ya. Nos dice si se puede ampliar… le decimos que la placa es tan antigua que no vale la pena. Le pasamos un presupuesto. Le explicamos que a nosotros nos interesaría más ampliarle el PC viejo, porque tendríamos un cliente cautivo al que seguir pasando facturas de mantenimiento. Pero que si le vendíamos un PC nuevo no lo veríamos en un lustro como mínimo.

Al final viene unos días después y nos encarga el PC. No pensaros que era nada del otro mundo: un ordenador que, con sistema operativo, monitor y teclado… se quedaba por debajo de los 600 Euros. Viene a llevarse tinta para la impresora. Nos comenta lo contento que está con el nuevo PC: ahora puede hacer varias cosas a la vez, no le fallan las webs de Banco, las webs oficiales, se ahorra muchos viajes fuera de la Oficina, no le molesta el ruido a helicóptero del antiguo PC…

Y ya que estaba hablando del nuevo PC, al final nos cuenta como convenció a su jefe. Nos dice que le pasó el presupuesto y el jefe lo rechazó sin apenas mirarlo. Así que volvió a su mesa y esperó. A la mañana siguiente llega otro empleado y le da unas facturas para gestionar. Las mira, las revisa, pilla tres y se va al despacho del jefe.

– Hola gran jefe, veo que la hierba sigue creciendo y necesitamos una desbrozadora para mantener las aceras y los caminos de acceso a la fábrica limpios. Pero digo yo que si hace dos años ya compramos una desbrozadora y se usa un par de veces al año… comprar este año otra desbrozadora de 900 Euros…

– Bueno el jardinero decía que la vieja ya no iba muy bien, que las hierbas este año estaban muy fuertes…

– Vale, necesitamos una desbrozadora, pero yo creo que esto no puede ser la factura de un cortacésped, es otra cosa, ¿no?, porque más de 3.000 Euros de cortacésped aquí con el secarral que tenemos de jardín.

– Se trata de eso, de cambiar y poner un poco de verde en el futuro y como dice le jardinero, sin las herramientas y la planificación adecuada este otoño no podemos plantar nada…

– Peri si tiene suspensión neumática y calefacción en el asiento…

Al final salió con el presupuesto del nuevo PC aceptado.

Y uno se ríe con la historia. Pero es muy triste que el jardinero que va una tarde a la semana tenga mejora y más herramientas que el contable. Así que ya me conformaba yo con que se entendiese la necesidad de la organización y la gestión administrativa, antes que la digitalización. Bueno, salvo que contemos como digitalización los grupos de WhatsApps de las empresas…