Tengo por aquí una entrada sobre los efectos colaterales de volver a la universidad casi 40 años después. Una de las cosas que ha despertado es retomar la lectura de libros que leía cuando era adolescente. Así que veremos algunos títulos que voy a ir releyendo. Empiezo hoy con Narciso y Goldmundo un libro de Hermann Hesse.
En aquellos años mozos leía varios libros de Hesse y fueron importantes en mi vida. Es curioso hoy en día que los libros son importantes pero Hesse fue especial en mi vida. Por un lado sus obras tienen ese matiz de buscarse a uno mismo (algo que es común cuando uno es joven… aunque a cualquier edad se pueda hacer). Por otro lado cuando conocí a mi actual esposa el hecho de que yo hubiese leído a Hesse un autor que a ella le gustaba mucho (y uno de los primero regalos que le hice fue un libro de Hesse) también marcó mi juventud.
Volviendo al libro. La obra está situada en un momento histórico indeterminado, pero podría ser la Baja Edad Media. Geográficamente se sitúa en el Impero Germánico, pero sin indicar más pistas sobre la región. La novela narra la historia de dos residentes en un monasterio. Uno es un prometedor novicio enfocado a una vida de pensamiento. El otro es un estudiante que al final abandona el monasterio. Entre ellos nace el amor. Pero vemos como ese amor no impide al novicio pensador, fomentar el ansía de libertad del estudiante (aun a riesgo de perderlo) para que descubra como es realmente. A partir de ese momento el libro se centra en Goldmundo, el estudiante que sale al mundo y va conociéndolo y conociéndose a sí mismo a la vez. Es curiosa la relectura. Hay pasajes que cuando los lees sin ser ni mayor de edad no te impactan y ahora te hacen reflexionar mucho más. Así por ejemplo la dualidad entre el nacimiento, cuando Goldmundo asiste a una parturienta (algo que yo he vivido también) frente a cuando entierra a los muertos de la peste ahora se ven de otra forma.
Mientras sigue fuera del convento Goldmundo va madurando y se convierte en un artista. Aquí vemos como evoluciona y de donde saca la inspiración para su arte. Y el autor nos muestra la contraposición entre la inspiración y la artesanía.
Pero en los últimos capítulos los dos amigos vuelven a encontrarse. Aquí aparecen algunas de las (a mi gusto) mejores páginas del libro. Hesse contrapone la visión del pensamiento abstracto de Narciso, el erudito, frente al pensamiento en imágenes y concreciones de Goldmundo. Vemos como no son tan diferentes, son maneras de expresar el mundo, tanto el de las ideas, como el real. Tal vez el final es lo que menos me gusta del libro. Parece que una vez el autor ha usado a los personajes para mostrar sus puntos de vista no sabe qué hacer con ellos… así que escribe un final rápido.
Una lectura recomendable tanto si eres joven como si no… un vistazo a la vida y a la reflexión.