Hay veces que mi socio se coge unos cabreos tremendos, porque como él dice, lleva todo el día trabajando para el diablo. Y hay temporados en las que parece que Satanás se acuerda demasiado de nosotros y el taller se convierte en una sucursal de infierno.
Estas semanas hemos tenido un montón de trabajo del Diablo (es decir trabajo que no sirve para casi nada y por supuesto no se cobra):
– Un HTPC de gama alta con pantalla táctil. La pantalla no hay forma de que funcione. Tuvimos que montarlo y desmontarlo tres veces y enviarlo al SAT otras tantas. Cada vez además instalamos varios sistemas operativos buscando la solución.
– Un PC que iba con Linux. Llevaba tarjeta Wifi N (estoy preparando una entrada sobre las Wifi N y Linux), sintonizadora de TV y mando a distancia. Tras configurar todos los periféricos, en las pruebas finales, la placa base muere. Se desmonta y se envía al SAT. No hay placas iguales, nos hacen un abono. Nos pasamos dos días llamando a todos los proveedores buscando la misma placa base. Al final localizamos una con las mismas características pero de otro fabricante. Montamos de nuevo el PC y la sintonizadora de TV funciona de forma intermitente. Al final conseguimos configurar otra sintonizadora diferente. Pero con la Wifi N, otra vez lo mismo.
– Un PC de gama alta, que nos pasamos más de un mes esperando un componente clave. Cuando llega, lo montamos y configuramos. Todo correcto. Le pasamos los tests de stress, todo perfecto. Y ya cuando estoy instalando un par de demos de juegos y pegando el último vistazo, mi socio ya preparando la pegatinas para el transporte… hace choff (literal) y se apaga. A desmontar todo y a ver que es lo que se ha roto. Y todavía no hemos encontrado que es lo que ha fallado
– Una impresora de gama alta, que fuera de garantía se avería. Como era una máquina bastante cara y las empresas ahora no están para gastar mucho, pues de acuerdo con el cliente la enviamos al SAT del fabricante para que nos presupuesten la avería. Desmonta, embala y envía una impresora que pesa más de 50 kilogramos. El SAT nos pasa un presupuesto muy bueno (solo 60 Euros) así que aceptamos la reparación. Al cabo de unos días nos llega la impresora. Nos vamos a las oficinas del cliente. Más de una hora montando la impresora otra vez, configurándola… y cuando terminamos, resulta que sigue sin imprimir. Otra vez a desmontar, a embalar, a enviarla al SAT y a repetir toda la instalación.
– Y el colmo ayer por la tarde. Un HTPC precioso, casi dos semanas esperando la caja. Llega, lo montamos, configuramos y empezamos a probar. Todo correcto, hasta que probamos las conexiones. Los USBs frontales no funcionan. Enchufamos otros USBs frontales de otra caja y funcionan bien, luego el problema está en la caja no en la placa base. Pero resulta que estos USBs son parte integrante de la caja. Vamos que no podemos cambiarlos. Así que otra vez a desmontar todo y a enviarlo al SAT para que nos cambien la caja. Y miedo nos da ahora el tiempo que puede tardar el SAT en comprobar los USBs.
Así que entiendo las caras que mi socio y los compañeros del taller me ponen algunos días cuando llego a la tienda, porque están todo el día trabajando para diablo. Pero por favor, que el Diablo se tome una vacaciones pronto…
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Benditos seáis vosotros que os molestáis en probar y re-probar los equipos y las configuraciones antes de enviarlos a los clientes…
Todavía me acuerdo de aquella tienda infame en la que me gasté un pastizal en un ordanador “top” de la época a piezas:
– ¿Configurar Windows “manque” sea original? No, no, nosotros no montamos software, no tenemos tiempo, te damos el equipo “pelao” y tú le instalas lo que quieras, que pa eso semos “baratos”. Por suerte no tuve mayores problemas con los drivers y tal, pero ya me dio rabia…
– Me dan la torre, la enchufo y al rato un calor y un olor a “plástico” quemado tremendo. Temperatura: bestial. Encima los puertos USB frontales no funcionan.
– Me da por abrir la torre: tiene UN solo ventilador que saca aire por ARRIBA. Los puertos USB se les ha olvidado conectar los cables y lo tengo que hacer yo…
– Les llevo la torre pa que me solucionen el “sobrecalentamiento” (de los cables ya me ocupé yo) y me dicen que tengo mucho rollo, que si no se apaga el ordenador no pasa nada y que si quiero que le metan mano me costará dinero de piezas+mano de obra (media hora mínimo) y 2 semanas de espera que tienen mucho curro.
– Solución: me voy a la tienda de la esquina, me compro 2 ventiladores uno metiendo y otro sacando aire y con 6 euros asunto solucionado.
Evidentemente, no he vuelto a esa tienda…
Cada dia me da mas miedo eso de montar o cambiar uno mismo cualquier componente del Pc, sobre todo que una placa base te salga “rarita”…dinero invertido en nada, tiempo de espera al reclamar y que te la den otra vez como al principio.
¿Puedes decir que tanto por ciento viene everiado?
Hay componentes que son testados al 100% ¿?
o solo lo son con Windows y lo mas Basico en Hardware.
Recuerdo cuando uno de los profesores que he tenido, nos dijo a los alumnos… los que reparamos ordenadores tenemos el trabajo más difícil del mundo…. jajaja…
“…Y miedo nos da ahora el tiempo que puede tardar el SAT en comprobar los USBs.
Así que entiendo las caras que mi socio y los compañeros del taller me ponen algunos días cuando llego a la tienda, porque están todo el día trabajando para diablo. Pero por favor, que el Diablo se tome una vacaciones pronto…”
No solo vuestras caras, la de los clientes tambien.
El diablo también nos afecta, ya que el HTPC Precios creo que es el mío.