En mi empresa de por las mañanas, tenemos desde hace unos meses un muy prolijo sistema de gestión de proyectos. Hay un software que hay que usar para marcar los pasos, hitos, proyectos, tareas, subtareas, subhitos, grupos… y demás figuras que se os ocurran y unas cuantas más. Lo curioso, es que cuanto más tiempo dedicamos a gestionar los proyectos, menos a tiempo se terminan.
Normalmente la tarea de gestionar un proyecto consume más horas que las tareas que se realizan para hacer el proyecto. Pero eso no es lo grave, lo malo es que yo creo que la gestión de proyectos se rige por los principios de la mecánica cuántica. Así cuanto más se observa el fenómeno y se trata de medir, más se está modificando el propio fenómeno. Llevado al mundo de los proyectos, cuanto más se intenta medir y gestionar el proyecto, peor sale éste. Además tenemos la superposición de estados y la indeterminación. Podemos tener un proyecto a la vez en pruebas y en análisis o terminado y pendiente de prevalorar. O la dualidad tarea-proyecto, no sabes si eso es un proyecto o se queda en tarea o es las dos cosas a la vez.
Claro que tengo un compañero que defiende que la gestión de proyectos entra dentro de la mecánica relativista y que la atención que se le presta a un proyecto es como la gravedad… conforme aumenta nos vamos acercando a crear un agujero negro por donde caen y caen las horas invertidas en ese proyecto.
¿Y tu gestión de proyectos a que se parece más?
9 Comentarios
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Si, nosotros tambien usabamos uno de esos y siempre acababas pasando de él hasta el viernes por la tarde en el que intentabas acordarte de lo que habias hecho esa semana para apuntarlo de forma, digamos “diferida”. Hasta que rrhh intentó dar ejemplo sacandole los colores a un directivo jefe de proyecto (que directamente entraba en el sistema de gestion dos veces: cuando empezaba una cosa y cuando hacía la entrega) y pasó lo que suele pasar en la vida real cuando david se enfrenta a goliath: el sistema fue desmantelado, algun que otro “reubicado” en rrhh y todos mucho más tranquilos 🙂
Parecido a una herramienta documental de incidencia, problemas, cambio, tareas y activos, donde echamos mas horas escribiendo lo que hacemos que en resolver los problemas que nos pasan nuestros clientes.
Ideas de consultorías y demás polimorfos/ingenieros amigos de mandamases que la meten doblada para robar con el mantenimiento de una aplicación pésima inadaptada a nuestro trabajo diario.
Diablos, yo diría que trabajas conmigo… (no he dicho nada)
Yo también me dedico a gestionar proyectos, pero por suerte de momento no tenemos estas herramientas que te hacen dedicar demasiado tiempo a controlar lo que ha pasado.
Siempre intento aplicar una regla de uno de mis antiguos jefes ‘Apretar al principio del proyecto, al final siempre es tarde’.
Muchas veces se cae en el error de ir dejando cosillas pendientes y que te las encuentras al final del desarrollo o ya en las pruebas y te pueden ocasionar mas de un disgusto.
Es cierto que cuando empiezas ves que tienes ‘mucho’ tiempo pero es una sensación que intento evitar de todas todas.
Apretamos al principio para intentar (pocas veces se consigue) ir mas desahogado al final.
Si aprietas al principio y al final tampoco estas desahogado el problema es que los plazos no son posibles de cumplir y sin embargo los jefes siguen pretendiendolos. ¿Que mas da? Si el exlotado es el trabajador…
Yo odiaba todos estos sistemas de gestion de proyectos y ticketing y demas zarandajas… hasta que emigre y en mi primer curro en el extrangero empeze a usar http://basecamphq.com/ (y no, no estoy intentando hacer spam) y me vi como los tres equipos de desarrollo (back-end, front-end y disenyo) repartidos en tres ciudades en dos paises distinto, nos auto-gestionabamos en pequenyos grupos, sin tanto manager ni horrorosas herramienta “a medida” hechas por becarios, pero cobrando la hora a precio de Linus Torvalds…
Realmente gestionar un proyecto nunca debería ser tan complicado, las tareas deben ser claras, acotadas y bien estimadas. Y debe de haber alguien que se encargue, en el día a día, de hacer el correcto seguimiento de las mismas para evitar que la gente se pierda y descontrole.
El problema surge cuando ese ‘alguien’ no hace su trabajo como debe. Entonces la gente ya no se acuerda de lo que ha hecho, le empiezan a llegar tareas que nunca se cuantifican e interrumpen las que se supone que se deberían hacer, la gente se dispersa y se pierde al no tener claro qué debe hacer antes o después.
Y esa dejación, no se suple con ninguna herramienta de gestión de proyectos por muy buena que sea.
Bueno, yo he pasado por “unos cuantos” jefes de proyecto. Es una experiencia personal y por lo tanto muchos dirán que es “evidencia anecdótica”. Como sea. Pero es mía y le tengo cariño. El caso es que siempre he visto dos tipos de jefes.
Un tipo es el que siempre sabe qué estás haciendo, se pasa personalmente una o dos veces al día por tu sitio, te pregunta, se sabe de memoria en qué estás, por dónde vas y qué problemas tienes para completarlo. Además siempre está dispuesto a echar una mano, allanar obstáculos y protegerte de otros personajes de la empresa que te distraen.
El otro tipo te hace rellenar impresos.
¿Tengo que decir qué tipo termina los proyectos a tiempo y cuál no?
Por favor, esas herramientas son IMPRESCINDIBLES para justificar la existencia de toneladas de mandos intermedios, consultores de proyectos, experto en “metodologias” y toda la piara de vendehumos powerpointistas que no piensan hacer nada mas en el proyecto que hablar de el y ponerse medallas.
Al final el trabajo *de verdad* lo hace un becario de los de 12 horas diarias mientras los jefes discuten sobre los terminos del PID, el “scope”, la definicion de riesgos….blahblahblah.
Les quitas al becario y todo lo queda del proyecto es un monton de documentos inutiles, decenas de reuniones, cientos de horas desperdiciadas y ABSOLUTAMENTE NADA hecho.