Rectificando

El otro día en la entrada sobre el Spectrum, la memoria me jugó una mala pasada y el chiste de Dilbert, no lo reproduje de forma fiel; como en Halondisparado lo reprodujeron y Xavi en los comentarios, si recordaba la versión correcta, pues nada ya tengo excusa para otra entrada de día de fiesta, os dejo con la tira original.

Como con la entrada del Spectrum, qué tiempos aquellos en que los programadores eran hombres de pelo en pecho y no usaban iconos, ni ratones, ni ventanas… ni ordenadores; mis primeros programas corrían sobre calculadoras… cada vez que lo recuerdo, las primeras elecciones democráticas locales después del franquismo y recorriendo los colegios electorales con una calculadora programable, pidiendo los datos de los primeros recuentos y un programa para aplicar la Ley D’Hondt y ver quiénes iban a ser concejales.

Pero la maldita Ley D´Hondt iba a seguirme. Unos años después, haciendo la prestación social sustitutoria en el Ayuntamiento de mi pueblo, me pidieron ayuda para preparar otras elecciones municipales. Montamos un sistema muy avanzado para la época (hace 12 años de ello). Hicimos un programa en Excel, que conforme llegaban los resultados de las distintas mesas, calculaba en tiempo real los concejales que iban a obtener los distintos grupos. La Excel la conectamos con un Powerpoint, que a su vez estaba en otro PC situado en el salón de actos del Ayuntamiento enchufado a un televisor de 30″ (lo más grande que había en aquellos tiempos) por supuesto con tubo CRT. Fue muy divertido, porque a las 11 de la noche teníamos ya todas las mesas escrutadas y nuestro programa daba a la oposición como vencedora de las elecciones; se acercó a nuestro cubículo el alcalde, con un montón de hojas garabateadas a mano y un montón de tiras de sumar de calculadora. Se nos queda mirando y nos dice: “Tantos ordenadores, tantas mariconadas y os habéis equivocado, hemos vuelto a ganar nosotros, aquí están las sumas bien hechas…” ni que decir tiene que unas semanas después dejaba de ser alcalde, él era el que se había equivocado.