Usuarios normales

El otro día en los comentarios sobre la entrada de discos duros externos, hubo quien decía que si se cuidaba bien un disco externo no tenía porque tener más problemas que uno interno. Yo contesté que la mayoría de las personas que leen y comentan en el blog, son usuarios avanzados. Así que para ilustrar mi teoría, vamos a ver un caso de un usuario normal, y además pequeño empresario.

Hace unos días nos llaman para revisar un PC que no podía entrar a Internet y mostraba signos preocupantes de tener una buena intoxicación por virus. Nos pasamos por casa del cliente y se trataba de un PC que antes hacía de TPV en uno de los negocios que tenía el cliente (y que ahora había traspasado). Vemos que tenía un Windows XP sin siquiera el SP1 instalado, que no había ningún antivirus. Arrancamos desde fuera, pasamos un antivirus y aquello tenía una civilización vírica viviendo dentro del PC.

Así que le pedimos al cliente los discos originales del XP y la licencia. No la tenía (la licencia, porque los discos es lo de menos) y además nos dice que si vamos a reinstalar, debemos tener cuidado, porque hay un programa de gestión que usaba en el negocio y que necesita mantener los datos durante un par de años por un tema legal. Por supuesto que no tiene copia de seguridad. Le decimos que si tiene los discos y la licencia del programa de gestión, tampoco los tiene. Le pedimos la factura de compra del PC y allí si que figura el sistema operativo y el software de gestión, pero aquello tiene toda la pinta de que se lo instalaron pirata y se lo cobraron;  o bien algo a lo que mucha gente también acostumbra, nos piden que le cobremos el software para generar dinero negro, pero luego quieren que se lo instales pirata.

En resumen, tenemos a un pequeño empresario, que hace dos años compra un PC, no le dan las licencias del software que compra, no las pide, además le instalan un Windows ya viejo en ese momento… y no se inmuta.

Al final le cobramos la visita y le dijimos que no le podíamos asegurar que fuésemos capaces de reinstalar y que el programa de gestión siguiese funcionando, pero no se molestó mucho, llamó a su primo que conocía a uno, que al final le dio el teléfono del dueño de la tienda de informática que le habían vendido el TPV (y que en el interín había cerrado sus puertas) a ver si aquel se lo resolvía.