Rodeado de Pendrivers

Una nota como pasa el tiempo, conforme va viendo la capacidad de almacenamiento de sus dispositivos digitales. También, mientras mira en los cajones, rebusca en los bolsillos y ve como guarda ahora la información. Hace diez años, cuando miraba la mesa de la tienda, o la mesa de trabajo de casa, o miraba en la barra del taller… todo estaba lleno de CDs. Si buscaba en los bolsillos de mi abrigo, aparecían CDs. En la guantera del coche, había un montón de CDs, alrededor de mi TV, solo ser veían CDs. Pero ahora, ya no veo apenas CDs. Al principio, me alegré. Era un lío eso de buscar un CD concreto. Recuerdo en la tienda, cuando necesitábamos una versión de Windows concreta, o una versión de Linux, o los drivers de esa impresora… al final cogíamos un CD virgen y a quemarlo de nuevo. Y no fallaba, terminabas de hacer una nueva copia… y aparecía el original.

Cuando empezamos a usar Pendrivers en lugar de CDs, parecía que el orden volvía a nuestra vidas. Pero nada más lejos de la realidad. Ahora mismo, miro en la mesa de la tienda, desde donde estoy escribiendo, y veo 5 pendrivers y dos tarjetas de memoria. En el taller la cosa es peor. Al final hemos tenido que poner una especie de armarito de esos que se usan para colgar las llaves, pero para colgar los Pendrivers.

Y en casa la cosa no mejora. El otro día me puse a contar y localice 15 pendrivers y 11 tarjetas de memoria. Las tarjetas, la mayoría están dentro dé un móvil, un reproductor multimedia o una cámara de fotos, pero los Pens no. Y los voy etiquetando, pero al final, hemos vuelto a la época del CD, pero con Pens. En el cajón de mi casa tenía: tres Pens con copias de arranque como viene de fábrica de tres PCs. Luego cuatro, con diferentes versiones de Windows;  y cinco con otras tantas versiones de Linux. Y el resto copias de seguridad de mi mujer y mis hijos.

Y los Pendrivers tienen una cosa peor que los CDs:  la dificultad para escribir lo que contienen. Yo en casa les pongo pegatinas adhesivas. Y al final opté por coger de la tienda siempre modelos grandes. Me gustan los pequeños, pero en ellos no hay forma ni de escribir, ni de pegar nada encima. Y además los pequeños se pierden más fácilmente.

Al final, diferentes medios de almacenaje, pero mismos problemas, nunca encontramos el Pendrive que necesitamos. Menos mal, que ahora con los que son de USB 3.0, no cuesta mucho volver a crear la Iso que necesitamos.