Hoy en encontrado un artículo en DosyDosCuatro.com comparando dos distribuciones de Linux, Suse y Ubuntu, (por cierto el blog muy recomendable para aprender cosas de Linux) y es curioso como esto del Linux, parece que convierte cada instalación en algo nuevo. En mi caso en la tienda mi socio instaló de forma bastante más rápida y completa el Ubuntu que el Suse, (igual que en la bitacora que enlazo) sin embargo a mi me pasó lo contrario, el Ubunto no se instaló tan bien como el Suse (además de que me gusta mucho más el aspecto del escritorio del Suse que el de Ubunto).
Esta diferente experiencia de usuario que es de un gran valor en Linux para usuarios avanzados (instalas la disbribución que más te gusta y sobre todo una vez instalada puedes personalizarla hasta niveles increibles) es tal vez lo que más marea a los usuarios noveles, porque para estos la primera impresión suele ser la que manda, así que si instalan una distribución de Linux que no se lleva bien con su máquina, pues la borrarán y lo más seguro es que no vuelvan a hacer más experimentes y el Windows se queda en su máquina bien tranquilo.
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Fantástico enlace y fantástico tema.
Justo son las dos versiones que estoy probando y que me traen de cabeza. En 10 días he instalado una vez la suse 10.1, luego la Kubuntu 6.06, luego la Suse 10.0 y ahora otra vez la Suse 10.1.
Todo porque empiezo a probar una, y cuando la estoy probando me encuentro por ahí un problema tonto o cualquier historia que me hace dudar o que me impide conseguir algo que quiero hacer. Por ejemplo, hay cosas tan tontas que parece mentira que a los windowseros nos echen para atrás, pero lo hacen. Por ejemplo, siempre me ocurre (con cualquier versión de Linux), que instalo un programa a mano siguiendo las instrucciones de la página de donde lo descargo, y luego no lo encuentro en lo que sería “Inicio -> Programas”. Es decir, un simple acceso directo. Y claro, no tengo ni puñetera idea de crearlo, o de si se puede crear. Ni siquiera sé en qué carpeta buscarlo ni cual es el ejecutable para hacerlo. Y claro, eso me hace desanimarme mucho.
Por otro lado, de repente te encuentras por ahí pequeñas joyas que resulta que te pueden hacer la vida mucho más fácil. Por ejemplo, en el artículo que enlazas encuentro dos utilidades llamadas Easy Ubuntu o Automatix, que tienen pinta de ser una auténtica maravilla para novatos, pero que son difíciles de instalar y además son difíciles de encontrar, en el sentido de que alguien las tiene que mencionar para que sepas que existen. No sé, creo que algo así tan básico debería venir de serie con cualquier distribución de Linux, o al menos deberían ser mucho más fáciles de encontrar e instalar. Ayudarían muchísimo a novatos como yo.
Nada, que mañana me liaré de nuevo a instalar la Kubuntu y a probar a ver si consigo al menos instalar alguno de los dos programitas.
Y de paso, si alguien sabe contestarme a lo de los accesos directos, se lo agradecería enormemente.
Saludos.
bueno Al, normalmente siempre que instalas un programa nuevo suele estar en /usr/bin o en /usr/local/bin, o en algunos casos , en /opt, que son los directorios en donde siempre deberian de estar los ejecutables (bueno no siempre pero dejemoslo asi).
Con respecto a lo de los accesos diectos, la verdad es que nunca he probado a hacer uno, puesto que siempre trabao en consola ;-), pero que no deberia de se muy dificil, por lo menos si usas KDE o GNOME, que seguro que trae algun asistente para hacerlo
Llevo mas de 10 años con linux y sigo sin comprender como los novatos se siguen complicando la vida instalando programas desde los fuentes. Antes de llegar a ese extremo hay que agotar absolutamente todas las posibilidades de encontrar ese programa empaquetado y listo para usar en la distribución.
Si al final te animas a compilar el programa por tu cuenta, no te quedes a medias y aprende a empaquetar, que no es tan difícil, al menos no es mas difícil que compilarlo.
Y si aún no quieres empaquetarlo, debes tener en cuenta que cuantos mas programas instales saltándote el sistema de empaquetado, menos control tendrás sobre los programas instalados. Yo siempre recomiendo utilizar “stow” para tener los programas instalados en /usr/local bajo control.
Por cierto, los accesos directos del escritorio se instalan en /usr/share/applications y son ficheros con extensión .desktop, aunque lo mismo se puede hacer en el directorio “Desktop” de cada usuario.
toptnc, yo llevo 10 años usando MS-DOS -> Windows, y estoy acostumbrado a instalar siempre los programas desde las fuentes.
Ese es el problema principal con Linux: los linuxeros dais por hecho que sabemos qué son los repositorios, qué son los paquetes, qué es compilar y qué es el APT-GET. Por suerte, con el tiempo y paciencia me voy enterando de qué es cada cosa.
Por otro lado, si yo quiero por ejemplo, instalar los drivers de Nvidia, por costumbre (y por lógica) voy a la web de Nvidia, y allí me encuentro unas instrucciones aparentemente sencillas sobre como instalar el driver para Suse. Bien, me bajo el archivo y luego veo que para instalarlo tengo que, como no está compilado para mi kernel, tengo que entrar como superusuario y ejecutar un comando en la consola. Hoy ya sé como se entra como superusuario (“sudo” delante del comando), pero hace un tiempo me volví loco. Luego tengo que ejecutar nosequé otro comando, y luego reiniciar las X.
Es lógico para un linuxero saber hacer, e incluso le será fácil, pero cuando te encuentras por primera vez con esto y ni siquiera sabes qué son las X, espero que comprendais que lo flipamos y que nos volvemos locos. Y seguro que dirás “pues si añades este repositorio, te instala los drivers automáticamente sin tocar nada”. Y no lo niego, sino que me gustaría saber porqué ese repositorio no viene de serie. Sé que hay temas de licencias, pero me pregunto si no podrían solucionarse con el típico “CLUF” antes de instalarlo, como con cualquier programa que instalas en Windows, ya sea de pago o GPL.
En fin, que a Linux no le quito ojo y lo sigo probando e investigando de cerca, pero por ahora sigo con Windows, pese a que la filosofía de Linux me parezca mucho más interesante.