Hay algo que a veces puede parecer divertido: saber de tecnología y que estés oyendo hablar sobre ello a alguien que no sabe y que además desconoce que tu sabes. Pero en ocasiones no es divertido, sino que es triste y además genera sentimientos de afecto y solidaridad hacia un tercero que también sabe y está recibiendo los embates del ignorante.
Como ya he contado llevo desde hace más de un año en mi empresa de por las mañanas en un puesto de atención directa al público. Y de vez en cuando tienes que escuchar inverosímiles historias de clientes que achacan todo la culpa de sus problemas a la tecnología: ya sea la del Banco, ya se la de terceras compañías. Y claro muchas veces, si conoces un poco el funcionamiento de los sistemas, tienes claro que están excusándose para no reconocer su responsabilidad o la un cuarto, al que no quieren llamar. Esto ya es algo a lo que me he hecho transparente, no le hago caso. Pero estas últimas semanas, he tenido un caso donde al final he terminado desarrollando un sentimiento de empatía hacía un tercero que no conozco y al que casi creo conocer; sobre todo porque muchas veces he estado en su misma situación.
Hace un par de meses, un cliente nos llama, quejándose del malfuncionamiento del datafono con el que cobra sus ventas en su comercio. Le indicamos, que hay un teléfono del tipo 900 donde puede llamar y le atenderán directamente desde el SAT de TPVs. Y que si ellos ven algún problema, enviarán un técnico directamente. Como de costumbre, se trata de un servicio que tenemos externalizado y es atendido por otra empresa.
Al cabo de un par de días el cliente vuelve a venir a quejarse. Le han cambiado el TPV y le han puesto otro. Pero sigue con los problemas de conexión, y está perdiendo ventas, porque el datafono no funciona todas las veces; algunas veces si que lo hace, pero otras no. Nos pide un datafono que funcione por Wifi, porque el que tiene ahora va por cable y así arregla el problema y tiene un aparato con más movilidad. Al final el comercial del cliente da el visto bueno y solicitamos un nuevo datafono.
Pasan otros dos días y vuelve el cliente a la tienda. El datafono sigue fallando, hace lo mismo. A veces conecta y otras no. Ha llamado al teléfono 900 del SAT del TPV y le han indicado que puede ser un error de su conexión a Internet. Así que ha avisado a la compañía con la que tiene el Internet, que la cambio hace dos semanas (casualidad… no ninguna) han ido y le han comprobado la línea y todo iba bien. Nos dice que pidamos otro datáfono, pero esta vez Bluetooth en lugar de Wifi. Pedimos el tercer datafono nuevo… y a los dos días vuelve el cliente a la tienda, con los mismos problemas. Además viene a quejarse del SAT del TPV, porque han vuelto a enviar al técnico y éste le ha dicho que el problema lo tiene con el ADSL que es muy inestable y por eso el datafono falla…
Resulta que tengo un cliente de la tienda al lado de este comercio. Y este cliente nos llama y nos dice que desde hace tres semanas, tiene problemas con el Interne. Usa a la misma compañía de Internet que el cliente con los problemas del datafono. Vamos a su domicilio y comprobamos, que tiene cortes aleatorios con el servicio. Le decimos que avise al SAT, pero que no se conforme con que ellos vengan y se conecten un par de minutos con su portátil. Al día siguiente nos avisa y nos dice que había un problema con el cable en esa calle. Que ya tenían varias quejas los de la compañía de Internet, que ahora va todo bien.
Y mientras el cliente del Datafono… pues le instalamos un TPV con conexión por GPRS, y claro ese no fallaba. Cinco datafonos, incontables llamadas al SAT y el error estaba donde el SAT del TPV le había dicho la primera vez, en su línea de Internet.
11 Comentarios
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Peor es el caso de cuando uno, que sabe de tecnología, “ve” a otro que no sabe venderle un portatil de gama baja a otro que sabe aun menos, para diseño con AutoCAD.
El tema del Autocad manda huevos. ¿Cómo es posible que haciendo exactamente lo mismo (en el mismo ordenador) el Autocad 2007 vaya perfectamente y el 2015 no tire ni de coña?
Si fuese para diseño 3D o algo lo entiendo, pero usando los dos en 2D para diseño de piezas no entiendo como puede haber una diferencia tan abismal.
Sencillo. Autocad se ha convertido en un monstruo de código fuente que ni siquiera Autodesk es capaz de controlar. Le habrán metido transiciones, accesos web por doquier y cosas así que lastran la experiencia del programa. Ah, y por supuesto, que levante la mano el arquitecto que tenga el Autocad con su licencia, porque de los que he conocido (y son bastantes) son bucaneros hasta la médula (con todo lo que conlleva).
Por eso hace años que no uso AutoCAD. Hay alternativas profesionales igual de potentes, compatibles, que se manejan igual y requieren mucho menos equipo.
Yo uso BricsCAD: va suave en mi viejo portátil, trabaja con archivos DWG de cualquier AutoCAD de forma nativa, es compatible con los archivos PGP (atajos de teclado) y CTB (emulación de plumillas) de AutoCAD, usa la aceleración gráfica disponible (DirectX u OpenGL), hace unos renders bastante decentes muy rápido* y hay versiones para Windows, Linux y Mac.
También he probado DraftSight. No se trabaja de la misma forma y no tiene todas las funciones que necesito, pero el rendimiento es sorprendente. Vale la pena darle una oportunidad.
* He hecho renders bastante complejos, con bump mapping, varias fuentes de luz, materiales, etc… a 9000×16000 en un minuto y medio con un portátil de 2008.
Conozco Briscad y me parece una solución fantástica para muchos arquitectos y delineantes y me encantaría que desde la administración pública se consideraran ese tipo de opciones para intentar abrir un mercado que es un férreo monopolio.
Pero la realidad es que muchos profesionales que utilizan este tipo de software están tan “enganchados” al Autocad que simplemente cambiando los iconos de sitio ya se sienten perdidos, no hablemos ya de cambiar de programa que, por parecido que sea y aunque sirva para lo mismo, nunca va a ser exactamente igual y eso hace que rechacen de plano cualquier alternativa a los productos de Autodesk. Pero eso sí, de pagar el precio que pide Autodesk ni se lo plantean.
Peor es el que recomienda un portátil con una gráfica potente (que encarece considerablemente el producto) cuando el AutoCAD no va a utilizarla: sólo usa la aceleración de un reducido número de tarjetas certificadas por Autodesk, con lo que en la gran mayoría de casos (sobre todo en portátiles) trabajará únicamente con el procesador.
Pues imaginate cuando eso pasa en una tienda en la que eres técnico y tu jefe, que ha montado la tienda para “blanquear” y que sabe lo justo de informática como para poder encender el ordenador, intenta captar a un cliente poniéndole las cosas muy bonitas e irrealizables.
Imagina que se marcha sólo a instalar un modem a un servidor y por poco se carga el windows 2000 server por hacer el ganso al instalar los drivers (marrón que, obviamente, nos comimos los técnicos)
Imagina que está hablando con un cliente, que es más torpe que él, y tener yo que llamarlo a un aparte y corregirle diciéndole que lo que estaba presupuestando no sólo no iba a ser capaz de hacer todo lo que pedía el cliente, si no que, además, estaba presupuestando un 50% menos de lo que iba a costar.
Imagina que tienes que comerte un marronazo por que él intenta timar a un cliente con el procesador que había pedido en el montaje del equipo, aún habiéndole avisado ya de que el cliente se iba a dar cuenta, ya que había sido MUY ESPECÍFICO en las piezas.
Menos mal que para ese marrón teníamos la escusa de una huelga de transporte y pude salir de ella más o menos indemne.
Imagina, que ya en los agónicos estertores de la empresa, nos reune a la plantilla y nos dice (literal) “como las ventas están bajas, vamos a permanecer abiertos una hora más al día…”, obviamente, los gastos de luz, plantila y demás subía y las ventas no.
Imagina que se le ocurre la “feliz” idea de decirnos…, “como la cosa sigue sin ir bien, vamos a subir los precios de un 12% de margen a un 17%…”, obvio, las ventas (pocas) que teníamos descendieron.
Imagina que se le ocurre la idea de llenar los escaparates de “mierdas pijas” a un precio que ríete tú de los de PC-City, y, sin embargo, de lo que se vendía (tintas, cd’s y dvd’s, etc…) no trae.
Pues al final, cerrojazo y quejándose de que los culpables eran los clientes… XD
Y así podría llenar un blog yo sólo, pero no quiero reavivar antiguas pesadillas y estar noches sin dormir 😛
Saludos
Esa historia tiene otr acara, las mismas llamadas, visitas del tecnico, cambio de equipo y el problema estaba en la conexión a Internet, un proveedor se lo curra y otro no pero la sensación del cliente es la misma
El problema es que el técnico que va la primera vez (y que por cierto repite la demás visitas) siempre terminaba diciendo que era problema de la conexión a Internet; pero los de la empresa de telecomunicaciones, se limitaron a mandar un becario, conectó un portátil un minuto, cogió línea y dio por resuelta la incidencia.
¿Pero entonces el problema era del cable físico de la calle?
Si, el problema estaba en el proveedor de Internet… de hecho con el primer TPV habrían funcionado sin problemas