Una vez más (y van) nuestros gobernantes dan señales de seguir viviendo en una época diferente a la de los ciudadanos que están bajo sus órdenes. Ayer leía sin sorprenderme la última ocurrencia del Gobierno autonómico catalán: gravar con un impuesto especial las conexiones de banda ancha, para con el dinero recaudado, impulsar la producción de películas autóctonas. Eso si, ya han hablado con las compañías de telecomunicaciones para que este impuesto no sea repercutido a los clientes, Y nosotros nos lo creemos. Y por cierto, me encanta la asimetría, con las grandes empresas si que hablan, con los pequeños clientes no.
Aquí nuestros políticos de siglos pasados van cometiendo errores sobre errores. Y no se trata solo de la noticia catalana que me da píe a escribir la entrada, podemos encontrar decisiones parecidas en otros muchos ámbitos. Como cuando el gobierno central (o federal, que ya no tengo claro la nomenclatura) decidió que las compañías de telecomunicaciones debían pagar la eliminación de la publicidad en la Televisión Pública Española.
Uno de los problemas, es crear un impuesto finalista. Es decir un impuesto que va dedicado a un fin concreto. Esto que parece algo normal, va contra la lógica de la Hacienda. La recaudación es una cosa y el gasto es otra diferente. Pero nada, aquí seguimos igual. Parece que si pagamos para que haya televisión, o el céntimo sanitario en la gasolina, o los recargos en la factura del agua para su depuración… pues como que pagaremos mejor. Y no, se recauda, va a la caja común y de ahí se decide como gastar. Son hechos independientes.
Pero el problema más graves, es tratar de mantener vivos negocios que van muriendo, gracias a sangrar los nuevos negocios que los están sustituyendo. Porque vamos a ver, la gente cada vez va menos al cine (y ve menos la televisión tradicional en directo, pero esto no se nota tanto) está claro que el canal de transmisión de contenido audiovisual que es la sala de cine y la película tradicional, están de capa caída. Los espectadores prefieren quedarse en casa, viendo el contenido que ellos eligen, para verlo en el momento que les sea cómodo. Comiendo sus palomitas o comiendo pipas, o no comiendo nada, bebiendo lo que ellos prefieran (y no la bebida oficial del cine). Sentados en sus sillones favoritos, o tirados en la cama, o en el coche… ellos escogen como quieren ver las películas o la televisión.
Y esa elección del ciudadano, es boicoteada por los políticos. Estos prefieren que sus súbditos, cojan el coche, consuman gasolina, aparquen (muchas veces pagando) en el gran centro comercial (donde todavía quedan cines) entren a una sala con más gente, paguen una entrada cada día más cara, vean una buena ración de anuncios y traten de disfrutar de la película de la semana. Por supuesto no se puede parar la cinta para ir al aseo, no se puede volver atrás para entender esa frase que no se ha escuchado bien, ni se puede pausar para escribir un comentario en una red social sobre lo que se está viendo en ese momento… vamos cosas del siglo XXI, nosotros que vivimos todavía en el siglo de los hermanos Lumiere.
Al final ya no es pagar más por nuestra conexión de Internet, que me parece lo menos grave. Lo que me parece inadmisible, es que desde arriba traten de obligarme a hacer cosas que no quiero hacer: ir al cine, ver la televisión pública… eso es lo que me irrita de estas noticias. Internet es un canal de comunicación y por ahí podemos ver contenidos audiovisuales. Y otros canales como el cine tradicional y la televisión, irán migrando a ese canal, o irán muriendo. Pero claro, si nos dedicamos a fastidiar a Internet, pues en el futuro no tendremos nada, ni lo viejo, ni lo nuevo. Señores políticos, dejen que cada negocio encuentre su nicho en los nuevos mercados, que la diversidad es la clave de un buen ecosistema y no se dediquen a favorecer sus intereses. Está claro que es más controlable una televisión pública o un cine tradicional que Internet.
Aquí no puedo olvidar una frase de Ronald Reagan (que tenía buenos asesores el jodido, es uno de los presidentes USA que tiene frases más impactantes) que dice:
La visión gubernamental de la economía puede resumirse en unas cortas frases: si se mueve, póngasele un impuesto. Si se sigue moviendo, regúlese, y si no se mueve más, otórguesele un subsidio
4 Comentarios
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Estoy completamente de acuerdo contigo.
Yo llega el punto en el que solo enciendo la tv para ver una peli en el htpc.
Hace unos meses cuando se estreno carmina o reviwnta, de paco leon, se estrwno a la vez en cine e internet, como me picaba la curiosidad del sistema tan atrevido, entre en la web, pague xon mi cuenta de paypal los 2.5 € que costaba la peli y la vi en hd online sin ninigun corte, y esi con 3mb de adsl de mierda.
De otra forma no hubiera podido verla en el xine jamas ya que estan a 100km de mi pueblo, pero de esta forma si, veria pelis todas las semanas mas agusto que la ostia.
Aun estoy esperando que otra peli salga en el mismo formato, quiza se invente el teletransporte antes.
Un saludo.
Yo también pagué 2€ por ver la película, en parte por apoyar la iniciativa. Que no se ha vuelto a repetir, claro; supongo que quien se atreva a volver a intentarlo se encontrará con un boicot de las distribuidoras “que pa qué”…
Tampoco dudo si comprar libros electrónicos cuando están a buen precio. Y por buen precio quiero decir cuando no cuestan lo mismo o más que la edición en papel… Por ejemplo, hace un par de semanas compré “Más allá de Némesis” por 3,5€ en “la tienda del Amazonas”. La editorial ha tomado una iniciativa parecida, pues lo ha publicado a la vez en papel, pero lo dicho: a ese precio ni me lo pensé. (Por cierto, una excelente recopilación de relatos de ciencia ficción; una especie de continuación de “Némesis”, de Juan Miguel Aguilera, una novela muy recomendable, y que también se puede comprar en formato electrónico por 2,68€.)
Pero quienes deciden, no ven o no quieren ver; estarán muy ocupados escuchando a los directores de las grandes empresas, bancos y demás…
Supongo que el tiempo pondrá todo en su sitio, pero mientras tanto me temo que los ciudadanos “de a pie” seguiremos sufriendo esta “democracia ilustrada”: todo para el pueblo pero sin el pueblo.
¿Os pasa como a mí, que ya prefiero no pensar mucho en estas cosas para no amargarme la vida? Claro que así nos va…
Yo es algo que he comentado simpre con mi mujer. Siempre me ha gustado ir al cine, pero hace unos años empeze a invertir en un home cinema decente a poquitos, que si un año el ampi, que si otro una pareja frontal, un subwoofer… Y ahora cada vez que voy al cine y lo comparo con un BR saco la siguiente conclusion.
Ir al cine, con el peque (o sin el, depende de la peli), me sale mas o menos :
– Entradas unos 9€ cada uno
– Aprovechas y cenas/comes 10€ minimo por barba
– Gasolina echale un par de €
– y con el peque, suma otra entrada y un medio menu
Vamos que se pone entre 40 y 50€ ir a ver una peli.
Os juro que ojala me ofrecieran la posibilidad de poder verla en casa en modo digital en stream el mismo dia del estreno, pero eso creo que no interesa.
Para flipar. Europa acaba de tumbar el “céntimo sanitario” echando un buen rapapolvo por ese tipo de impuesto que saca de aquí para meter allá. De hecho han señalado que ya había otras sentencias anteriores de las que los políticos tenían que haber tomado nota. Pues no. Pasaron de todo. Y ahora van a volver a pasar de todo. Adelante y, cuando llegue a los tribunales, a pagar las multas con nuestro dinero.